Otra guerra silencida ¿Por qué la guerra en el norte de Mozambique se está intensificando?

Texto y fotos Mark Aguirre

Desplazados por el conflicto esperan comprar medicamentos en el hospital de Mutage

Parecía que la insurgencia en Cabo Delgado estaba en retroceso pero a mitad de febrero 25 soldados mozambiqueños fueron abatidos en un ataque guerrillero en Mucojo en el distrito costero de Macomia al norte del país. Los guerrilleros llegaron en barcas y atacaron el campamento militar. Los soldados intentaron huir por la carretera pero allí fueron emboscados. Parece que les esperaban. Destruyeron varios vehículos militares, se llevaron armas, mataron soldados, y detuvieron a otros que asesinaron después de interrogarlos. Los guerrilleros pusieron su bandera negra en la plaza y permanecieron durante 48 horas cuando el ejército pudo recoger los cadáveres de sus soldados, contó el semanario Savana publicado en Maputo.

El ataque mostraba una sofistificación que se creía no tenía al-shabab como llaman a los insurgentes en Cabo Delgado aunque no tengan nada que ver con los islamistas de Somalia. En la operación participaron 300 guerrilleros, el mayor número hasta ahora en una operación militar en los seis años de insurgencia. Entre los soldados muertos había varios de la Fuerza de Reacción Rápida, un cuerpo de élite entrenado por militares portugueses (España también participa) bajo la bandera de la Unión Europea. Portugal es el viejo país colonial que salió derrotado en 1975 cuando Mozambique ganó su independencia. Sus soldados se pueden ver ahora paseando por uno de los hoteles más lujosos de la capital. Los salarios de los soldados mozambiqueños es de 55 euros al mes; si consiguen un plus: 72. Es menos de lo que cuesta una sola noche en el hotel en que se alojan los soldados portugueses.

Una semana después del ataque viajé en avión a Pemba. Por tierra necesitas tres días de viaje desde Maputo. Pemba está tan al norte que está más cerca de Dar es Salam y Nairobi que de la capital mozambicana. Eso no significa que esté aislada del poder nacional. La lucha de liberación nacional empezó en Cabo Delgado aprovechando el apoyo recibido del Presidente de Tanzania Julius Nyerere. Muchos de los generales del ejercito son macondes, una etnia que habita la meseta fronteriza al sur del río Rovuma que separa a los dos paises. Estos generales crecieron en la guerra librada por el FRELIMO contra los portugueses, pero en el poder desde la independencia se han convertido en parte del problema: son los beneficiados del boom de la industria extractiva que conoce el norte de Mozambique. Mientras ellos se enriquecen, las encuestas hablan de que la mayoría de la población sigue en la pobreza. El 64% de los mozambiqueños vive con 2 dólares o menos al día. Una situación todavía peor en Cabo Delgado, agudizada por el conflicto.

Los insurgentes, al principio, estaban en el extremo norte de la provincia, a 50 kilómetros de la frontera con Tanzania, en la zona costera donde están los pozos de gas. Pero después de un año de control de Mocímboa da Praia, los militares, con ayuda de soldados de África del Sur y Tanzania, los derrotaron y los sacaron del lugar. Se refugiaron en el sur de la provincia en Ancuabe y Chiure donde cortan las carreteras. Ha habido casos en que los insurgentes se han llevado a conductores por no pagar lo que les piden. En una de sus ocupaciones, en febrero último, quemaron un camión lleno de combustible que viajaba de Nampula a Cabo Delgado

Puerto Muaní en la ciudad de Pemba
Un trabajador pinta uno de los barcas usadas para pesca y transporte en Pequitequete

Pemba, la capital de Cabo Delgdo, fue establecida por pescadores Muaní y comerciantes indianos que habían entrado en contacto con arabes de Zanzíbar. Llegaron de los archipiélagos cercanos. Los Muaní, una población nativa que además de pescar cultiva la tierra, son predominantemente musulmanes y hablan una lengua indígena contaminada con swahili. Los portugueses durante la colonia se aprovecharon del puerto para sacar los productos de la región del lago Niassa que compartía con los ingleses. Era entonces conocido como Porto Amelia.

En el aeropuerto no se veía más seguridad que la normal y en Paquitequete, la zona del puerto donde viven los pescadores Muaní, la actividad no había aflojado. Había un grupo de pasajeros esperando embarcar a la isla de Ibo y los pescadores llevaban su pescado al mercado. Fabricantes artesanales de barcas esperaban compradores en la arena mientras acaban de pintarlas. Lo que era nuevo era que en las últimas semanas había habido varios ataques en Mucufia a solo media hora de Pemba y se habían detectado movimientos de guerrilleros en otras comunidades cercanas.

Es la primera vez que oigo la palabra guerra referida al conflicto. Armando (no es su nombre) ha venido a buscarme al hotel. He quedado con él para visitar la zona donde se han instalado desplazados por la guerra. En un momento dado, en Cabo Delgado llegó a ver 1.140.000 desplazados de una población de 2.7 millónes. En diciembre pasado su número había disminuido a 600 mil pero desde entonces la tendencia ha cambiado. En las últimas semanas ha habido100 mil nuevos desplazdos según la OIM, la agencia de Naciones Unidas que monitorea los movimientos de población. La mayoría al sur de la provincia.

A Armando lo conocí en Zambesia una provincia en el centro de Mozambique al sur de Nampula. Llegó a Cabo Delgado a trabajar en el sector humanitario que se ha expandido con el conflicto. “La población necesita todo tipo de ayuda”, dice.

Para llegar a donde viven los desplazados tenemos que atravesar el distrito Eduardo Mondlane. La ciudad se esta expandiendo hacia la playa donde están los hoteles turísticos. Al lado de lo que se supone es la principal avenida del barrio hay varios edificios públicos entre ellos una escuela y un centro de salud, los dos masificados, en situación precaria. Los vecinos pagan religiosamente sus impuestos pero la pavimentación no ha llegado y eso que estaba presupuestada. En vez de asfalto la avenida principal es un continuo de monticulos de tierra arenosa y balsas de agua que los vehículos atraviesan como pueden.

Armando dice que hay un manto de silencio sobre todo lo relacionado con los insurgentes, tanto por parte de la propia guerrilla como del ejercito. Por mucho que indagues nadie sabe nada. Hay un acuerdo de que la expulsión de familias campesinas en Montepuez por el general Raimundo Pachiuapa fue lo que detonó el conflicto. El general un viejo combatiente del FRELIMO llegó a un acuerdo con Gemfields una empresa inglesa para explotar la mayor mina de rubíes del mundo. La familia del general se convirtió en su principal accionista; los campesinos afectados, en los primeros desplazados.

Pocos se tomaron en serio un video subido a las redes en 2017 anunciando el comienzo de la lucha armada. En el video tres jóvenes llaman a la insurgencia bajo una palmera. En el mismo denuncian la corrupción y el saqueo de las riquezas naturales por las autoridades. Su primera acción fue un asalto en Nampula a un cuartel de la policía para robar armas pero eligieron Mocímboa da Praia para establecer su primer campamento, quizá porque la mayoría de ellos aunque vivían en Montepuez eran Muaní y conocían bien el territorio costeño.

Los Muaní, conocidos por su rebeldía, habitan la costa desde la frontera con Tanzania hasta Pemba; desde la ciudad hacia el sur viven los Macua una etnia de origen en Zambesia que se expandió hacía el norte en lo que es hoy Nampula llegando a Cabo Delgado. En el área de Mocímboa da Praia está Palma, el centro de explotación de las enormes bolsas de gas encontradas en la bahía del Rovuma . Se estima su valor en 100 mil millones de dólares. Un informe de Deloitte (Africa Energy Outllok-Mozambique special report 2024) asegura que las reservas tienen potencial para hacer de Mozambique el décimo productor global de gas y el mayor de la Africa subsahariana.

El ataque a Mocímboa da Praía fue brutal. Los insurgentes destrozaron cualquier infraestructura o símbolo construido por el estado. Arrasaron inclusive escuelas y hospitales, (siguen haciendo lo mismo en cualquier lugar que toman), quemaron viviendas, y asesinaron a civiles, a veces insidiosamente, sin importar que fueran musulmanes o Muaní, incluso degollaron a algunos o los quemaron vivos con sus casas. La población aterrorizada huyó en masa produciendo una multitud de desplazados. Se hicieron famosas las imagenes de miles de mujeres con hatos en la cabeza y niños de la mano caminando hacia el sur por la nacional. Meses después atacaron Palma donde Total, la empresa francesa de energía, estaba instalando sus plantas para licuar el gas del mar. Fue entonces cuando la comunidad internacional decidió intervenir militarmente para salvar sus inversiones. Vinieron soldados de Sud Africa y otros países de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC). También de Ruanda. Tuvieron éxito y sacaron a los insurgentes de la zona.

