Desde principio de octubre Claudia Sheinbaum es la nueva Presidenta de México pero el rumbo del país no sera alterado. Las mañaneras han seguido sin interrupción. Casí el 80% de los méxicanos seguían apoyando a Andres Manuel Lopez Obrador cuando éste acabó su mandato. La economía estaba bien y muchos de ellos habían mejorado su situación económica. El salario medio se había duplicado, el peso revalorizado y las reservas nacionales incrementadas. La población no las élites se habían beneficiado de su gobierno y por eso lo aclamaban en el Zocalo agredeciendo su trabajo.
Hace seis años AMLO (2018-2024) comenzó un proceso de cambio de régimen pensando en las necesidades de los mexicanosde a píe y no en las élites y sus amigos transnacionales cómo había caracterizado la política mexicana del PRI-PAN desde la instauración del neoliberalismo en la década de 1980. AMLO quería cambiar eso de que «Mexico es un Estado rico con mexicanos pobres». No hay duda que sus políticas sociales han dado un paso adelante. Cada mes de su mandato 100 mil méxicanos han salido de la pobreza. El Estado ha recuperado sectores estratégicos: míneros, energéticos y de transporte. Ha combatido eficazmente a la corrupción (ha podido financiar proyectos importantes de infraestructura con lo no robado y saqueado); y ha hecho lo que ha podido para dignificar la nación regenerando un ejército méxicano con un pasado negro de brutal represión contra los movimientos de los de abajo.
En esta entrevista de Siscu Baiges hemos hablado del proyecto de la nueva Presidenta y sus desafíos. Su apuesta por la continuidad de la política de justicia social parece garantizada. Los indigenas, la población más pobre del país, jugo un papel importante en las ceremonias de su proclamación y se mantuvo firme en exigir a España perdón por su invasión y destrución que le acompañó. Hay que tener en cuenta además que Claudia Sheinbaum tiene una vida política por si misma. Viene de los movimientos sociales de las luchas universitarias de la UNAM, de las Adelitas y su lucha contra la privatización del petróleo. No es una trepa política , es una activista que como AMLO quiere influir positivamente en la vida de la gente, no en gestionar los intereses del neoliberalismo. A diferencia de AMLO es mujer y es una científica que ganó un prémio nobel como parte de un equipo de Naciones Unidas que investigó el cambio climático. Es seguro que bajo su mandato se podrá hablar de una 4 Transformación con características feministas y respeto al medio ambiente.
Empieza agosto y la hambruna ha sido declarada en los campos de refugiados cercanos a El Fashir la capital norte de Dafur. En el campo de Zamzam donde vive medio millón de personas el 20% de la población tiene extrema carencia de comida y 4 niños mueren cada día a causa del hambre. La hambruna ha convertido la crisis humanitaria de Sudán en la mayor del mundo. El periodista Siscu Baiges me invitó a hablar de la crisis en su programa. Había visitado Sudan durante la Revolución de 2019 que derrocó al dictdor l-Bashir y sabe que mantengo una relción especial con el pueblo sudanes. Hablamos de la tremenda degradción de la situación humanitaria, pero tambien hablamos de la guerra que la originado, sus responsables y las perspectivas. Les invito a escuchar la conversación.
Meses antes de las elecciones, en septiembre del año pasado, John Steenhuisen, el líder de Alianza Democrática (AD) reunió a los medios de comunicación para que fuera testigo de la firma de un documento en el que se comprometía a no tener acuerdos con el Congreso Nacional Africano (CNA). Muchos de sus votantes, la mayoría blancos, odian al partido antiracista y socializante de Mandela. Pero en junio, tras las elecciones, Cyril Ramaphosa, el líder del CNA, anunció que John Steenhuisen había aceptado la oferta de formar un gobierno de coalición. ¿Qué había ocurrido para un giro tan dramático? ¿Los intereses empresariales lo impusieron? ¿Tenían miedo que la situación abierta tras las elecciones pudiera desestabilizar Sudáfrica?
Al nuevo gobierno del CNA y AD se sumaron otros pequeños partidos (The Inkatha Freedom Party, the Patriotic Alliance, the Pan Africanist Congress of Azania and GOOD, todos ellos no llegan al 4% de los votos). Cyril Ramaphosa se aseguraba un segundo mandato de Presidente. En Sudáfrica al Presidente de la República lo elige la Asamblea Nacional. La nueva alianza tiene 275 escaños de los 400 que la conforman. Tanto el uMkhonto weSizwe (MK) como el partido Luchadores por la Libertad Económica (EFF) partidos de izquierda que demandan cambios sociales, los dos juntos suman más votos que AD (24.10%), quedaban fuera del gobierno.
A pesar de que Alianza Democrática con el 21.8% de los votos había sido el segundo partido más votado no resulta fácil explicar la elección de Ramaphosa de formar gobierno con la derecha. El CNA es considerado un partido de centro-izquierda. La gran mayoría de los votos perdidos por el CNA (ha perdido el 17.3% con respecto a las anteriores de 2019) no habían ido a AD que solo incrementó sus votos un punto, algo residual, sino a un nuevo partido uMkhonto weSizwe, MK, (La lanza de la nación) formado por el anterior presidente Jacobo Zuma, quien recibió el 14.5% de los votos. Los votos de las nuevas generaciones negras, 9.52%, habían ido al EFF. El EFF es un partido formado por Julius Malema, un antiguo líder de las juventudes del CNA con quien rompió por mantener un apartheid económico y social heredado del racismo blanco. Exige el reparto de la tierra sin compensaciones. Nacionalizar las minas y poner al Banco Central bajo control del gobierno.
John Steenhuisen es un blanco de 48 años de la ciudad de Durban, en la misma provincia zulú de donde es Zuma. Había sustituido como líder de AD a Mmusi Maimane un negro que dimitió por estar harto de lo que llamó “hostilidad a los negros del partido”. Los orígenes de AD están en un minúsculo partido blanco formado en el año 2000 con referencias antiapartheid, pero con militantes originarios del Partido Nacionalista, el partido que lideró el apartheid, y coloreado con un puñado de una minoría de color. AD se presenta como el partido del sector privado y de los grandes negocios, un firme defensor del neoliberalismo. Acusa a la corrupción y a la mala gestión del CNA del deterioro social y de infraestructuras bien patente en Sudáfrica. La inseguridad (el crimen) y los apagones es lo primero que una encuentra cuando llega. Es visto como el partido de los blancos, alrededor del 20% de una población de 60 millones, el mismo porcentaje de votos que obtiene.
El MK había sido fundado tan solo unos meses antes de las elecciones. Jacobo Zuma, un militante histórico del CNA, había sido acusado con razón de corrupción cuando era Presidente de Sudáfrica. Condenado después a 15 meses de cárcel por negarse a declarar en uno de sus juicios había sido perdonado por el Presidente Ramaphosa, ya entonces su enemigo político. Aunque los jueces no le permitieron ser candidato, su foto pudo estar en las papeletas representando al nuevo partido que había formado tras su salida del CNA al que acusaba de desviarse de sus principios.
Zuma, aunque había roto con el CNA, seguía siendo uno de sus líderes vivos más populares. Había sido ayudante de Mandela cuando éste lideraba la organización armada del Congreso Nacional Africano, el nuevo partido tiene el mismo nombre que ella, uMkhonto weSizwe, y después su líder. Pasó diez años en la prisión de Roben Island, donde Mandela cumplió su condena de 28 años. Por lo menos entre los militantes de la generación que conoció directamente la lucha contra el apartheid, su compromiso eclipsaba una corrupción probada. Sin duda alguna ayudaba la grave situación social que vive Sudáfrica donde la desigualdad, el desempleo y la pobreza son abismales.
Las elecciones fueron vistas como un balance de 30 años de gobierno del Congreso Nacional Africano. El CNA no es un partido liberal, es un movimiento de liberación convertido en partido. Fue establecido como una alianza de sindicatos, el Partido Comunista, líderes locales negros e influyentes líderes de origen indio que luchaban para conquistar derechos políticos y sociales para los negros. Su apuesta era dar un contenido social no solo liberal a la lucha contra el racismo.
El CNA había interpretado el apartheid como un programa económico del supremacismo blanco para salir a costa de los negros de la gran crisis económica del capitalismo de mitad de siglo XX. Los blancos, entonces tenían toda la economía en sus manos, acudieron a la política supremacista para evitar que se cuestionara su propiedad de las granjas y minas, asegurándose los mejores empleos públicos, y una mano de obra negra barata y disciplinada para sus minas y empresas. Es por eso que Mandela al llegar al poder en 1994 había prometido tierra, empleo, vivienda y educación para cada ciudadano sudafricano blanco o negro. Treinta años después la realidad social de los negros sudafricanos estaban poniendo en duda la promesa del CNA. El voto a la izquierda era un serio aviso de que el CNA se había olvidado de las promesas sociales hechas por Mandela.