Total empezó a hacer trabajos para retomar la explotación protegido por dos mil soldados ruandeses que a diferencia de los de la SADC no patrullan Cabo Delgado, defienden las instalaciones gasísticas de Palma. En Maputo, Total acaba de acondicionar un compound para las familias de sus trabajadores al mismo tiempo que el gobierno francés ha anunciado que va a dar 4.5 millónes de euros para asistencia humanitaria en Cabo Delgado. Exxon Mobil y la compañia italiana ENI explotan ya el gas en el mar sin ser licuado. Una compañía holandesa aprovecha el petróleo que se genera. Hay cierta prisa para explotarlo. El precio del gas en Europa es 10 veces mayor que antes de la guerra de Ucrania y nadie sabe cuánto durará.

Armando dice que el gobierno no controla la cantidad que sacan estas dos compañías o al menos no lo informa, perdiendo el país millones de dólares en impuestos. Nadie sabe a donde va el dinero. El 64% de los mozambiqueños viven en la pobreza. En febrero el embajador italiano Ginni Bardini fue a Palma, donde están las tropas de Ruanda bien armadas, incluso con drones, para anunciar que Italia había dado dos millones de euros para mejorar los servicios de nutrición, agua, saneamiento, higiene para niños y familias vulnerables. Las carencias sociales tremendas que sufre Mozambique, el país ocupa el lugar 181 de 189 en el mundo en desarrollo humano según Naciones Unidas, no pueden ser apagadas con pozales de ayuda humanitaria. Los algo más de dos millones de dólares de los italianos parecen grotescos sabiendo que sólo en gas Mozambique posee 100 mil millones.

Tras retirarse de Mocímboa da Praía los insurgentes se movieron hacia el sur camuflándose con la población, guardando silencio y actuando como fantasmas. Empezaron a actuar en pequeños grupos. Aparecían de la nada cuando golpeaban. El misterio creció acerca de ellos. En otros conflictos hay rostros, nombres, declaraciones, objetivos, puntos a negociar. Pero en el conflicto mozambiqueño nada de esto ha existido hasta ahora. La oscuridad y el silencio hacen difícil encontrar respuestas a lo que quieren.

Hay quien enfatiza el componente islámico. Pero los guerrilleros no han distinguido la religión a la hora del terror. Asesinaban por igual a musulmanes y cristianos.Usaban la cosmovisión que aprendieron en las mezquitas para dar un sentido a su rebelión pero hasta ahora no hay ningun indicio de que quieran establecer un estado islámico. Ocurre como en otros conflictos en Africa, un continente donde no ha habido un movimiento cultural semejante a la ilustración. Es absurdo esperar que los que se rebelan contra la injusticia en zonas rurales africanas agiten las banderas del liberalismo o la de sus críticos europeos. Es mucho más probable que acudan a sus referentes religiosos que en la mayoría de los casos están ligados profundamente a su identidad. El movimiento insurgente en Cabo Delgado nació en zona de pescadores y campesinos musulmanes, la mayoría analfabetos.

“Sí tu preguntas a una autoridad sobre quiénes son los insurgentes te dicen que no saben, que desconocen lo que quieren y quiénes son sus jefes. El gobierno siempre intenta silenciar el conflicto o en todo caso minimizarlo. En vez de enfrentarlo lo usan en su provecho. ¿Pero si no hay un conocimiento de contra quien luchas como vas a derrotarlo? ¿Si no identificas a sus líderes con quien vas a negociar para acabar con el conflicto?”, dice Armando

Según testigos de sus acciones los insurgentes son jóvenes de las comunidades que no tienen nada que perder y se han rebelado contra el saqueo que sufre Cabo Delgado. Hay veces que las propias comunidades atacadas reconocen a los guerrilleros. Estadisticas muestran que están ociosos por falta de empleos. No tienen futuro. Son ellos los que cuando menos se espera aparecen de la nada como sonámbulos para crear terror y dañar a un Estado que la gente ve distante, incapaz y corrupto.

Nadie sabe qué fuerza tienen, cual es su número, cuáles son sus objetivos, cómo se financian. Nunca sacan comunicados. Ahora ponen la bandera del Estado Islámico pero sólo Estados Unidos los ha vinculado orgánicamente con ellos. Parece que son entrenados por una guerrilla del Congo a donde van y vienen por territorio tanzano. ¿Se enteraron del saqueo del coltán y diamantes y no quieren que ocurra lo mismo en Cabo Delgado con sus recursos? También dicen que están pagando más de mil dólares al mes a soldados mozambiqueños que han cambiado de bando. ¿Pero como comprobarlo? El secretismo no ayuda en una sociedad donde las noticias se transmiten oralmente y son fáciles de distorsionar. Estamos hablando de un país en que cuatro de cada 10 adultos no pueden leer ni escribir. Las novelas de Mia Cuoto, el gran novelista mozambiqueño están llenas de este realismo mágico tan presente en las comunidades mozambiqueñ as donde es difícil separar sueños , espiritus y realidades.

Mapa de la provincia de Cabo Delgado. Al norte esta Tanzania.

En estos años que se creía que la insurgencia estaba en retroceso continuaban realizando ataques a industrias extractivas. En junio de 2020 degollaron dos guardias de seguridad de una mina de grafito de propiedad australiana en Ancuabe. Tuvieron que cerrarla. Tres empresas de extracción en el sur de la provincia suspendieron operaciones de transporte, entre ellas Gemfields, la mina de rubíes de la que la familia del general Raimundo Pachiuapa es accionista. Fue en esa ofensiva, en el distrito de Memba, en Nampula, en donde asesinaron en Chipene a la misionera italiana y católica Maria de Coppi. Chipene se había convertido en un centro de reclutamiento guerrillero.

El norte de Mozambique está lleno de minerales muchos de ellos críticos necesarios en los nuevos sectores económicos que se espera dinamicen al capitalismo, incluido el sector armamentista en expansión. La propia Unión Europea ha dicho que prevé un aumento vertiginoso de la demanda de materias primas criticas y que necesitará importar en el mejor escenario de producción interna el 65% para satisfacerla. ¿Tienen que ver las guerras en curso en el Este de Africa, desde Sudán a Mozambique pasando por el Congo, con este aceleramiento de demanda de minerales críticos?

El Este de África es uno de los lugares donde hay mayores reservas de ellos. En el norte de Mozambique además del gas, rubís y oro hay tántalo y niobio los dos elementos químicos que forman el Coltán, el elemento químico junto al litio estrella del capitalismo actual. Hay grafito un conductor eléctrico y zirconio usado en la industria nuclear, también bentonita y vanadio usados en la construcción e industria petrolera. A pesar de tanta riqueza, solo el 44% de la población mozambiqueña tiene acceso a electricidad. En las zonas rurales tenerlo es una gran anomalía. En Cabo Delgado, incluyendo las ciudades, el 74% usa leña y charcol. (ver informe citado de Deloitte).

Llegamos a donde acaba la ciudad y se han instalado los desplazados. La ciudad se ha expandido. No están en campamentos, viven en casas, mezclados con familiares o en viviendas precarias sin ningún servicio, construidas con barro y láminas de metal. Armando me enseña una en donde viven 92 personas. Hay niños, hay “raparigas”, hombres y mujeres adultos, ancianos. Todos revueltos, durmiendo como pueden. Son todos de alguna manera familiares. Pertenecen a la “familia grande” que sigue siendo en Mozambique “la política social”. “El gobierno está ausente. No ha aparecido”, dice Armando. No hay ningún servicio público. Hay malnutrición y hambre. No viven, sobreviven. Venden lo que pueden, trabajan en empleos precarios, hacen pequeños robos. Las condiciones higiénicas son terribles. Las enfermedades infecciosas se expanden, más en esta época de lluvias en que estamos. Pemba vive una epidemia de conjuntivitis. En los hospitales han habilitado espacio para decenas de casos de cólera.

El desplazamiento de la población ha creado una nueva relación entre las etnias de Cabo Delgado cuenta Armando. Los Muaní, Maconde y Macua han vivido segregados, en territorios diferentes, con sus conflictos normales nunca expresados políticamente, pero jamás habían compartido territorio. El conflicto por primera vez los ha puesto juntos en el mismo espacio, han formado los mismos campamentos y reciben la misma precaria ayuda humanitaria.

Centro de acogida de mujeres en Mutage

No fue el único lugar de desplazados que visité. A la mañana siguiente, empotrado en una misión humanitaria, visité el distrito de Mutage. Está al otro lado de Pemba, a 30 kilómetros en la misma bahía. Es media hora por carretera asfaltada y después otro tanto por un camino que en días de lluvia es intransitable. El olor a tierra penetraba el todo terreno en que viajábamos. La gente caminaba, las mujeres con fardos, los jóvenes con libros, algunos se protegían del sol con paraguas. Los que podían pagaban un mototaxi. Sí tenían suerte no se quedaban varados en las balsas de agua. En el centro del distrito había soldados patrullando en traje de fatigas. Los guerrilleros aparecen de tanto en tanto. Han robado el banco y destruido las sedes de las autoridades varias veces. La última vez habían asesinado a un joven.

Cuando empezó la insurgencia el distrito tenía 100 mil habitantes. Pero en el momento álgido de la misma llegó a tener 300 mil. Llegaron 200 mil desplazados la mayoría con lo puesto. No tenían nada. Necesitaban alimentos, un lugar donde dormir, productos de higiene personal, atención médica, ayuda psicológica… En los últimos meses cien mil han regresado a sus comunidades, pero es difícil convencer a los que quedan para que hagan lo mismo como quiere el gobierno. Muchos siguen traumatizados por la violencia de los insurgentes y no quieren volver. Los desplazados de las últimas semanas han optado por dirigirse al sur. 65 mil de ellos han cruzado el río Luro que separa Cabo Delgado de Nampula y han llegado al distrito de Érati.

En Mutage quedan ocho campamentos. Han construido pequeñas chozas de paredes de adobe y techos de lámina. Han sembrado algo de mijo. A veces hay conflictos entre los viejos habitantes y los recien llegados. Hay poco para compartir. El hospital que visitamos está sobrecargado, saturado. Hay gente aglomerada esperando comprar medicamentos en la farmacia. A las 35 pequeñas comunidades que solía dar servicio ha tenido que añadir la población de los ocho campamentos de desplazados. El hospital evita como puede el colapso. “Hay muchas carencias médicas. Falta de todo menos dificultades”, decía uno de los médicos.

Tras el ataque a Mucojo los guerrilleros hicieron algo que nunca habían hecho antes de esta última ofensiva. Reunieron en asamblea a los vecinos. Según testigos los insurgentes anunciaron que a partir de ahora se acababan los ataques indiscriminado contra la población. Hay rumores de que los insurgentes están saliendo de la sombra presentándose a los líderes de facto de las comunidades, muchos de ellos enfrentados al FRELIMO a quien acusan de robar las últimas elecciones locales de octubre. ¿Están cambiando de estrategia los guerrilleros y ahora quieren ganar el apoyo de la población? ¿Quieren ganar “mentes y corazones” dejando atrás la violencia indiscriminada que tanto sufrimiento ha creado?


Los guerrilleros vienen recurriendo a una violencia extrema desde el inicio del conflicto. Ha habido más de seis mil muertos. Han cometido asesinatos, decapitaciones, violaciones, secuestros, extorsiones. Han quemado aldeas. No había etnia o religión que se salvara. Este uso indiscriminado de violencia es difícil de entender. Frank Fanon que luchó con el ELN argelino contra los colonizadores franceses llegó a interpretar (y justificar) la violencia como método de lucha liberador. Psiquiatra de profesión, la veía como una medicina colectiva en una sociedad en que los colonizados habían sido deshumanizados para saquear su territorio. La violencia sacaba a los colonizados de su complejo de inferioridad permitiéndoles enfrentarse de igual a igual a los colonizadores. Lo que era anómalo en Cabo Delgado era que los insurgentes usaban la violencia no contra los “opresores” sino contra la gente que sufre las consecuencias de la colonización. La explicación, sí es que existe, se perdía dentro del silencio que rodea el conflicto. Lo más oído era que los propios insurgentes deshumanizaban a la población para crear un clima de inseguridad y mostrar la debilidad de un Estado que no puede proteger a la población poniéndolo en una crisis permanente.

Había vuelto a Maputo cuando a principio de marzo los guerrilleros volvieron a tomar Quissanga. Lo han hecho varias veces. És una población costera al norte de Pemba donde llegan y salen los barcos al archipielago de las Qirimbas. Un área donde cuando la Cooperación española tenía dinero había tenido varios proyectos.“Llegaron muchos en dos grupos… uno se quedó en Mussomero, otro llegó hasta el centro del distrito… la población se quedó, no huyó…. los guerrilleros les dijeron que no les iban hacer nada…. Esta vez no mataron a nadie… no quemaron casas… Asaltaron las tiendas de comida y acamparon en el centro.”, publicó la web de una radio de Pemba que a pesar de las presiones del gobierno cubre el conflicto.

Sede de los soldados portugueses que entrenan a los mozmbicanos

Sabana publicó también una historia sobre lo ocurrido. Según el semanario de Maputo, los guerrilleros preguntaron por los “cerdos” como llaman a los soldados. Enterados de que habían huido a la isla de Ibo decidieron mandar un grupo a buscarlos. Degollaron a cuatro que encontraron. Lo hicieron en una asamblea a la que convocaron a los vecinos. Después de la ejecución prohibieron que enterrasen sus cadáveres.

En Maputo hablé con Joaquim sobre lo sucedido. En la capital existe un gran descontento con el gobierno a causa de un malestar social creciente. Hace unos meses el gobierno tuvo que echar para atrás un aumento salarial a los médicos conseguido después de meses de huelga bajo el chantaje del Fondo Monetario Internacional. A Joaquim lo conozco desde hace años y siempre ha estado más interesado en los negocios que en la política. Cuando lo conocí vendía fruta. Ahora trabaja en una inmobiliaria, pero siempre ha estado entonado con la mayoría silenciosa. No entendía porque el gobierno mandaba a unos soldados que él consideraba cercanos. Eran soldados entrenados en la capital y enviados a morir en una guerra que no era la suya. “Este gobierno no tiene corazón ¿Porqué tienen que morir defendiendo los intereses de una élite corrupta y sus amigos franceses?, decía.

Taxistas en el puerto Muaní de Pemba

Este artículo ha sido publicado en https://www.sicom.cat/blog/

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¿Porqué Yemen dispara misiles en el Mar Rojo? Quiénes son los houthis (huzis)

Desde que comenzó la guerra de Gaza, pronto convertida en un genocídio del pueblo palestino, el gobierno de facto en Sanaa la capital del Yemen, bajo control de los huzis, empezó a atacar y disparar contra barcos comerciales con destino a Israel en el Mar Rojo y el Golgo de Adén. El resultado ha sido la disrrupción del tráfico de barcos cargados con containers, petróleo o gas. Tres meses después, la mitad de ellos ha optado por dar la espalda al Mar Rojo y seguir la costa de Africa para llegar a Europa o América. Fue entonces cuando Estados Unidos y Gran Bretaña decidieron atacar al norte de Yemen donde vive el 80% de la población y en donde los huzís ejercen su soberanía. Cuando se publica esta conversación mantenida por Mark Aguirre con el periodista Siscu Baiges aviones de guerra han bombardeado ocho veces al Yemen lanzando ciéntos de bombas sobre una docena de objetivos donde se supone los huzis tienen sus radars y almacenan y lanzan sus drones y misiles. Con todo, él mismo Presidente Biden ha reconocido que la acción no va a tener éxito y los huzis van a seguir atacando barcos ahora también de Estados Unidos,y Gran Bretaña como respuesta a sus bombas. El riesgo es la extensión de la guerra de Gaza a toda la región algo que dice Estados Unidos no quiere. En la conversación hablamos de todo estó y de cómo los huzis un grupo apenas inexistente hace 20 años que gracias a su determinación política y el apoyo de la población se ha convertido en un actor de la política mundial.

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(Neo)colonialismo y la crisis de Niger

Foto AFP

Hace una semana en

Hace una semana en N´Hen de parlar ,el programa de Siscu Baiges donde le gusta escarbar la noticia desde otra mirada, hablamos de la crisis de Niger tras el golpe militar que derrocó a finales de julio al Presidente Mohammed Bouzom.

En la conversación hablamos del legado del colonialismo en el Sahel y su relación con el resentimiento que existe entre los jóveves de la región contra Francia. De las razones de las crisis políticas que azotan la región y del fracaso de la política militar de Europa y Estados Unidos de los últimos diez años. De la necesidad de cambiar radicalmente de política (y posiblemente de políticos europeos para ello) para enfrentar la crisis de otra manera antes de que todo vaya a peor. De la presencia rusa y el grupo Wagner. De como afecta la política migratoria europea y que relación tiene con la crisis.

A los interesados en estos temas les invito a ver la conversación

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Seis días en Addis Abeba después de la guerra de Tigray

Texto y Fotos Mark Aguirre

La ciudad de Addis Abeba vista desde Entoto

Día 1

Llueve cuando aterrizamos. Parece que las lluvias se han adelantado este año. La ciudad apenas se esta despertando y la avenida Bole semiduerme. Avanzamos rapido. Hace más de dos años, desde el inicio de la guerra de Tigray, que no estaba en Etiopía. En la zona de Atlas donde me alojo veo que han seguido las construcciones. “No ha sido fácil para la mayoría“ dice nuestro conductor antes de dejarnos en nuestro hotel.