¿Por qué entonces Ramaphosa no ha hecho un pacto con los partidos que quieren acabar con las grandes injusticias económicas y sociales que arrastran los negros sudafricanos? ¿Por qué el CNA ha llegado a un acuerdo con AD un partido que defiende los intereses del libre mercado y de las empresas en vez de abrazar reformas sociales que saquen a los negros de la pobreza?
La evolución personal de Cyril Ramaphosa puede ayudar a explicar lo que ha ocurrido con un sector del Congreso Nacional Africano más cerca de los negocios que de los pobres negros. Ramaphosa era uno de los cuadros más jóvenes con futuro cuando Mandela salió de la carcel en 1994 para ocupar la Presidencia del país. Fue quien estuvo a su lado ayudándole con el micrófono cuando este dio su primer mitin de masas tras salir de la cárcel en Ciudad del Cabo. Ramaphosa había ganado su prestigio como un organizador sindical en las minas durante la década de los años ochenta en Johannesburgo cuando la lucha contra el apartheid era especialmente dura. Un activismo que le había llevado varias veces a la cárcel. Se habló de él como el sucesor de Mandela como Presidente, pero al final se impuso Mbeki, quedando a cargo de New Africa Investment, una compañía del partido para potenciar las habilidades empresariales entre los negros.
Lo de formar capitalistas negros había sido una idea de Clive Menell, ya fallecido, un blanco judío cabeza de un conglomerado de minas de oro en Johannesburgo, perteneciente a una rica familia con raíces en el país, quien transformó a Cyril Ramaphosa de un líder sindical en un hombre de negocios. El mismo Clive Menell ofreció su ayuda para forjar a cientos de otros empresarios negros para que la economía dejara de estar en manos exclusivas de los blancos. Ramaphosa fue nombrado por el CNA responsable del proyecto, formando varios grupos para potenciar el apoderamiento negro de la economía.
Años después, la revista Forbes, puso a Ramaphosa dentro de la lista de los 25 hombres más ricos de África. Era propietario de Shanduka Group, una compañía que gestiona su cartera: los McDonald en Sudáfrica, distribuidoras de Coca Cola, inversiones en energía solar, teléfonos móviles y bancos, entre otras empresas. Zuma suele retratar a Ramaphosa como un inversor billonario que representa los intereses de los ricos empresarios blancos. Ramaphosa pertenecía al Consejo Administración de la mina de platino Lonmin cuando 34 de sus mineros fueron asesinados por la policía cuando se manifestaban en Marikana pidiendo un aumento de salario.
Teóricamente el enriquecimiento de Ramaphosa no era en beneficio propio, no había sido una decisión personal la de involucrarse en los negocios, sino una tarea asignada por el CNA para “ennegrecer” una economía en manos de blancos. La acumulación de capital por empresarios negros era parte del proyecto postapartheid. Ramaphosa seguía en el Comite Ejecutivo del CNA, contribuía a los ingresos del partido con sus ganancias y estaba en la lista de futuros Presidentes, como ocurrió.
Pero 30 años después la política de fomentar los negocios de blancos y negros no había dado los resultados esperados. Sudáfrica seguía siendo una sociedad socialmente dividida por el color de la piel. Es fácil de verlo en Johannesburg o Ciudad del Cabo donde la riqueza y pobreza marcan zonas enteras. Los centros lujosos comerciales y los shanytowns se suceden como si hubiera dos países separados con la frontera del dinero. En Sudáfrica el apartheid social está todavía presente. El Banco Mundial en un informe del año 2022 situaba su legado como uno de los problemas más importantes que hipotecan el futuro. La riqueza seguía en mano de los blancos. Lo mismo ocurría con la propiedad de la tierra.
Según el Banco Mundial Sudáfrica es el país más desigual del mundo. El 10% de la población posee el 80% de la riqueza del país mientras el 90% pose el 20%. Con el desempleo ocurría lo mismo. Hay más desempleo que en los tiempos del apartheid. La tasa oficial es del 32%. Mientras el 10% de los blancos no tienen empleo, el 45% de los negros están en el paro. Hay más jóvenes entre 14-25 años en paro que trabajando o estudiando. Dos tercios de negros vivían en 2017 por debajo de la línea de pobreza frente al 1% de los blancos. 16 millones de negros sobrevivían en 2023 con ayuda del estado. La clase media negra prometida por Mandela todavía ha crecido, pero no lo ha hecho en números sustantivos. Puede haber tres millones, un número que no llega ni tan quiera al 10% de la población negra.
Es difícil ver con optimismo la decisión tomada por Ramaphosa de formar una coalición con AD. La mayoría de analistas ven un futuro de parálisis política con un gobierno incapaz de tomar decisiones por las contradicciones que encierra. Un partido que ha prometido reformas sociales y otro que se opone.
AD soportará la iniciativa neoliberal de Ramaphosa de privatizar las infraestructuras esenciales para acabar con los apagones o la falta de agua, puede incluso conceder un ingreso básico focalizado que ayude a aliviar la pobreza, pero ha dicho que seguirá oponiéndose al Empoderamiento Económico Negro, una política que incentiva a las empresas a tener propiedad y liderazgo negro, uno de los puntos distintivos como sabemos de la estrategia de Ramaphosa para apoderar económicamente a los negros. Un programa que tiene muchos críticos. Lo ven como una tapadera para enriquecerse la elite del CNA cercana a Ramaphosa.
Lo mismo puede ocurrir en la política hacia Israel y otros elementos del andamiaje de la política exterior del gobierno del CNA. AD niega que Israel esté cometiendo un genocidio como dice el CNA, ha sido crítico con la adhesión al BRIC y ha criticado a Ramaphosa por no condenar a Rusia por lanzar su guerra contra Ucrania.
Hay expertos que prevén un periodo de inestabilidad para Sudáfrica en los próximos años. Interpretan los votos perdidos por el CNA a cuenta del MK como un presagio de movimientos más radicales que reclamen tierra o pidan nacionalizaciones. Los sindicatos (COSATU y SAFTU) han dicho ya que AD en el gobierno plantea una amenaza a los intereses de la clase obrera. Es difícil ver como el nuevo gobierno puede evitar el conflicto social y racial con la misma política económica heredada del apartheid, ahora reforzada con AD en el gobierno, un gobierno acusado de corrupto, que ha hecho de Sudáfrica el país más desigual y con mayor desempleo del mundo.
El miedo de que esta sociedad socialmente dividida se polarice políticamente, algo evitado hasta ahora por las promesas sociales del CNA, se ha disparado con el nuevo gobierno de coalición. Un gobierno CNA-AD rompe toda la lógica de la política desde el fin del apartheid cuando Nelson Mandela se convirtió en el primer Presidente negro en un país lleno de optimismo y prometió sacar a los negros del agujero en que se encontraban. Treinta años después castigado el CNA por sus propios votantes, refugiándose en el partido de los blancos, el país está entrando en una nueva era política de consecuencias desconocidas.
A finales de mayo el Congreso Nacional Africano perdió su mayoría absoluta parlamentaria necesitando hacer alianzas para gobernar. Sudafrica es una república parlamentaria. El parlamento elige al Presidente. En 1994 los sudafricanos eligieron a Mandela como el primer presidente acabando con el ignomioso régimen racista del apartheid. Después de décadas de lucha y sufrimiento la población de color ganó la libertad política. Por primera vez la mayoría de los ciudadanos se sintió libre . Mandela en su discurso de aceptación de la Presidencia, un símbolo de la lucha de liberación, prometió a los sudafricanos casa, educación y empleo. No solo libertad política también económica y social. Treinta años después los negros de Sudafrica han cuestionado su promesa. El resultado electoral ha hablado claro. Un 17% menos de sudafricanos han dejado de votar al ANC y han optado por posiciones de izquierda más radical. Exigen reformas económicas y sociales en la propiedad de las riquezas nturales y la tierra. El partido blanco y pro-empresa de Acción Democrática (AD) practicamente se ha mantenido igual que en las elecciones de 2019. Subió un punto. El MK un nuevo partido de izquierda formado por Zuma un antiguo Presidente y veterano militante del ACN y el EFF, el Partido de los luchadores de la Libertad Económica de Julios Malema han sido los ganadores. Entre ellos suman más votos que el AD. En esta entrevista con Siscu Baigues hablamos de lo que ha ocurrido para llegar a esta situación.