Un amigo me ha invitado a comer en un restaurante inaugurado recientemente.  “La guerra ha terminado pero la situación para nada esta tranquila” dice. Tiene una empresa y la inflacción le esta afectando de mala manera. Me ha citado en un restaurante lujoso donde sirven comida italiana. Las mesas y sillas son de estilo francés rococo. Hay una galería de arte y una tienda de artículos y muebles tradicionales adosadas. Uno de los cuadros, un retrato de una mujer, se vende por 19 mil dólares.

“No ha habido ganadores en la guerra” dice. Me llama la atención. Los tigriños habían sido derrotados militarmente en Shire obligandoles a llegar a un acuerdo para proteger su capital Mekelle. Pero parece que el poder del premier Abiy Ahmed a pesar de su victoria militar había disminuido en vez de aumentar. Su coalición con los amharas y eritreos se estaba rompiendo. Había acudido a la guerra para acabar con cualquier oposición a su poder, pero ahora tiene menos poder y más enemigos que antes, asegura mi amigo.  No le favorece a Abiy Ahmed que la economía esté por los suelos. Hace dos años un dólar costaba alrededor de 30 birrs ahora lo cambié en el banco a 55 birrs. El dólar en el mercado negro esta al doble, a 110 birrs.  Mi amigo no entiende porque el FMI quiere que se siga devaluando.  La inflacción ha sido producida por los gastos de la guerra. No han parado de imprimir dinero. “Etiopía no tiene nada más que exportar que granos y café y por su calidad excepcional tiende a ser  inelastico al precio. Sería mejor que el FMI presionara a Estados Unidos para que levante las sanciones arancelarias impuestas a los textiles etíopes por violaciones fragantes humanitarias. Eso le permitiría conseguir más  dólares”, dice.  Antes de la guerra Etiopía exportaba ropa de marcas americanas a Estados Unidos.

Vuelvo al hotel un amigo de Mekelle está esperando sentado en el lobby. Le había avisado de mi llegada pero no estaba seguro de poderle ver. Ha tenido que quedarse en Addis más de lo esperado para arreglar su visa. Tiene planeado viajar a los Estados Unidos a una reunión de una ONG humanitaria internacional para discutir como ayudar a reconstruir Tigray. Mañana vuela a Mekele. “Hay cinco o seis vuelos diarios “ dice. Tigray había estado aislado durante dos años. No solo los vuelos habían sido cancelados, y las carreteras bloqueadas, también las comunicaciones telefónicas y el internet habían sido cerradas.

Mi amigo dice que los acuerdos de paz se están implementando bien. El bloqueo ha acabado y la asistencia humanitaia esta llegando. La electricidad ha vuelto y los bancos han abierto. “El problema ahora es que todavía no dan el dinero de tu cuenta que pides”, dice. La guerra ha destruido muchas infraestructuras en Tigray. “Es como si hubiesen pasado Atila y los Hunos”, dice. Pero por lo que cuenta de Mekelle la capital se ha salvado de la destrucción. La derrota en Shire había puesto a Mekelle a tiro de la artillería, incluso llego a haber ataques indiscriminados sobre la ciudad. Fue una de las razones poderosas que llevo al  TPLF a la mesa de las negociaciones.

¿Resultados políticos de la guerra?, le pregunto. Antes de contestar levanta la vista y mira a los lados para ver si alguien escucha. “Ningún de los dos bandos pueden estar satisfecho. Abiy Ahmed no es más fuerte que antes y el TPLF es más debil”, dice. Asegura que han muerto un millón cuatrocientas mil personas durante los dos años que ha durado. Es un número extraordinario pero lo escuche varias veces. Uno de los negociadores internacionales había puesto su número en 600 mil. Los invalidos son numerosos. Hay más de veinte mil personas que han perdido brazos o piernas. El 85% del sector salud en Tigray esta destruido incluso hospitales importantes. “Por eso han muerto tantas personas no combatientes”, dice. Ha sido imposible hacer dialisis. No había medicinas para controlar la diabetis o el Sida. Enfermos con enfermedades crónicas que necesitaban medicinas para vivir han muerto. Las atrocidades no solo ocurrieron en Tigray. Hay informes que soldados tigriños se vengaron haciendo lo mismo en comunidades de Amhara y Afar cuando su avance fallido sobre Addis Abeba. Hay denuncias de violaciones y ejecuciones sumarias. La Universidad de Wollo fue destruida por soldados tigriños como había sido la de Mekelle. Cuenta que el mismo sufrió en su casa un episodio de violencia sexual. Los abusos y violaciones son incontables a veces cometidos por bandas de soldados violadores. ¿Cómo esta la situación ahora?, le pregunto. “Hay muchos problemas pero la situación esta mejorando rapidamente. Mekelle esta activo y los cafés llenos. En mayo las escuelas han sido abiertas después de tres años”. dice. Han estado cerradas un año por el COVID y dos por la guerra. Los niños han sufrido psicologicamente enormemente durante estos años. 

Desde fuera es dificíl entender cómo después de dos años de una guerra tan brutal los líderes del gobierno y el TPLF se dejaron filmar bebiendo, comiendo, abrazándose  y bailando juntos después de la firma del acuerdo de paz. ¿No hay ningún pesar por los muertos? ¿Por el sufrimiento humano producido por las diferencias políticas de las élites? Mi amigo dice que si algo necesitaba Tigray era acabar la guerra. “Mostrar el acuerdo alcanzado entre los líderes es necesario para que la población vea que va en serio.  Es mejor esas imágenes que se peguen tiros entre ellos. Los abrazos y los brindis son símbolos que cimientan el acuerdo “, dice. Pero debe ser difícil de tragarlo por las familias de los muertos o de las mujeres violadas. ¿No hay otra manera de mostrar que la guerra ha acabado?

Durante la guerra se llegó incluso a hablar de genocidio por el número de civiles asesinados a sangre fría y  mujeres violadas. La destrucción de semillas y cosechas, el robo de aperos y bueyes, el saqueo de factorías enteras llevadas a Eritrea estaban produciendo una mayuscula catastrofe humanitaria. Amnistía Internacional informó que en Axum soldados eritreos llegaron a masacrar a más de cien personas la mayoría jóvenes. Mi amigo dice que el dolor sólo se cura con el tiempo. Pero se sabe que el tiempo por si mismo no lo cura. El dolor puede convertirse en odio y revancha sino hay justicia y, reparación habrá pronto otra guerra perpetuando  el ciclo de violencia que conoce la región. Dicen que los soldados eritreos se han vengado  de lo que hicieron los etiopes en Eritrea durante la guerra de 1998-2000. ¿Se vengarán los tigriños en otra futura guerra?

Día 2 

Addis Abeba ciudad de contrastes

Desde el hotel donde me alojo veo el apartamento donde viví durante tres años. Esta muy cerca de uno de los pequeños ríos que atraviesan la ciudad. Cuando llueve baja tanta agua (y basura) que parece va a desbordarse. Todavía campesinos cultivan la tierra en una de sus orillas. Los veía agachados en grupo desde mi ventana cuando trabajaban. Es una zona que se esta (hasta el momento) salvando del desarrollo urbanistico. Pero meses antes de que dejara de vivir en Addis cortaron un pequeño bosque para construir un edificio de 25 pisos. Todavía lo están construyendo. Las hienas dejaron de venir. Antes cada noche oía su gruñido. Sin bosque callaron. Sus ojos brillantes desaparecieron.

Me encuentro con las mismas personas que cuando vivía allí.  La misma mujer y su hija que hacen café para los trabajadores de la construcción. Su chiringuito unas mesas bajas y taburetes de plástico protegidas de la lluvia por toldos de plàstico ha sido perfeccionado. Estas mujeres traen cada día el grano de cafe, lo tuestan, lo muelen, y lo preparan en ollas de barro calentadas en pequeñas cocinas moviles de leña. Estan sentados los trabajadores que daban mantenimiento al edificio donde vivía. Está también el mismo guarda de una pequeña urbanización donde hay varias embajadas. El mismo transito de camiones a las obras. Salgo a la calle principal donde hay un cafe moderno. En la acera están los mismo niños con sus pesos de baño ofreciendo pesarte por un birrr. En el café moderno el cafe express ha sustituido al tradicional. No hay trabajadores de la construcción sino de oficina. 

Está Ayele. Acostumbraba a hablar con él.  Me acuerdo de la última conversación que tuvimos. hablamos del conflicto entre Abiy Ahmed y el TPLF. La guerra todavía no había empezado. “Los problemas no han acabado. Viene otra guerra peor” me dice. “El conflicto con los amharas será más duro que el de Tigray. Los amharas son guerreros donde ponen el ojo ponen la bala” , dice. Ayele piensa que la guerra ha dado más poder a los amharas y Abiy Ahmed esta obligado a recuperarlo. Han ocupado territorio tigriño (se niegan a abandonarlo a pesar del acuerdo para acabar la guerra) sobre todo en Wolkait una región al oeste disputada por amharas y tigriños y han reforzado su alianza con los eritreos. Ayele está convencido además de que los amharas guardan conocimientos mágicos en sus libros ortodoxos ancestrales. “Tienen poder para cambiar las cosas. Esa es la razón del interés de las grandes potencias por Etiopía. Con este conocimiento guardado por sacerdotes ortodoxos en libros ancestrales eres invencible. Puedes cambiar el curso de los acontecimientos. También el de una guerra”, dice seriamente.

Apenas unos días antes de llegar el presidente en Amhara del Partido de la Prosperidad, un partido creado por Abiy Ahmed desde el poder, había sido asesinado a tiros en su coche en Bahir Dar, la capital amhara. Se ha publicado que había tenido una discusión con Abiy Ahmed quien acababa de publicar un decreto disolviendo las fuerzas especiales amharas. Soldados federales habían sido envíados a la región y se sabía de que había habido varios enfrentamientos armados. Ayele lo interpretaba como que Abiy estaba perdiendo el apoyo amhara hasta ahora un fuerte aliado. “Para compensarlo ha empezado negociaciones con el Ejercito de Liberación Oromo”, dice Ayele. Organismos de derechos humanos han denuciado de varias masacres entre amharas y oromos en ámbas direciones. Parece que las negociaciones se han estancado. Ayele ve una guerra entre Abiy y los amharas en el horizonte.

Lo únco que ha cambiado en estos dos años en la zona ha sido que han acabado varios edificio que llevaban tiempo construyendo. En uno de ellos en la segunda planta hay un restaurante exclusivo de comida asiatica al que me lleva a cenar un amigo. Me dice que hay también un club restringido para fumadores de habanos cubanos. El wisky lo compras por botella a mil dólares cada una. Parece que esta pequeñisima isla de Bole se ha aprovechado de la guerra salvándose muy ventajosamente del desastre económico que vive el resto del país a causa de la misma. Visito una de las tiendas que frecuentaba. Vendía productos de comida  italianos. Las estanterías están ahora vacías. El manager me dice que no tienen dólares. Las calles están más llenas de niños pidiendo dinero. Veo algunos mutilados.

Día tres

El centro de Addis Abeba visto desde la plaza Meskel

Dawit viene a buscarme al hotel. Había sido “mi” taxista cuando vivía en Addis. Tiene el mismo viejo toyota azul. Contamina pero me dice que no tiene manera de cambiarlo, no hay ayuda financiera por ningun lado. Es de Wolayta pero vive en la capital desde hace màs de diez años.

Vamos al centro, a la plaza Meskel. Cuando salí de Addis estaban renovándola y quiero ver el resultado. Han reducido una esplanada y extendido las gradas. En la plaza se celebran los grandes eventos políticos y religiosos. Dawit dice que siguen viniendo a hacer ejercicio.  Les gusta entrenarse subiendo y bajando las gradas. Aparcamos en un nuevo aparcamiento que han hecho bajo la plaza. Tiene mucho de subrealismo. Hay más de 1500 plazas pero esta vacío. 

Hemos hablado de como era la vida en Addis durante la guerra. La policía paraba a quien hablaba tigriña o tenía acento tigriño y se los llevaban para interrogarles. En la tarjeta de identidad está escrita la etnia a la que perteneces. Todavía hay más policías en la calle que antes o al menos se identifican más. “ Es loco. Hasta hace unos pocos días si eras tigriño eras del TPLF y por tanto un terrorista y acababas detenido, ahora el TPLF es solo un partido político no un grupo terrorista y puedes pasear tranquilamente”, dice. Durante dos años ser tigriño significaba estar a merced de la policía. Pero no solo era el peligro de ser detenido, los bienes estaban amenazados. Hay muchas historias de gente que ha tenido que malvender por amenazas sus propiedades ó simplemente han sido robadas por gente sin escrupulos. Los acorralaban por tigriños, los ponían contra la pared y no tenían otra alternativa que vender el apartamento o el negocio. “Era difícil seguir viviendo como si nada sí sabes estas cosas y el desastre humano que había en Tigray”, dice.

Vamos a Piazza el viejo centro de la ciudad. Hemos parado a poner gasolina. Hay más cola de lo habitual. Están digitalizando las gasolineras. Ya no se paga con dinero sino a través de una cuenta de pagos telefónica. Está recien implantado y los conductores toman su tiempo. En Piazza necesito reparar unas gafas. En Barcelona me han dicho que las tire y me compre otras. En Addis se recicla todo. Pero al llegar nos encontramos que las “ópticas callejeras” han desaparecido. Hace años que venían aprovechando una isla entre dos calles anchas para sus negocios. El propio Dawit esta extrañado de que ya no estén. Dice que estuvo hace tres días.  Parece que la “modernización” de la ciudad ha llegado a Piazza pero se trata de una modernización selectiva. Las colas esperando al autobues son mucho peores que antes. Algunos estan dos horas esperando subirse y una hora de viaje para llegar a sus casas. Estamos parados discutiendo que hacer cuando uno de los vendedores se acerca. Parece que en vez de querer reparar gafas trafiquemos droga. Se lleva las gafas y dice que esperemos. Regateamos el precio. Al rato vuelve con las gafas arregladas.

Parece que Abiy ha aprovechado la guerra de Tigray para librar otra en el centro de la ciudad contra los pobres. Los ojos están puestos en el norte del país y nadie mira lo que sucede en Addis. En el área del Teatro Embajador, a un lado de la oficina de migracíon, detrás de la sede de la compañía de telecomunicaciones han arrasado el lugar. Era una de las zonas tradicionales de Addis Abeba. Calles adoquinadas, pequeños edificios de un piso, muchos de construcción precaria, más vivienda que comercio, aglomeración,  techos de zinc.  Algún viejo palacio de la nobleza se ha salvado. Han abierto galerías de arte – hemos ido a visitarlas- pero el resto ha sido masacrado por excavadoras y buldozers. Dicen que en el programa de modernización de la ciudad está expandir el Parque de la Amistad al otro lado del pequeño río que viene de Entoto y necesitan el terreno. Es la obra de un autoritario modernizador a quien no le importa que va a ser de las familias que estaban viviendo en la vecindad arrasada. Si no se van los sacan a la fuerza. Los buldozers protegidos por la policía suelen tirar un muro y dan tiempo para que saquen las pertenencias. Sino lo hacen en 24 horas desaparecen bajo los escombros. Si acreditas tu derecho a residir en la vivienda demolida te reubican en un pequeño apartamento a las afueras de la ciudad.  Sino puedes demostralo no recibes nada. El gobierno les abandona dejándolos a su suerte sin un sitio donde dormir. Les tiene sin cuidado que pase con ellos si pueden hacer negocio.

Dawit dice que lo mismo esta pasando en otros lugares de Addis. Arrasan con estas vecindades tradicionales para construir edificios de cemento. Parece que va acompañado de una lucha contra la economía marginal en el centro. La policía hace constantes racias contra vendedores ambulantes. Es la otra cara de la moneda. El sector informal duerme en estas vecindades incluidos los limosneros que hay en los semáforos o a la entrada de las iglesias. 

En su “modernización” Abiy Ahmed está en una guerra contra los pobres no contra la pobreza. Los quiere sacar del centro y seguir viviendo su fantasía modernizadora neoliberal como sino existieran. Estos vendedores informales son inmigarntes rurales que han llegado a la capital en busca de oportunidades. Viven día a día con lo que consiguen ingresar. Lo más probables es que terminen en la carcel o trabajando en la construcción por algo más de 100 birrs diarios (uno ó dos dólares al día, depende del cambio).  Pagan 15 birrs por dormir en una litera rentada en una de esas vecindades que ahora destruyen y comen por 30 birrs. Todavía les queda algo para ayudar a sus familias rurales a veces más pobres que ellos.

Día 4

El lago del Parque de la Amistad

Visito el Parque de la Amistad. Un nuevo parque en el centro de la ciudad al lado del hotel Sheraton el más lujoso de la ciudad. Han aprovechado una pequeña colina para construir varias terrazas comunicadas entre ellas. Es un espacio verde y abierto con un diseño moderno y materiales avanzados. La primera vez que visite Addis hace veinte años la colina estaba llena de viviendas precarias. Ahora una fuente iluminada imitando sonidos musicales baja por la ladera hacia un lago. Los vecinos corrieron la misma suerte que ahora conocen en el área del Teatro Embajador.  En la parte baja del parque por donde pasa el río que viene de Entoto han construido una pequeña presa y una depuradora para hacer un lago de agua limpia. Hay papiros y flores de loto.  El parque es un regalo de China a la ciudad. Desde el se ve la línea de los nuevos rascacielos muchos de ellos también construidos por empresas chinas. China esta ayudando a Abiy Ahmed en su proyecto de modernizar la ciudad. Tiene experiencia hicieron lo mismos con los hutongs en Beijing.