Esta foto de una mujer aborigena esta tomada en el Múseo de Melbourne
Unos adolescentes golpearon la parte trasera del coche. Me llamó la atención que el taxista los llamase “negros”. El mismo tenía un color parecido. Había nacido en Punjab en la India. Estaba en Darwin estudiando contabilidad. Como supe después, decía lo mismo que la mayoría de los periódicos locales editados por blancos. “Cometen robos con navajas en las gasolineras. Los arrestan, la policía les pone una pulsera, los sueltan y vuelta a empezar. Se necesita más dureza”, decía. Era mi saludo de llegada a Australia.
.Darwin mira hacia el Mar de Timor por donde llegaron los primeros aborígenas que la poblaron hace unos 60 mil años. Se trata de una zona tropical que sufre enormes tormentas en la época de ciclones. Llegán a inundar grandes áreas que aprovechan los cocodrilos para expandirse. Hay una época en la que ni los alimentos llegan. Por suerte no habían comenzado. Las carreteras seguían abiertas y era posible acceder al parque de Kakadu donde existe evidencia de la llegada a Australia de los primeros humanos.
Este grupo de hombres sapiens, los primeros hominidos en llegar a este continente del sur, habían salido de Africa hacía entre 5 y10 mil años. Poblaron toda Australia rapidamente moviéndose por la costa.Traían con ellos además de genes de otras especies humanas con quien se habían encontrado en el camino, una organización y un conocimiento que les había permitido atravesar el mar y adaptarse a un ecosistema que por su dureza no era fácil para la vida humana.
El conductor y guía con el que viajé a Kakadu se llamaba Archie. Era de una de las etnias que puebla la zona. Sus rasgos mestizos hacían difícil identificarlo con los Bininj/Mungguy la etnia con la que se identificaba. Una de las cosas que más me llamaba la atención era la cantidad de diferentes grupos étnicos que todavía existían. Había más de 600 con lenguas diferentes cuando llegaron los europeos a Australia. Kakadu puede ser junto al Kalahari uno de los lugares en donde se conserva la cultura humana viva más vieja del mundo. Eran cazadores recolectores cuando llegaron y seguían siéndolo cuando llegaron los europeos a finales del siglo XVIII para colonizar Australia. Eso no quiere decir que no hubiera habido una evolución cultural pero tuvo que ser un proceso propio sin que ningún grupo externo usara la violencia para imponer su cultura hasta la llegada reciente del hombre blanco.
Kakadu es un territorio pantanoso, donde hay praderas y bosque bajo. Hay también colinas rocosas con saltos de agua y un par de rios que desembocan en el Mar de Timor, pero es muy probable que fuera diferente cuando los primeros hombres modernos llegaran. Australia no era tan seca y desértica como es ahora. El propio mar había retrocedido kilómetros a consecuencia de las glaciaciones haciendo más fácil la travesia del Mar de Timor para los humanos que llegaron. Se sabe también que grupos provenientes de Papúa Nuev Guinea ocuparon las islas del estrecho de Torres que la separa de Australia.
Kakadu se había hecho famoso a nivel nacional unas décadas antes porque en Jabiru en territorio sagrado Oenpelli habían encontrado uranio. Su explotación había abierto un debate nacional sobre los derechos de los aborigenes. No solo sobre su derecho a la propiedad de su territorio ancestral, también sobre sus derechos culturales y espirirituales. Para los aborígenes la “nación” no es sólo un territorio para explotar por un Estado soberano y sus ciudadanos. Se trata de un lugar donde árboles, plantas, rocas, animales tienen sus derechos. Para ellos lo no tangible tiene tanta importancia como lo tangible. Ven el mundo como un lugar habitado por espiritus con los que se convive y es conveniente tener una buena relación. Ya los primeros escritos que existen sobre ellos los describen celebrando ceremonias y rituales continuamente. En este mundo espiritual el subsuelo tiene para ellos un sentido sagrado. El paraiso está en la tierra no en el cielo. Sus tumbas ayudan a conectar lo espiritual con el mundo tangible. Una relación que la mina podía dañar poniendo en peligro la continuidad de los Oenpelli. Por eso se opusieron. A pesar de la resistencia los intereses económicos prevalecieron y la mina se abrió y operó hasta el año 2021.
Esta foto y las dos siguienres son dibujos y paneles de Ubirr
Ubirr era nuestro destino. Está en Cahills Crossing, no lejos del mar cerca de la vieja mina. Para llegar cruzamos un río donde dormían cocodrilos en sus orillas. Ubirr es considerado por los arqueólogos uno de los primeros centros rituales establecidos en Australia, lo datan en al menos 40 mil años. Parece un “templo” circular natural formado por paredes rocosas con portales convertidos en “canvas” y “capillas”. Su recogimiento tenía algo de mágico. Desde los alto de estas colinas de roca el paisaje se abría imponente hasta el horizonte.
Antes de llegar hicimos una pequeña ceremonia. Archie quería agredecer a Billy – ya fallecido- el acceso al lugar, su familia es la encargada por el clan de guardar la “Gran Tradición” Oenpelli. Como la Gran Tradición se conoce las historias de la creción y otras enseñanzas que permiten existir en el día a día. En decenas de miles de años de ocupación contínua de Kakadu los aborigenes han creado más de cinco mil sitios sagrados pero las comunidades apenas dejan visitar un puñado, entre ellos Ubirr. Billy había convencido a una comunidad reacia a abrir su conocimiento a otros. Los Oenpelli se oponían porque temían que los “blancos” lo usasen contra ellos o lo destruyeran.
Arqueológos que han estudiado el sitio están de acuerdo de que la mayor parte de sus pinturas actuales pueden tener 2000 años pero hay evidencia arqueológica de que se pintaba en el lugar hace 40 mil años. Los aborigenes estaban allí al menos desde entonces, eran humanos capaces de tener creencias y experiencias espirituales y de expresarlas con arte. Mostrarlo era importante para Archie y por eso el agradecimiento a Billy porque los colonialistas ingleses habían colocado en sus atlas a los aborígenes junto a las plantas y animales negando su condición humana. Para Archie lo expresado en Ubirr era la prueba de que los aborígenes desde que llegaron eran tan humanos modernos como podían serlo los ingleses que llegaron en los siglos XVIII y XIX.
La negación de la humanidad aborígen denunciaba el racismo y supremacismo blanco traído a Australia por el colonialismo. Esta negación de humanidad aborígen era el escudo ideológico para poder exterminarlos. Llegaron incluso a llevar docenas de ellos, vivos o muertos, a Europa para exibirlos en circos, múseos y clinicas donde estudiaban el supuesto “eslabón perdido” entre el mono y el hombre. Querían demostrar la superstición supremacista de la inmutable inferioridad racial de los no blancos. Todavia en el año 2019 Alemania entregó los restos de 40 individuos aborígenes encontrados en museos y clínicas. Neil Mckenzie un yawuru que asistió a la ceremonia dijo “ahora sus espiritus pueden ser libres”.
Aproveché para preguntarle a Archie sobre las razones del resultado de un referendum histórico que se había celebrado justo unas semanas antes de mi llegada a Australia. El gobierno había preguntado a los australianos si estaban de acuerdo en que los aborigenas debido a su pasado tuvieran un sitio especial y autónomo en el paralamento, dar “Voz a los aborígenes” le llamaban. El resultado había sido un auténtico jarro de agua fría para los líderes comunitarios aborígenas y activistas que llevaban años luchando por cerrar la herida abierta entre las dos naciones que pueblan Australia. El 60% de los australianos habían votado en contra de las reformas constitucionales propuestas. A pesar de que el 80% de los aborígenas voto a favor, Archie estaba frustrado. “Mucha gente no sabía lo que significaba. no hubo buena información, el Primer Ministro (Anthony Albanese) no hizo nada por explicar de que se trataba” decía. La derrota hacía más difícil la reconciliación entre aborígenes y blancos que continuan sin entenderse.
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La roca sagrda de Uluru en el centro de Australia
El origen del referendum se remontaba al año 2017 cuando se reunió en Uluru la Primera Convención Nacional de las Primeras Naciones, los descendentes de los pueblos que habitaban Australia cuando llegaron los europeos. La Convención acordó llamar a una reforma de la Constitución para dar cabida a los aborígenas. El gobierno se hizo eco por la presión de un movimiento político creado en los años setenta del siglo pasado reclamando sus derechos y convocó a un referendum. Para los indígenas las reformas ayudarían a ir dando forma a una Soberanía a la que los aborígenas nunca habían renunciado. En Australia no hubo un acuerdo entre aborígenas y la Corona Británica a diferencia de lo que ocurrió después en Nueva Zelanda donde los Maorí e ingleses acordaron en un tratado compartir la soberanía. Simplemente los nativos fueron despojados y desapropiados violentamente de su territorio por el hombre blanco.
En Sidney en la parte más vieja de la ciudad no lejos de la Opera, el edificio en la bahía que se ha convertido en el simbolo de la ciudad, existe un pequeño múseo The Rocks Discovery Museum. El múseo nació en parte de un movimiento de resistencia a la gentifricación del barrio. Una de las salas recrea lo que encontraron los ingleses en la bahía de Sidney cuando llegaron en 1788 a colonizar Australia. El museo no es muy visitado pero ese día había un grupo de escolares en una visita guiada. La guía advertía que los museos australianos no empezaron a recoger objetos de la cultura aborígena hasta bien entrado el siglo XIX. No explicó la razón pero es de suponer que los directores y curadores esperaban que una cultura a la que ellos no daban ningún valor desapareciera con sus creadores. La mayoría de su colección son imitaciones para ayudar a explicar la historia.
Lo que el captán Cook encontró en la bahía de Sidney fueron grupos de entre 25 y 60 personas cazando, pescando y recogiendo comida juntos. Tenían sus lugares sagrados donde celebraban rituales y ceremonias y sus cementerios. Hay varias ilustraciones de ellos expuestas incluido una con sus ritos de iniciación. Eran Eora, un grupo étnico que poblaba la bahía. Un grupo que pronto no existiría. La Corona inglesa se quedó con su territorio como hizo después con el resto de Australia. Había hecho lo mismo en Africa del Sur con los San y después lo harían argentinos y chilenos ayudados por ellos con los Selk´nam, los Yámana y los kawésqar en la Patagonia. La Corona Inglesa había organizado la colonización de Australia como un genocidió en beneficio de sus empresas textiles en Inglaterra. Trajo prisioneros de cárceles para ayudar en el “trabajo” a sus soldados. Las barracas donde dormían todavía están en pie a diferencia de lo creado por los Eora que ha sido destruido. La Corona justificó su saqueo aduciendo que la tierra no estaba cultivada y no tenía propietarios. Para ellos era la “prueba” final de que los aborígenes no eran completamente humanos ¿Cómo podían serlo si no había “propiedad privada”?, argumentaban contra lo que se sabía de los indígenas de nortemérica.
Cundo el capitán James Cook llegó en 1788 a la bahía de Sidney más de 600 grupos de aborígenas que hablaban diferentes lenguas ocupaban Australia
Los primeros colonos libres llegaron 25 años después. Cuando pusieron el pie en Sidney una generación de Eoras había sido exterminada. El 80% había fallecido a causa de enfermedades infecciosas traídas por los ocupantes o por violencia. Estos colonos que sustituyeron a la población originaria y se quedaron con su territorio encontraron una fuerte resistencia. Hubo una guerra de exterminio. Los colonos blancos se apoyaron en su número, pronto hubo más que indígenas, y en el poderío de sus armas a pesar que los aborígenas tenían un buen conocimiento de la balistica como mostraban sus peligrosos boomerang . Están documentadas las masacres de Waterloo Creck, Slaughterhouse Creck o Myall Creck donde cientos de indígenas fueron asesinados. En 1920 quedaban vivos 20 mil aborígenes en toda Australia un 10 % de los que habia cuando había llegado el capitán Cook hacía 130 años. La población actual aborigena en Australia se estima en 745,000 individuos o el 3% de la población total de 24 millones.
Los que sobrevivieron se refugiaron en granjas, misiones cristianas y estaciones, como llamaron a las enormes propiedades ganaderas valladas de los blancos donde producían lana para las factorías textiles inglesas. Trabajaban como empleados pero en vez de salario recibian azucar, tabaco y té por su trabajo. Hubo también reservas creadas por el gobierno con la misión de controlar a los aborígenas hasta que supuestamente desaparecieran víctimas del darwnismo social dada la superioridad de la raza blanca. En estos resguardos los aborígenas salvaron su vida a costa de perder su autonomía. Perdieron su territorio pero no ocurrió lo mismo con sus mentes y corazones. La resistencia a su asimilación nunca fue extinguida como mostraba la convención de Uluru dos siglos después reclamando su soberanía y el aumento de su población.
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Uluru es una inmensa y hermosa roca en el centro de Australia. Un centro sagrado de los Anangu convertido en un símbolo de la continuidad histórica de todos los Aborígenes. La roca sagrada parece una isla desnuda que se levanta en un desierto rojizo de arena y arbustos donde la vida depende del conocimiento de los ojos de agua.
Llegué en un autobús público desde Alice Spring a 500 kilómetros ¡ la población más cercana¡. Tuve que esperar un día porque los servicios de autobús son esporádicos. Alice Spring es un pueblo de frontera de algo más de 25 mil habitantes a 1500 kilómetros al sur de Darwin. El 20% de la población es Aborígena. La segregación es visual. Un pueblo de blancos rodeado por campamentos indigenas a veces con casas sin agua corriente, desague o electricidad. Comunidades pobres que viven para mantener su cultura y sus conexiones con la tierra. Fue en Alice Spring donde los aborígenes diseñaron la bandera de su nación en los años setenta del siglo pasado cuando iniciaron su movimiento político. La mitad de arriba negra la de abajo roja y en en medio un gran sol. Los aborigenas la izaron en 1972 en una tienda de campaña en Camberra que convirtieron irónicamente en la embajada de la nación aborígena en Australia. Se ha convertido en la más larga protesta continua que se conozca.
En Alice Spring los conflictos sociales ocurren periódicamente. Los toques de queda que prohiben el movimiento libre de los jóvenes aborígenes son cada vez más frecuentes. Los aborígenas tienen tasas de encarcelamiento mayor que los afroamericanos en Estados Unidos, una de las mayores del mundo. Las autoridades, paternalistas, ven las causas en el alcohol. Es fácil ver a grupos merodeando las tiendas donde lo venden. En los territorios del norte hay que mostrar la tarjeta de identidad hasta cuando compras una botella de vino. Stan Grant un periodista de la CNN, el mismo un aborígena, ha contado en un libro talking to my Country como las autoridades no quieren ver a los jóvenes aborígenas como víctimas de una contradicción que los aplasta culpando de todo al alcohol, el abuso sexual o a una supuesta violencia innata. En Alice Spring hay dos mundos paralelos que a los jóvenes les cuesta integrar como les piden las autoridades. El conflicto de pertenencia e identidad es tan difícil de manejar que muchas veces los jóvenes indígenas optan por el suicidio. En Australia los jóvenes aborígenas tienen unas tasa de suicidio cinco veces mayor que la de los blancos de su edad. Los jóvenes están atrapados entre la marginalización, discriminación y pobreza histórica que sufren sus familias aborígenas y el mensaje a integrarse como un australiano más. Stan Grant lo sintetiza, “Sí quieres tener una buena vida tienes que renunciar a lo aborígena que llevas dentro”. Muchos renuncian con el suicidio.
Dos mujeres indígenas se quedaron en Alice Spring porque su tarjeta de crédito no funcionaba y el chofer no les dejó subir. Esperaba ver canguros durante el viaje pero lo único que vi eran camellos. Traidos por los ingleses cuando no había ferrocarril para llevar la lana a los puertos, son ahora salvajes y se han convertido en los reyes del desierto australiano. Hay más camellos que en Arabia. En Alice Spring conocí un “cowboy” que los caza para exportar su carne. En vez de caballo usa un helicoptero para arrinconarlos y encerrarlos en los establos desde donde los lleva por carretera a los puertos de embarque. Si descontamos los inmensos camiones de dos remolques, los vehículos con que nos cruzamos se podían contar con los dedos de una mano. La mayoría de los turistas que llegan a Uluru lo hacen en avión. El centro de Australia es un desierto semivacío protegido por cadenas de montes de roca desnuda, la escasez de agua y la arena.