China había estado preocupada por sus inversiones con la llegada de Abiy Ahmed al poder. Hubo al principio fricciones entre Abiy y el embajador. China había sido durante décadas el primer socio económico del proyecto de Meles de industrializar Etiopia y temía de que hubiera un giro de timón. Abiy Ahmed estaba en plena lucha contra el TPLF. Beijing estaba preocupado porque la deuda externa de Etiopía es con China, había financiado poligonos industriales y había construido el tren que desde la capital va a Yibuti pero al final llegaron a un acuerdo. Turbinas hechas en Shanghai han comenzado a producir en la Gran Presa del Nilo la electricidad que la industrialización necesita y están renegociando la deuda. De hecho los tigriños esperaban ayuda de China en su guerra contra Abiy Ahmed pero Beijing no ha intervenido en el conflicto, se ha dedicado a asegurar sus inversiones y prestamos no importa que partido gobierne.

En el parque una docena de fotógrafos profesionales retrataban a parejas de novios. Es época de bodas. Han tenido que parar la sesión por la lluvia. Las novias corrían salvando como podían la cola de sus blancos vestidos. Protegido de la lluvia veo el lago y sus orillas adornadas con plantas de toda Etiopía. Me parece que no estoy en Addis sino en otra ciudad donde la vida es más fácil.  Veo el parque como un bello recubrimiento que esconde una estructura en malas condiciones. Addis puede tener ya 10 millónes de habitantes. El crecimiento de la población va más deprisa que el gasto en infraestructuras y servicios que se requiere. El transporte público es una pesadilla por el tiempo de espera. Los coches escupen humo y las aceras son difícil de caminar. No hay acantarillado y el agua de los ríos no es depurada y arrastra basura y desperdicios. La inversión en parques semiexclusivos sintonizaba bien con la política de Abiy Ahmed de acabar con los pobres no con la pobreza.

He quedado en el hotel Hilton con un viejo conocido que trabaja en el gobierno. El Hotel Hilton fue fundado en 1969 por el emperador Hallie Sallesie y aunque se han construido hoteles más lujosos ha quedado como una institución de la ciudad. Addis Abeba es la sede de la Unión Africana  y durante los años muhos jefes de estados y diplomáticos han pasado por el mismo. Casualmente hacía unos días había estado en una boda en el Parque de la Amistad. Había 2000 invitados. En cada mesa una botella de champang francés y una de wisky de primera clase escoces. El novio era de una familia de empresarios cercana a Abiy Ahmed. Dicen que fue el mismo Primer Ministro quien faciltó que un espacio público como es el parque fuese usado privadamente. El empresario un construtor está construyendo un nuevo palacio para Abiy Ahmed que cuesta cientos de millones de dólares.

Hablamos de como algunos empresarios se han beneficiado de la guerra. La mayoría cercanos a Abiy Ahmed. Son los que frecuentan los nuevos restaurantes de lujo que habían abierto en la isla de Bole. Estos  empresarios se han hecho más ricos pero el país esta sufriendo y se ha empobrecido. La guerra no ha ayudado a la economía al contrario ha impulsado la inflacción. Es fácil detectar el descontento existente.

Mi conocido piensa que los líderes del TPLF hicieron un mal calculo de su fuerza causando un mal al país. “ Creían que las Fuerzas de Defensa Etíopes no podrían derrotarlos. No esperaban tener que enfrentar cinco frentes a la vez. El ejercito eritreo atacó desde el norte y las milicias amharas desde el sur oeste en Wolkait sumándose a los frentes abiertos por el ejercito etíope. En una segunda fase de la guerra los tigriños lograron tras una movilización general parar a amharas y eritreos y derrotar al ejercito etiope en el este de Amhara y Afar avanzando sobre Addis Abeba. Hubiera podido cambiar el rumbo de la guerra sí hubiesen llegado hasta la capital en donde hubo unas semanas de nerviosismo. Pero no tenían capacidad de defender la retaguardia y ataques con drones les obligó a retirarse. Los drones iranís y turcos fueron pagados por Emiratos Arabes Unidos y traidos por empresas ucranianas y españolas con el visto bueno de Estados Unidos quien no quería una guerra civil en Addis Abeba. Hubiese desestabilizado todo el Cuerno de Africa. En la última oleada de la guerra las fuerzas de defensa de Tigray cansadas y muy desgastadas en el noroeste por los ataques eritreos no pudieron defender Shire siendo obligados a negociar. 

En su oficina había tigriños que ocupaban altos cargos. Dejaron todo y se alistaron en las fuerzas de defensa tigriñas. Lo interpretaba como que habían sido forzados por un compromiso étnico interiorizado del que no podían escapar. Tigray conoció esos días del inicio de la guerra una movilización general que tenía raíces en la guerra de liberación de 1974-1991 cuando los Frentes de Liberación de Eritrea y Tigray derrotaron al regimen centralista del Derg. “Pensaban que podían repetir la historia otra vez o al menos no ser derrotados. No se dieron cuenta que existe una corriente panetiope más fuerte que antes que piensa que basar la identidad en la religión o la etnia es un desatre”, decía.

Día 5

No más guerra

Vinó Dawit al hotel para llevarme al Parque de la Unidad. Es una de las nuevas atracciones de Addis Abeba. The Economist publicó que los Emiratos Arabes Unidos dieron tres mil millónes de dólares a Abiy Ahmed para su proyecto de modernizar la ciudad. Abiy incluyó la restauración del  viejo palacio de Menelik II abriéndolo  al público, convirtiéndolo  en un parque tematico del panetiopismo.  La idea de Abiy Ahmed es  recuperar la figura de Menlik II. Es sabido que le gustan más los reyes que los presidentes. Menelik II es considerado el forjador de la Etiopía moderna al integrar a todas las etnias en un estado bajo su poder. Visto como un opresor y esclavista por los nacioanlistas étnicos es venerado por los defensores del panetiopismo.

LLegué temprano para evitar las aglomeraciones. Los precios no eran baratos. La vigilancia era extrema. Uno siente el nerviosismo que hay en la seguridad. La sede del gobierno todavía está en el palacio aunque no hay acceso desde el parque. Las camaras de fotos prohibidas. Me requisaron la mía durante la visita. Fui revisado como si estuviera en un aeropuerto. Policías de paisano en todas las esquina. Camaras. La extensión del Palacio era enorme si la comparas con el tamaño de lo edificado por Menelik. Un edificio relativamente pequeño diseñado como vivienda bajo la influencia del ingeniero Gustave Eiffel entonces de moda y dos grandes salas funcionales para el poder. Parece que a Menelik  le preocupaba más la seguridad, por eso la extensión del terreno y sus barreras, que el comfort. El gran espacio vacío lo han aprovechado para construir un parque tematico regional mostrando la diversidad de Etiopía y un zoo donde los leones que simbolizaban el Imperio ocupan el mejor lugar. Con todo mi interés estaba en vistar la sala del trono y el comedor donde Menelik II ofrecía sus famosas comidas a los nobles o al pueblo dependiendo de la situación. Es una gran sala de un solo piso de altos techos con grandes lamparas de cristal colgando y tres alas separadas por columnas. Caben cientos de personas. Ahora lo usa Abiy Ahmed para organizar cenas con ricos, polííicos y diplomáticos para pedirles dinero. Sino les dan los millónes que pide no hay contratos ni negocios a la vista. El interés de los visitantes se centraba en el sotano de la Sala del trono. En tiempos del Derg había sido un centro de detención. Los militares revolucionarios habían construido celdas para  la elite militar y palaciega de los últimos tiempos del Emperador depuesto y asesinado en el Palacio.

Cuando regresé al hotel estaba Tadesse esperando. Estaba de paso en Addis Abeba. Vive en Hawassa. Había estado en Mekelle visitando a su madre. No la veía desde que empezó la guerra. Dice que durante la guerra pudieron sacarla de Mekelle y esconderla en el monte donde ha logrado sobrevivir. Le mandaba dinero periódicamente, pero los intermediarios se  aprovechaban de que los bancos estaban cerrados y se quedaban con el 15-20% de lo que envìaba a veces hasta más. Ahora todo esta bien. Había electricidad y teléfono  y en el mercado había comida.  Los bancos funcionaban. “Hay ganas de salir adelante”, dice. El sufrimiento ha sido muy grande. Los eritreos “mataban a todos los hombres que se encontraban en el camino incluidos niños mayores de cinco años. Los consideraban potenciales agresores de Eritrea. Era mejor matarlos antes de que se vengen cuando sean adultos”, dice. 