Uluru es un libro sagrado para los Anangu
Uluru es un libro sagrado. Desde hace unos años esta prohibido subir a la gran roca pero sigue siendo posible rodearla caminando. Hay sitios santos donde no está permitido tomar fotografías. Los aborígenas dicen que pueden disgustar a los espíritus que les protegen. Sus laderas estan llenas de cicatrices que cuentan la historia de los Anangu, sus sueños (los mitos de la creción) y sus valores morales. Un conocimiento que como ocurre con las pinturas de Kakadu se ha ido abriendo poco a poco a los no Anangu. Keith un jóven aborigena que nos guió en el camino decía que en la inmensa roca están escritas las enseñanzas que han permitido a los Anangu sobrevivir durante miles y miles de años. En torno a ellas los jóvenes aprenden su significado, hacen ceremonias de iniciación y combates rituales mientras residen en cuevas acompañados de viejos del clan que les trasmiten el “conocimiento”. Ponen juntos el relato oral y su representación simbólica material que tiene la escritura. Esta vez no en letras o carácteres sino en símbolos creados por la naturaleza en las laderas del monte sgrado de Uluru “leidos” y descifrados por los viejos de la comunidad como hacen los oromos etíopes con las tripas de sus toros sagrados en sus grandes festividades.
Los Anangu siguen celebrando sus ceremonias mientras trabajan en los hoteles o son choferes o guías. Los Aborígenes se quedaron sin su territorio pero al final no desaparecieron o fueron asimilados culturalmente por la sociedad europea como querían los ingleses. Siguió habiendo dos naciones aúnque fueran desiguales en poder, riqueza y población. Los aborígenas siguieron manteniendo su sistema tradicional de obligaciones familiares y continuaron con sus propios rituales y sus ceremonias funerarias. Esta resilencia identitaria fue acompañada en la década de los setenta del siglo pasado de un activismo político influenciado por la lucha contra el Apartheid en Africa del Sur y el Movimiento de los Derechos Civiles en Estados Unidos. Fueron los años que los aborígenas reconstruyeron su identidad frente al racismo y la discriminación, forjaron un movimiento político que reivindicaba su soberanía del que el referendum formaba parte.
Keith como Archie era mestizo. Su abuelo era uno de los niños aborígenas robados a sus madres para ser educados en una misión. Decía que en Alice Spring había un lugar conocido como “la casa de la media casta” a donde lo llevaron. El gobierno robo niños “legalmente” entre 1905 y 1970. Keith contaba que niños como su abuelo de madre aborígena y padre blanco fueron los que más sufrieron la separación violenta de sus familias. Los blancos que colonizaron Australia pensaban que dado que la raza blanca era superior, los Aborígenas desaparecerían bajo las supuestas leyes del darwinismo social. No ocurriría lo mismo con los niños mestizos a los que había que ayudar a borrar lo aborígen de sus mentes y rescatar lo blanco de sus pieles con matrimonios adecuados en sucesivas generaciones. Eran a ellos a los que se llevaban. Se calcula el número de niños robados de madres aborígenas por el gobierno liberal y llevados a orfanatos ó centros de adopción en 50 mil. En Darwin y Alice Spring se calcula que al menos uno en diez niños fueron removidos de sus familias, en algunas comunidades uno de cada tres.
Keith estaba desilusionado con el resultdo del referendum. El creía que la división entre los propios aborígenas había sido una de las causas de la derrota. ¨Faltó unidad” decía. Ponía el ejemplo de la colonización donde los ingleses explotaron la existencia de las 600 diferentes naciones. Muchas veces la gente tenía más miedo de otras etnias que de los europeos a los que no conocía, lo que permitió a los ingleses crear policías con aborígenes que repremían a otros aborígenes. Keith contaba que Había habido varias voces de líderes indígenas llamando a votar “no”, algunos interpretaban el “si¨ como un abandono de la lucha por la soberanía aborígena de Australia, exigían un tratado que las reformas no consideraban.
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Esta reproducción píctorica de una protesta aborígena fue exhibida en la última Documenta en Kassel
A finales de enero último tres meses después del referendum en la vispera del día nacional una estatua de bronce del capitán James Cook fue derribada en Melbourne. Los australianos conmemoran ese día la declaracion de Terra Nullius (un territorio sin dueño) hecha por el capitán James Cook con la que la Corona británica ”legitimó” su colonización de Australia. La estatua llevaba cien años en un parque en la playa de St Kilda sin ser molestada. En su pedestal vacío los activistas hicieron una pintada “The colony will fall” (la colonia cairá). La monarquía inglesa sigue siendo el jefe del estado australiano.
Melbourne es una ciudad al sur de Australia famosa por sus playas, viñedos y buenos restaurantes. En los últimos años puede ser la ciudad más dinámica del país hasta el punto que un flujo de inmigrantes de todo el mundo la esta convirtiendo en la más poblada sobrepasando a Sidney. Los británicos que la fundaron en la primera mitad del siglo XIX expulsaron de su territorio a los Wurundjeri que como los Eroa de Sidney cazaban, recolectaban y comerciaban en la zona. Llevaban allí 40 mil años.
Poster llamando a votar por el Si en el referendum. Todavía expuesto en un escaparate cundo visite Meobourne
En Melbourne me entrevisté en Carlton con Jennifer Buttler una profesora universitaria y activista que había defendido el Si en el referendum. Todavía se veían en los escaparates carteles llamando al voto apoyando los derechos de los aborigenas. Victoria es considerdo un estado proclive a los derechos aborígenes pero el Si como en el resto de los estados había perdido. Nos reunimos en un café en el antiguo barrio italiano convertido ahora en un magma de inmigrantes de todos los continentes. Quería saber porqué habían votado contra las reformas cuando los aborígenes estaban en la cola de todos los indicadores de desarrollo humano. Los aborígenas tienen indicadores comparables a países pobres, pero esto sucedía en un país rico como es Australia. Su esperanza de vida es ocho años menor que la que tiene un australiano no aborígena. Parecía obvio que no podía haber igualdad de oportunidades sin dar más poder a los pueblos indígenas. El referendum podía haber derribado esa barrera dedescriminación y exclusión que separa a dos mundos, uno rico y uno pobre, haciendo un país mejor.
Para Jennifer la derrota tenía varias causas pero daba mucha importancia al estrato colonialista y racista cultural introducido por la Corona Británica sobre el cual se ha construido el ideario social dominante. Los aborígenes tuvieron que esperar hasta un fecha muy tardía, hsta el año 2008, para que el Primer ministro Kevin Rudd les pidiera perdón en nombre de la nación australiana por el maltrato y degradación recibidos, especilmente por el robo de niños. Un perdón que a algunos ctivistas no les gusto porque se quedo corto al no denunciar al coloniamismo.
“ Una gran parte de los australianos siguen sin ver a los aborígenas o si los ven no son para ellos más que una rara herencia precolonial, una reliquia prehistórica o en todo caso un pie de página en la historia. Si llegan a identificarlos lo hacen como una población marginal y perezosa incapaz de dejar el alcohol o la violencia. En Australia se esconde la historia. Parece que Australia empezó con el capitán Cook, pertenece a los blancos, es lo que enseñan en las escuelas. Pocos australianos ven que los aborígenas fueron excluidos de la humanidad primero y despues del desarrollo y el bienestar por el colonialismo. Entonces sin ver esto ¿porqué hay que darles más derechos que a otras minorías?”, decía Jennifer.
No era el único motivo que veía para la derrota. La manipulación cargada de racismo había acabado con alguna posibildad de ganar si es que la había. La información sobre el referendum del imperio mediatico Murdoch, su fundador es australiano aunque radique en la ciudad de Nueva York , fue perversa. Murdoch es propietrio de The Daily Telegraph, Herald Sun, y The Australian el único periódico distribuido a nivel nacional, además del canal de televisión Sky. La media muy concentrada creó un miedo irreal, como si la Voz de los aborígenas fuese la voz del diablo que divide a la nación. “La gente empezó a creer que en caso de que ganara la propuesta perderían sus casas para darselas a los indígenas.”, decía Jennifer. La confusión alejo a los votantes del Si favoreciendo a los del No. Hasta hubo una campaña con el slogan “Sí no sabes, vota no”.
A mis ojos los australianos habían perdido una oportunidad histórica para empezar a curar una herida abierta por el colonialismo. Habrían tirado por la borda una oportunidad de reconciliación. Para los blancos la posibilidd de empezar a sanar la vergüenza y la culpa del pecado oríginal del robo, el saqueo y exterminio escondida debajo de la manta de la supuesta civilización , para los aborigenas su resarcimiento político y moral después de más de dos cientos años de discriminación, explotación y marginalización. Australia habría dejado escapar una oportunidad de un futuro mejor para todos, para las dos naciones, los blancos y los aborígenes, basado en la diversidad, la justicia y la autodeterminación.
Los blancos todavía tienen que aprender que la cultura ancestral mantenida por los aborigenas durante 50 mil años es el mejor regalo que cualquier nación del mundo puede tener.
Desplazados por el conflicto esperan comprar medicamentos en el hospital de Mutage
Parecía que la insurgencia en Cabo Delgado estaba en retroceso pero a mitad de febrero 25 soldados mozambiqueños fueron abatidos en un ataque guerrillero en Mucojo en el distrito costero de Macomia al norte del país. Los guerrilleros llegaron en barcas y atacaron el campamento militar. Los soldados intentaron huir por la carretera pero allí fueron emboscados. Parece que les esperaban. Destruyeron varios vehículos militares, se llevaron armas, mataron soldados, y detuvieron a otros que asesinaron después de interrogarlos. Los guerrilleros pusieron su bandera negra en la plaza y permanecieron durante 48 horas cuando el ejército pudo recoger los cadáveres de sus soldados, contó el semanario Savana publicado en Maputo.
El ataque mostraba una sofistificación que se creía no tenía al-shabab como llaman a los insurgentes en Cabo Delgado aunque no tengan nada que ver con los islamistas de Somalia. En la operación participaron 300 guerrilleros, el mayor número hasta ahora en una operación militar en los seis años de insurgencia. Entre los soldados muertos había varios de la Fuerza de Reacción Rápida, un cuerpo de élite entrenado por militares portugueses (España también participa) bajo la bandera de la Unión Europea. Portugal es el viejo país colonial que salió derrotado en 1975 cuando Mozambique ganó su independencia. Sus soldados se pueden ver ahora paseando por uno de los hoteles más lujosos de la capital. Los salarios de los soldados mozambiqueños es de 55 euros al mes; si consiguen un plus: 72. Es menos de lo que cuesta una sola noche en el hotel en que se alojan los soldados portugueses.
Una semana después del ataque viajé en avión a Pemba. Por tierra necesitas tres días de viaje desde Maputo. Pemba está tan al norte que está más cerca de Dar es Salam y Nairobi que de la capital mozambicana. Eso no significa que esté aislada del poder nacional. La lucha de liberación nacional empezó en Cabo Delgado aprovechando el apoyo recibido del Presidente de Tanzania Julius Nyerere. Muchos de los generales del ejercito son macondes, una etnia que habita la meseta fronteriza al sur del río Rovuma que separa a los dos paises. Estos generales crecieron en la guerra librada por el FRELIMO contra los portugueses, pero en el poder desde la independencia se han convertido en parte del problema: son los beneficiados del boom de la industria extractiva que conoce el norte de Mozambique. Mientras ellos se enriquecen, las encuestas hablan de que la mayoría de la población sigue en la pobreza. El 64% de los mozambiqueños vive con 2 dólares o menos al día. Una situación todavía peor en Cabo Delgado, agudizada por el conflicto.
Los insurgentes, al principio, estaban en el extremo norte de la provincia, a 50 kilómetros de la frontera con Tanzania, en la zona costera donde están los pozos de gas. Pero después de un año de control de Mocímboa da Praia, los militares, con ayuda de soldados de África del Sur y Tanzania, los derrotaron y los sacaron del lugar. Se refugiaron en el sur de la provincia en Ancuabe y Chiure donde cortan las carreteras. Ha habido casos en que los insurgentes se han llevado a conductores por no pagar lo que les piden. En una de sus ocupaciones, en febrero último, quemaron un camión lleno de combustible que viajaba de Nampula a Cabo Delgado
Puerto Muaní en la ciudad de PembaUn trabajador pinta uno de los barcas usadas para pesca y transporte en Pequitequete
Pemba, la capital de Cabo Delgdo, fue establecida por pescadores Muaní y comerciantes indianos que habían entrado en contacto con arabes de Zanzíbar. Llegaron de los archipiélagos cercanos. Los Muaní, una población nativa que además de pescar cultiva la tierra, son predominantemente musulmanes y hablan una lengua indígena contaminada con swahili. Los portugueses durante la colonia se aprovecharon del puerto para sacar los productos de la región del lago Niassa que compartía con los ingleses. Era entonces conocido como Porto Amelia.
En el aeropuerto no se veía más seguridad que la normal y en Paquitequete, la zona del puerto donde viven los pescadores Muaní, la actividad no había aflojado. Había un grupo de pasajeros esperando embarcar a la isla de Ibo y los pescadores llevaban su pescado al mercado. Fabricantes artesanales de barcas esperaban compradores en la arena mientras acaban de pintarlas. Lo que era nuevo era que en las últimas semanas había habido varios ataques en Mucufia a solo media hora de Pemba y se habían detectado movimientos de guerrilleros en otras comunidades cercanas.
Es la primera vez que oigo la palabra guerra referida al conflicto. Armando (no es su nombre) ha venido a buscarme al hotel. He quedado con él para visitar la zona donde se han instalado desplazados por la guerra. En un momento dado, en Cabo Delgado llegó a ver 1.140.000 desplazados de una población de 2.7 millónes. En diciembre pasado su número había disminuido a 600 mil pero desde entonces la tendencia ha cambiado. En las últimas semanas ha habido100 mil nuevos desplazdos según la OIM, la agencia de Naciones Unidas que monitorea los movimientos de población. La mayoría al sur de la provincia.
A Armando lo conocí en Zambesia una provincia en el centro de Mozambique al sur de Nampula. Llegó a Cabo Delgado a trabajar en el sector humanitario que se ha expandido con el conflicto. “La población necesita todo tipo de ayuda”, dice.
Para llegar a donde viven los desplazados tenemos que atravesar el distrito Eduardo Mondlane. La ciudad se esta expandiendo hacia la playa donde están los hoteles turísticos. Al lado de lo que se supone es la principal avenida del barrio hay varios edificios públicos entre ellos una escuela y un centro de salud, los dos masificados, en situación precaria. Los vecinos pagan religiosamente sus impuestos pero la pavimentación no ha llegado y eso que estaba presupuestada. En vez de asfalto la avenida principal es un continuo de monticulos de tierra arenosa y balsas de agua que los vehículos atraviesan como pueden.
Armando dice que hay un manto de silencio sobre todo lo relacionado con los insurgentes, tanto por parte de la propia guerrilla como del ejercito. Por mucho que indagues nadie sabe nada. Hay un acuerdo de que la expulsión de familias campesinas en Montepuez por el general Raimundo Pachiuapa fue lo que detonó el conflicto. El general un viejo combatiente del FRELIMO llegó a un acuerdo con Gemfields una empresa inglesa para explotar la mayor mina de rubíes del mundo. La familia del general se convirtió en su principal accionista; los campesinos afectados, en los primeros desplazados.
Pocos se tomaron en serio un video subido a las redes en 2017 anunciando el comienzo de la lucha armada. En el video tres jóvenes llaman a la insurgencia bajo una palmera. En el mismo denuncian la corrupción y el saqueo de las riquezas naturales por las autoridades. Su primera acción fue un asalto en Nampula a un cuartel de la policía para robar armas pero eligieron Mocímboa da Praia para establecer su primer campamento, quizá porque la mayoría de ellos aunque vivían en Montepuez eran Muaní y conocían bien el territorio costeño.
Los Muaní, conocidos por su rebeldía, habitan la costa desde la frontera con Tanzania hasta Pemba; desde la ciudad hacia el sur viven los Macua una etnia de origen en Zambesia que se expandió hacía el norte en lo que es hoy Nampula llegando a Cabo Delgado. En el área de Mocímboa da Praia está Palma, el centro de explotación de las enormes bolsas de gas encontradas en la bahía del Rovuma . Se estima su valor en 100 mil millones de dólares. Un informe de Deloitte (Africa Energy Outllok-Mozambique special report 2024) asegura que las reservas tienen potencial para hacer de Mozambique el décimo productor global de gas y el mayor de la Africa subsahariana.
El ataque a Mocímboa da Praía fue brutal. Los insurgentes destrozaron cualquier infraestructura o símbolo construido por el estado. Arrasaron inclusive escuelas y hospitales, (siguen haciendo lo mismo en cualquier lugar que toman), quemaron viviendas, y asesinaron a civiles, a veces insidiosamente, sin importar que fueran musulmanes o Muaní, incluso degollaron a algunos o los quemaron vivos con sus casas. La población aterrorizada huyó en masa produciendo una multitud de desplazados. Se hicieron famosas las imagenes de miles de mujeres con hatos en la cabeza y niños de la mano caminando hacia el sur por la nacional. Meses después atacaron Palma donde Total, la empresa francesa de energía, estaba instalando sus plantas para licuar el gas del mar. Fue entonces cuando la comunidad internacional decidió intervenir militarmente para salvar sus inversiones. Vinieron soldados de Sud Africa y otros países de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC). También de Ruanda. Tuvieron éxito y sacaron a los insurgentes de la zona.