Le pregunté sobre Hawassa y la guerra. Hay un poligono industrial donde 30 mil mujeres cosen ropa para marcas de Estados Unidos. Me dice que lo pasaron mal cuando el gobierno de los Estados Unidos sancionó a Etiopía durante la guerra y le retiró los beneficios comerciales en aduanas que tenían los productos textiles etiíopes. “Las empresas resolvieron el problema diversificando la producción y produciendo ropa para el mercado interno. No hubo despidos de  costureras” dice 

Día 6

Mujeres reciclando plástico en Entoto

El último día visité Entoto con una amiga. Me es difícil imaginar Addis sin Entonto. Veía la montaña desde mi apartamento todos los días.  Entoto forma parte de la historia de la ciudad. Menelik II estableció allí su primer palacio antes de mudarse al valle empujado por el clima y las aguas termales. Abiy Ahmed ha incluido a Entoto en su plan de embellecimiento y es ahora un parque señalizado, con senderos y pistas, actividades, cafes y restaurantes. Hay un mirador desde que se ve la ciudad donde se ha hecho viral tomarse fotos. La incipiente clase media viene a caminar los fines de semana.

Entramos por la puerta más alta cercana a la carretera a Gojjam.  No lejos de la entrada había un grupo de mujeres sentadas ordenando  botellas de plástico vacías. Una vez  clasificadas las empaquetaban con maquinas y las almacenaban hasta que vinieran a buscarlas. Eran más de 15 aplastandolas y metiéndolas en grandes bolsas. Eran parte de un proyecto de reciclar basura solida para mantener el parque limpio. Estas mujeres vivían antes recolectando leña en Entoto y vendiendola en la ciudad pero ahora han restringido su acceso al bosque y no pueden seguir. Mi amiga era esceptica con el proyecto. “Todavía las veo por la carretera cargando 30 ó 40 kilos de leña”, dice.

Mi amiga es una de los muchos etiopes desengañados con Abiy Ahmed. Había puesto mucha esperanza en él cuando fue elegido primer ministro. Creía que iba a acabar con la corrupción, impulsar la economía y democratizar el país ahora es muy pesimista sobre el futuro de Etiopía. “Hay 30 millones de pobres que necesitan ayuda. Antes daba orgullo ser etíope ahora siento vergüenza¨ dice¨. Ve a Abiy Ahmed como antes veía al TPLF como la cabeza de un grupo que se ha apoderado del poder en beneficio propio no del país. Esta vez empresarios sobre todo oromos que se enriquecen con negocios nacidos desde el poder. “La guerra de Tigray apenas ha terminado y ya se habla de otra” dice. Ella cree que la crisis ha llegado hasta dentro del gobierno. 

En Addis Abeba mucho creen que Abiy no respeta sus propios compromisos. El acuerdo con amharas y eritreos se esta  resquebrajando tras las negociaciones con el TPLF.  Abiy se cree un rey que puede hacer lo que quiera pero le empiezan a ver como un aprendiz de dictador que acude a la guerra para mantenerse en el poder. Hay quien cree que Abiy Ahmed puede compensar su perdida de apoyo convirtiéndose en un instrumento de poderes geopóliticos externos y no descartan una guerra. Esta vez contra Eritrea un amigo de Rusia.

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Entendiendo la guerra de Sudán

Hace dos semanas en el programa N ´em de parlar de Siscu Baigues hablamos sobre la guerra de Sudán que había estallado esos días. Ha pasado un mes y el conflicto continua por lo que he decidido reproducir en el blog nuestra conversación. Lo peor de todo es que no hay todavía indicios de que la guerra pueda terminar pronto. La crisis se esta extendiendo a Dafur, donde a principios de siglo murieron 300 mil personas víctimas de genocidio, y las batallas siguen en Jartum con el desatre humanitario que crean. Hay informes de que empiezan a vacíarse las estanterías de las tiendas, los hospitales carecen de medicinas y se han denunciado violaciones de civiles por combatientes. Esta semana los bombardeos de aviones del ejercito han continuado, así como la ofensiva de las Fuerzas Rapidas de Apoyo en la capital y sus ciudades hermanas. La lucha por el poder entre el general Al-Burhan y el General Hemedti, hasta hace poco aliados, continua por el momento a muerte.

La última vez que visité Sudán en febrero del 2020 la población celebraba el éxito de un levantamiento popular que había acabado con el dictador y cleptómano General al-Bashir. La población se había cansado de estar peleando cada día para conseguir una pieza de pan o unos tomates en un país con derecho al 25% del uso del agua del Nilo. Los militares y grandes comerciantes parapetados en el islamismo político habían ofrecido en su propio beneficio el agua, las tierras más fertiles, las minas de Sal, las minas de oro…. a Egipto ó a los ricos países del golfo. Los precios se habían desbordado por falta de comida mientras los militares y sus aliados se enriquecían. Al final sindicatos, estudiantes, organizaciones profesionales, de pobladores organizaron una revolución contra el hambre que pareció por uno meses abrir las puertas a un Sudán más justo, igualitario y democrático. Fue un espejismo. Los militares volvieron a dar un golpe regresando a sus sucios negocios si alguna vez los habían dejado. La comunidad internacional lo dio por bueno y empezó a negociar con ellos dando la espalda a las reivindicaciones democráticas de la población. Poco a poco los intereses particulares de grupos de militares fueron abriéndose paso dentro del gobierno golpista. Esto ocurría en un mundo donde los intereses geopolíticos entraban en conflicto abierto por la guerra de Ucrania. Estos generales en su guerra particular por llevarse el pastel estaban eterrando los intereses populares plasmados en la Revolución creando una crisis humanitaria impredecible.

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Viaje al Sur de la Patagonia (IV y última entrega)

Texto Mark Aguirre Fotos Nayeli Lasheras Maas

Las Torres del Paine vistas desde su base

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La Patagonia Chilena

Tuvimos que regresar a Calafate para viajar a Puerto Natales. Lo hicimos en autobus. Son alrededor de siete horas dependiendo de lo que cueste pasar la frontera. El paso fronterizo está poco después de Rio Turbio un centro minero del carbón donde hay una central térmica.  Antes habíamos parado a estirar las piernas en un restaurante en mitad de la nada. Un señor ya mayor estaba sentado mirando pasar los coches. Vestía boina y lucía un gran bigote encanecido. Se trataba de un gaucho ovejero que estaba haciendo tiempo. Se dedicaba a mover rebaños de ovejas de un lado a otro de la estepa. Había nacido en Chile en un lugar entre Punta Arenas y Puerto Natales pero lleva desde 1969 viviendo en Esperanza. Dice que cuando el trabajo se lo permita volverá a su pueblo natal en Chile pero mientras tanto seguirá con las ovejas. Se ha subido al autobus una señora que se convierte en mi compañera de asiento. Vive en una estancia cercana pero es de Puerto Natales. Viaja a visitar a su familia. Decía que apenas la había visto estos últimos años a causa del covid. Las autoridades chilenas habían cerrado la frontera y después habían sido muy estrictas con lo de la vacuna. A una pasajera del autobus no vacanuda casi no la dejan entrar a Chile. Tuvo suerte. Un pasajero llevaba un test de covid y la policía se conformó con el resultado de la prueba.

Puerto Natales esta en la orilla del fiordo Última Esperanza. Se veían montañas en la otra orilla coronadas con nieve. En uno de los muelles estaba atracado un barco de National Geographic. Iba a la Antartida. Los pasajeros estaban hospedados en un hotel que había reciclado un viejo matadero de los tiempos en que la exportación de carne era la actividad económica más importante. Había amanecido soleado pero era media mañana y estaba lloviendo. Luego llegaría el viento. Pasamos el día arreglando nuestra estancia en el parque nacional Torres del Paine. Nos llevó más de la cuenta. Dos diferentes compañías privadas lo explotan turisticamente y hay que coordinar las reservaciones.

En Puerto Natales solo teniamos hotel para una noche y la siguiente estaba completo.  La propietaria era de Port Montt una ciudad a más de 2000 kilómetros si vas por carretera (1000  km si vuelas) considerada la puerta al sur de Chile. Hay trasbordadores que hacen también el viaje.  La carretera, “la carretera Austral”,  todavía en construcción fue empezada en tiempos de Pinochet. Es dificil su construcción por la multitud de rios, lagos, canales  e islas que atraviesa. Como los militares argentinos los chilenos también querían dejar la huella de su soberanía en el sur de la Patagonia. Está previsto que la carretera llegue hasta el  canal de Beagle en Puerto Willliams. La propietaria del hotel había emigrado a Puerto Natales porque su salario en el sector salud donde trabajaba no le llegaba; además estaba angustiada con la pensión. Una amiga suya maestra que ingresaba 1500 dolares al mes cuando trabajaba le dan de pensión 200 dólares.  Dice que no le ha quedado más remedio que abrir el hotel. Tenía que pagar los estudios de su hijo. “Los  salarios no llegan para pagar la educación o un hospital si te sucede algo grave” dice. Le faltaban dos años al hijo para terminar sus estudios de dentista. “El mismo día que le den el diploma cierro el negocio”, decía. No sabe si volverá a Port Montt.