Total empezó a hacer trabajos para retomar la explotación protegido por dos mil soldados ruandeses que a diferencia de los de la SADC no patrullan Cabo Delgado, defienden las instalaciones gasísticas de Palma. En Maputo, Total acaba de acondicionar un compound para las familias de sus trabajadores al mismo tiempo que el gobierno francés ha anunciado que va a dar 4.5 millónes de euros para asistencia humanitaria en Cabo Delgado. Exxon Mobil y la compañia italiana ENI explotan ya el gas en el mar sin ser licuado. Una compañía holandesa aprovecha el petróleo que se genera. Hay cierta prisa para explotarlo. El precio del gas en Europa es 10 veces mayor que antes de la guerra de Ucrania y nadie sabe cuánto durará.
Armando dice que el gobierno no controla la cantidad que sacan estas dos compañías o al menos no lo informa, perdiendo el país millones de dólares en impuestos. Nadie sabe a donde va el dinero. El 64% de los mozambiqueños viven en la pobreza. En febrero el embajador italiano Ginni Bardini fue a Palma, donde están las tropas de Ruanda bien armadas, incluso con drones, para anunciar que Italia había dado dos millones de euros para mejorar los servicios de nutrición, agua, saneamiento, higiene para niños y familias vulnerables. Las carencias sociales tremendas que sufre Mozambique, el país ocupa el lugar 181 de 189 en el mundo en desarrollo humano según Naciones Unidas, no pueden ser apagadas con pozales de ayuda humanitaria. Los algo más de dos millones de dólares de los italianos parecen grotescos sabiendo que sólo en gas Mozambique posee 100 mil millones.
Tras retirarse de Mocímboa da Praía los insurgentes se movieron hacia el sur camuflándose con la población, guardando silencio y actuando como fantasmas. Empezaron a actuar en pequeños grupos. Aparecían de la nada cuando golpeaban. El misterio creció acerca de ellos. En otros conflictos hay rostros, nombres, declaraciones, objetivos, puntos a negociar. Pero en el conflicto mozambiqueño nada de esto ha existido hasta ahora. La oscuridad y el silencio hacen difícil encontrar respuestas a lo que quieren.
Hay quien enfatiza el componente islámico. Pero los guerrilleros no han distinguido la religión a la hora del terror. Asesinaban por igual a musulmanes y cristianos.Usaban la cosmovisión que aprendieron en las mezquitas para dar un sentido a su rebelión pero hasta ahora no hay ningun indicio de que quieran establecer un estado islámico. Ocurre como en otros conflictos en Africa, un continente donde no ha habido un movimiento cultural semejante a la ilustración. Es absurdo esperar que los que se rebelan contra la injusticia en zonas rurales africanas agiten las banderas del liberalismo o la de sus críticos europeos. Es mucho más probable que acudan a sus referentes religiosos que en la mayoría de los casos están ligados profundamente a su identidad. El movimiento insurgente en Cabo Delgado nació en zona de pescadores y campesinos musulmanes, la mayoría analfabetos.
“Sí tu preguntas a una autoridad sobre quiénes son los insurgentes te dicen que no saben, que desconocen lo que quieren y quiénes son sus jefes. El gobierno siempre intenta silenciar el conflicto o en todo caso minimizarlo. En vez de enfrentarlo lo usan en su provecho. ¿Pero si no hay un conocimiento de contra quien luchas como vas a derrotarlo? ¿Si no identificas a sus líderes con quien vas a negociar para acabar con el conflicto?”, dice Armando
Según testigos de sus acciones los insurgentes son jóvenes de las comunidades que no tienen nada que perder y se han rebelado contra el saqueo que sufre Cabo Delgado. Hay veces que las propias comunidades atacadas reconocen a los guerrilleros. Estadisticas muestran que están ociosos por falta de empleos. No tienen futuro. Son ellos los que cuando menos se espera aparecen de la nada como sonámbulos para crear terror y dañar a un Estado que la gente ve distante, incapaz y corrupto.
Nadie sabe qué fuerza tienen, cual es su número, cuáles son sus objetivos, cómo se financian. Nunca sacan comunicados. Ahora ponen la bandera del Estado Islámico pero sólo Estados Unidos los ha vinculado orgánicamente con ellos. Parece que son entrenados por una guerrilla del Congo a donde van y vienen por territorio tanzano. ¿Se enteraron del saqueo del coltán y diamantes y no quieren que ocurra lo mismo en Cabo Delgado con sus recursos? También dicen que están pagando más de mil dólares al mes a soldados mozambiqueños que han cambiado de bando. ¿Pero como comprobarlo? El secretismo no ayuda en una sociedad donde las noticias se transmiten oralmente y son fáciles de distorsionar. Estamos hablando de un país en que cuatro de cada 10 adultos no pueden leer ni escribir. Las novelas de Mia Cuoto, el gran novelista mozambiqueño están llenas de este realismo mágico tan presente en las comunidades mozambiqueñ as donde es difícil separar sueños , espiritus y realidades.
Mapa de la provincia de Cabo Delgado. Al norte esta Tanzania.
En estos años que se creía que la insurgencia estaba en retroceso continuaban realizando ataques a industrias extractivas. En junio de 2020 degollaron dos guardias de seguridad de una mina de grafito de propiedad australiana en Ancuabe. Tuvieron que cerrarla. Tres empresas de extracción en el sur de la provincia suspendieron operaciones de transporte, entre ellas Gemfields, la mina de rubíes de la que la familia del general Raimundo Pachiuapa es accionista. Fue en esa ofensiva, en el distrito de Memba, en Nampula, en donde asesinaron en Chipene a la misionera italiana y católica Maria de Coppi. Chipene se había convertido en un centro de reclutamiento guerrillero.
El norte de Mozambique está lleno de minerales muchos de ellos críticos necesarios en los nuevos sectores económicos que se espera dinamicen al capitalismo, incluido el sector armamentista en expansión. La propia Unión Europea ha dicho que prevé un aumento vertiginoso de la demanda de materias primas criticas y que necesitará importar en el mejor escenario de producción interna el 65% para satisfacerla. ¿Tienen que ver las guerras en curso en el Este de Africa, desde Sudán a Mozambique pasando por el Congo, con este aceleramiento de demanda de minerales críticos?
El Este de África es uno de los lugares donde hay mayores reservas de ellos. En el norte de Mozambique además del gas, rubís y oro hay tántalo y niobio los dos elementos químicos que forman el Coltán, el elemento químico junto al litio estrella del capitalismo actual. Hay grafito un conductor eléctrico y zirconio usado en la industria nuclear, también bentonita y vanadio usados en la construcción e industria petrolera. A pesar de tanta riqueza, solo el 44% de la población mozambiqueña tiene acceso a electricidad. En las zonas rurales tenerlo es una gran anomalía. En Cabo Delgado, incluyendo las ciudades, el 74% usa leña y charcol. (ver informe citado de Deloitte).
Llegamos a donde acaba la ciudad y se han instalado los desplazados. La ciudad se ha expandido. No están en campamentos, viven en casas, mezclados con familiares o en viviendas precarias sin ningún servicio, construidas con barro y láminas de metal. Armando me enseña una en donde viven 92 personas. Hay niños, hay “raparigas”, hombres y mujeres adultos, ancianos. Todos revueltos, durmiendo como pueden. Son todos de alguna manera familiares. Pertenecen a la “familia grande” que sigue siendo en Mozambique “la política social”. “El gobierno está ausente. No ha aparecido”, dice Armando. No hay ningún servicio público. Hay malnutrición y hambre. No viven, sobreviven. Venden lo que pueden, trabajan en empleos precarios, hacen pequeños robos. Las condiciones higiénicas son terribles. Las enfermedades infecciosas se expanden, más en esta época de lluvias en que estamos. Pemba vive una epidemia de conjuntivitis. En los hospitales han habilitado espacio para decenas de casos de cólera.
El desplazamiento de la población ha creado una nueva relación entre las etnias de Cabo Delgado cuenta Armando. Los Muaní, Maconde y Macua han vivido segregados, en territorios diferentes, con sus conflictos normales nunca expresados políticamente, pero jamás habían compartido territorio. El conflicto por primera vez los ha puesto juntos en el mismo espacio, han formado los mismos campamentos y reciben la misma precaria ayuda humanitaria.
Centro de acogida de mujeres en Mutage
No fue el único lugar de desplazados que visité. A la mañana siguiente, empotrado en una misión humanitaria, visité el distrito de Mutage. Está al otro lado de Pemba, a 30 kilómetros en la misma bahía. Es media hora por carretera asfaltada y después otro tanto por un camino que en días de lluvia es intransitable. El olor a tierra penetraba el todo terreno en que viajábamos. La gente caminaba, las mujeres con fardos, los jóvenes con libros, algunos se protegían del sol con paraguas. Los que podían pagaban un mototaxi. Sí tenían suerte no se quedaban varados en las balsas de agua. En el centro del distrito había soldados patrullando en traje de fatigas. Los guerrilleros aparecen de tanto en tanto. Han robado el banco y destruido las sedes de las autoridades varias veces. La última vez habían asesinado a un joven.
Cuando empezó la insurgencia el distrito tenía 100 mil habitantes. Pero en el momento álgido de la misma llegó a tener 300 mil. Llegaron 200 mil desplazados la mayoría con lo puesto. No tenían nada. Necesitaban alimentos, un lugar donde dormir, productos de higiene personal, atención médica, ayuda psicológica… En los últimos meses cien mil han regresado a sus comunidades, pero es difícil convencer a los que quedan para que hagan lo mismo como quiere el gobierno. Muchos siguen traumatizados por la violencia de los insurgentes y no quieren volver. Los desplazados de las últimas semanas han optado por dirigirse al sur. 65 mil de ellos han cruzado el río Luro que separa Cabo Delgado de Nampula y han llegado al distrito de Érati.
En Mutage quedan ocho campamentos. Han construido pequeñas chozas de paredes de adobe y techos de lámina. Han sembrado algo de mijo. A veces hay conflictos entre los viejos habitantes y los recien llegados. Hay poco para compartir. El hospital que visitamos está sobrecargado, saturado. Hay gente aglomerada esperando comprar medicamentos en la farmacia. A las 35 pequeñas comunidades que solía dar servicio ha tenido que añadir la población de los ocho campamentos de desplazados. El hospital evita como puede el colapso. “Hay muchas carencias médicas. Falta de todo menos dificultades”, decía uno de los médicos.
Tras el ataque a Mucojo los guerrilleros hicieron algo que nunca habían hecho antes de esta última ofensiva. Reunieron en asamblea a los vecinos. Según testigos los insurgentes anunciaron que a partir de ahora se acababan los ataques indiscriminado contra la población. Hay rumores de que los insurgentes están saliendo de la sombra presentándose a los líderes de facto de las comunidades, muchos de ellos enfrentados al FRELIMO a quien acusan de robar las últimas elecciones locales de octubre. ¿Están cambiando de estrategia los guerrilleros y ahora quieren ganar el apoyo de la población? ¿Quieren ganar “mentes y corazones” dejando atrás la violencia indiscriminada que tanto sufrimiento ha creado?
Los guerrilleros vienen recurriendo a una violencia extrema desde el inicio del conflicto. Ha habido más de seis mil muertos. Han cometido asesinatos, decapitaciones, violaciones, secuestros, extorsiones. Han quemado aldeas. No había etnia o religión que se salvara. Este uso indiscriminado de violencia es difícil de entender. Frank Fanon que luchó con el ELN argelino contra los colonizadores franceses llegó a interpretar (y justificar) la violencia como método de lucha liberador. Psiquiatra de profesión, la veía como una medicina colectiva en una sociedad en que los colonizados habían sido deshumanizados para saquear su territorio. La violencia sacaba a los colonizados de su complejo de inferioridad permitiéndoles enfrentarse de igual a igual a los colonizadores. Lo que era anómalo en Cabo Delgado era que los insurgentes usaban la violencia no contra los “opresores” sino contra la gente que sufre las consecuencias de la colonización. La explicación, sí es que existe, se perdía dentro del silencio que rodea el conflicto. Lo más oído era que los propios insurgentes deshumanizaban a la población para crear un clima de inseguridad y mostrar la debilidad de un Estado que no puede proteger a la población poniéndolo en una crisis permanente.
Había vuelto a Maputo cuando a principio de marzo los guerrilleros volvieron a tomar Quissanga. Lo han hecho varias veces. És una población costera al norte de Pemba donde llegan y salen los barcos al archipielago de las Qirimbas. Un área donde cuando la Cooperación española tenía dinero había tenido varios proyectos.“Llegaron muchos en dos grupos… uno se quedó en Mussomero, otro llegó hasta el centro del distrito… la población se quedó, no huyó…. los guerrilleros les dijeron que no les iban hacer nada…. Esta vez no mataron a nadie… no quemaron casas… Asaltaron las tiendas de comida y acamparon en el centro.”, publicó la web de una radio de Pemba que a pesar de las presiones del gobierno cubre el conflicto.
Sede de los soldados portugueses que entrenan a los mozmbicanos
Sabana publicó también una historia sobre lo ocurrido. Según el semanario de Maputo, los guerrilleros preguntaron por los “cerdos” como llaman a los soldados. Enterados de que habían huido a la isla de Ibo decidieron mandar un grupo a buscarlos. Degollaron a cuatro que encontraron. Lo hicieron en una asamblea a la que convocaron a los vecinos. Después de la ejecución prohibieron que enterrasen sus cadáveres.
En Maputo hablé con Joaquim sobre lo sucedido. En la capital existe un gran descontento con el gobierno a causa de un malestar social creciente. Hace unos meses el gobierno tuvo que echar para atrás un aumento salarial a los médicos conseguido después de meses de huelga bajo el chantaje del Fondo Monetario Internacional. A Joaquim lo conozco desde hace años y siempre ha estado más interesado en los negocios que en la política. Cuando lo conocí vendía fruta. Ahora trabaja en una inmobiliaria, pero siempre ha estado entonado con la mayoría silenciosa. No entendía porque el gobierno mandaba a unos soldados que él consideraba cercanos. Eran soldados entrenados en la capital y enviados a morir en una guerra que no era la suya. “Este gobierno no tiene corazón ¿Porqué tienen que morir defendiendo los intereses de una élite corrupta y sus amigos franceses?, decía.
Desde que comenzó la guerra de Gaza, pronto convertida en un genocídio del pueblo palestino, el gobierno de facto en Sanaa la capital del Yemen, bajo control de los huzis, empezó a atacar y disparar contra barcos comerciales con destino a Israel en el Mar Rojo y el Golgo de Adén. El resultado ha sido la disrrupción del tráfico de barcos cargados con containers, petróleo o gas. Tres meses después, la mitad de ellos ha optado por dar la espalda al Mar Rojo y seguir la costa de Africa para llegar a Europa o América. Fue entonces cuando Estados Unidos y Gran Bretaña decidieron atacar al norte de Yemen donde vive el 80% de la población y en donde los huzís ejercen su soberanía. Cuando se publica esta conversación mantenida por Mark Aguirre con el periodista Siscu Baiges aviones de guerra han bombardeado ocho veces al Yemen lanzando ciéntos de bombas sobre una docena de objetivos donde se supone los huzis tienen sus radars y almacenan y lanzan sus drones y misiles. Con todo, él mismo Presidente Biden ha reconocido que la acción no va a tener éxito y los huzis van a seguir atacando barcos ahora también de Estados Unidos,y Gran Bretaña como respuesta a sus bombas. El riesgo es la extensión de la guerra de Gaza a toda la región algo que dice Estados Unidos no quiere. En la conversación hablamos de todo estó y de cómo los huzis un grupo apenas inexistente hace 20 años que gracias a su determinación política y el apoyo de la población se ha convertido en un actor de la política mundial.
Hace una semana en N´Hen de parlar ,el programa de Siscu Baiges donde le gusta escarbar la noticia desde otra mirada, hablamos de la crisis de Niger tras el golpe militar que derrocó a finales de julio al Presidente Mohammed Bouzom.
En la conversación hablamos del legado del colonialismo en el Sahel y su relación con el resentimiento que existe entre los jóveves de la región contra Francia. De las razones de las crisis políticas que azotan la región y del fracaso de la política militar de Europa y Estados Unidos de los últimos diez años. De la necesidad de cambiar radicalmente de política (y posiblemente de políticos europeos para ello) para enfrentar la crisis de otra manera antes de que todo vaya a peor. De la presencia rusa y el grupo Wagner. De como afecta la política migratoria europea y que relación tiene con la crisis.
A los interesados en estos temas les invito a ver la conversación