Encontramos una habitación en un hotel cercano. Claudio ayudaba con todo lo que se requería, igual apuntaba una reservación que preparaba un bocadillo. Había venido del norte de Chile de una región andina fronteriza con Argentina. Parece que en Chile hay también una corriente migratoria del norte hacia el sur en busca de oportunidades. Dice que hacía unos días los trabajadores del Parque de Torres del Paine, “ganan menos que un fregaplatos en un restaurante”, empezaron una huelga. Pensaron que Boric el nuevo Presidente progresista chileno ayudaría a los empleados públicos, Boric creció en Puerto Arenas y conoce los problemas de la región, pero se desengañaron. El nuevo Presidente redujo el gasto público en los parques nacionales en un 20%.  Entraron en huelga dejando de cobrar entradas e hicieron barricadas en algunos lugares impidiendo el acceso a algunas áreas. Al final consiguieron un aumento. Su movimiento se ha extendido al resto de parques nacionales. “Ahora el parque funciona con normalidad” , dice

Los paisajes de la Paragonia parecen poco afectados por la actividad humana

El día siguiente salimos para el Parque de Torres del Paine. La estación de autobus no estaba lejos y fuimos caminando. El viaje  tomó unas dos horas. Ese día y el siguiente dormimos en un regufio a precio de hotel de varias estrellas a los pies de las Torres del Paine. La chica de la recepción resolvía todos los problemas dando ordenes pero las literas estaban limpias y la comida no estaba mal teniendo en cuenta donde nos encontrabamos.

Las Torres del Paine es el  equivalente chileno del  Fitz Roy. Solo llegas hasta la base, la subida es dura,  y lo más duro de la subida es el viento que puede ser huracanado en los últimos tramos de un suelo rocoso. Durante el ascenso me había llamado la atención un letrero en el que se avisaba que entrabas en “propiedad privada”. Sabía que Chile tiene una fijación con las privatizaciones pero me parecía un excesivo giro de tuerca. ¿Cómo era posible que el acceso  desde dentro de un parque nacional a un simbolo nacional del turismo no fuera público?

Aproveché que casualmente durante la cena uno de los  comensales era un guía para hacer la pregunta. Se dedicaba a organizar excursiones de varios días en el parque. Había trabajado como un guardabosques pero lo había dejado por el sueldo miserable. Había decidido trabajar por su cuenta y había abierto un pequeño negocio que organizaba algo asi como excursiones de aventura en un parque con posibilidades ilimitadas para ello. Parte del parque estaba en manos de la familia Cusanovich. Era también propietaria de los refugios y hoteles en esta zona del parque alrededor de las torres del Paine. En 1971 los Cusanovich compraron una estancia que sus propietarios mantenían como una casa de campo. Las propiedades en la Patagonia son enormes. Los Cusanovich habían venido de Croacia como ocurría con  la familia del Presidente  Boric. Hubo una emigración croata al sur de la Patagonia a  trabajar en la industria del petróleo, pero los Cusanovich decidieron producir grasa con rebaños de ovejas en vez de sacar petroleo. Vivían como gauchos y se movían a caballo. Han sido sus nietos amigos del antiguo Presidente Piñera los que han empezado a moverse en Toyotas todo terreno despues de dar otro enfoque a la propiedad ayudados por el boom turistico. El guia no daba mucha importancia a quien era propietario del parque nacional. Le preocupaba más como se gestionaba y como se garantizaba que los beneficios repercutieran en una sociedad con un ingreso y riqueza enfernizamente concentrados. Los salarios de los empleados en los hoteles y refugios de los Cusanovich eran muy bajos y la seguridad del empleo escasa. No hay equipos de rescate o médicos que puedan atender a excursionistas en caso de que se requiera. El año pasado un turista murió de un ataque al corazón mientras subía a las Torres del Paine. Hace unos años un incendio quemó muchas hectáreas de bosque debido a la falta de equipo y personal especializado. “El dinero que ganan no lo gastan en beneficio del parque y los trabajadores que lo sostienen. Ese es el problema no la propiedad”, decía.

Hacía unas semanas que se había celebrado un referendum sobre una nueva Constitución. El texto progresista sin razones aparentes había sido rechazado. La derrota había inundado de pesimismo al país. El guía estaba en ese modo. Estaba desengañado del proceso político. “Este país no tiene solución sino se empieza de cero. No hay salida dentro del sistema  Todo es una ilusión. El estado no va hacer nada por mejorar la vida de los chilenos, esta en manos de compañías mineras que practicamente no pagan impuestos. Habría que dinamitar al estado y empezar de nuevo”, decía. Veía también a Boric como una ilusión. “ Boric no puede ser Presidente. No ha tenido un trabajo en su vida. De activista estudiantil a diputado, de diputado a Presidente. No conoce el Chile real por si mismo” decía

En el Parque Nacional de las Torres del Paine los excrsionistas pueden diseñar sus rutas de acuerdo a sus necesidades y posibilidades fisicas y económicas.

Una de las maravillas de la Patagonia austral es que no se ven edificaciones y ,al menos parece un territorio extenso donde el hombre y sus rebaños apenas ha modificado el paisaje. Hay una importante fauna y flora autóctona.  Hay bosques originarios. Abundantes animales salvajes.  Los pumas y gatos patagónicos son relativamente faciles de ver. Lagos azules. Glaciares. Rios. Todo ello al alcance de cualquier excursionista medianamente preparado que puede diseñar sus rutas de acuerdo a sus necesidades y posibilidades fisicas y económicas.

Puerto Natales era nuestra puerta de salida.  El vuelo a Port Montt salía al día siguiente asi que tuvimos que dormir por última vez en la Patagonia.  No estaba Claudio en el hotel. En su lugar estaba su administrador que era también propietario y a veces echaba una mano en la cocina. Era de Navarra. Llevaba 20 años viviendo en Chile aunque pasaba el invierno austral en España. El turismo se desploma en esas fechas y cerraba el hotel. Dice que cuando llegó a Puerto Natales había la mitad de la población que hay hoy. “Estan planeando hacer los aeropuertos de Punta Arenas y Puerto Natales internacionales.  Su plan es transformar la ciudad para convertirla en un centro internacional  turístico y pesquero», decia. Veía una incongruencia total que viendo lo que viene: un turismo masivo, un parque nacional estuviese en manos de intereses privados. “Esta familia (Cusanovich) se ha encontrado con un regalo. Hace veinte años estos glaciares y montañas solo estaban en la agenda de los alpinistas. El turismo masivo es algo nuevo y no se sabe el impacto que puede tener sobre los ecosistemas. «La conservación de la naturaleza sería más segura  si el parque estuviese bajo total control público.”, decía

Algo parecido estaba pasando con los canales de la Patagonia. Habían llegado recientemente a Puerto Natales cinco mil nuevos trabajadores  para poner estructuras metálicas y convertirlos en granjas de salmón. No llegaban solo empresas nacionales. Las hay noruegas y chinas para exportar el pescado.  «Se sabe que estas salmoneras están destruyendo la vida en el lecho del mar. La comida artificial que echan y las feces de los peces caen hasta el fondo destruyendo la vida en el suelo marino. Todo ello esta poniendo en tensión a la Patagonia sin saber el impacto que puede tener en la naturaleza”, decía.

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Viaje al Sur de la Patagonia (III)

Texto Mark Aguirre Fotos Nayeli Lasheras Maas

Uno de las decenas de glaciares de la Patagonia Sur que terminan en el lago Argentino

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Los glaciares de Calafate

Seba es un hombre jóven y dinámico. Gestiona el pequeño hotel en donde me alojo en Calafate y todavía tiene tiempo para conducir un taxis. Apenas he llegado y ha organizado una navegación para ver glaciares y una caminata por el Perito Moreno. Se maneja por el torbellino de los dólares, hay una dócena de cambios diferentes, como un auténtico maestro. La diferencia en pesos argentinos puede ser enorme de un día para otro. Me aconseja pagar siempre con dolares en efectivo. Tanto el dólar oficial como el más favorable que usabamos los turistas cambiaban de precio cada día. “Es como sobrevivimos los argentinos”, dice. Es crítico con el gobierno. “Aprovecha cualquier oportunidad para devaluar”, pero todavía es más crítico con el anterior gobierno de Macri, “aunque los dos tienen algo parecido. Ahora y antes sino haces nada para estar a flote te hundes. No puedes descansar” continua riendo.

Seba es de un pueblo al sur de la provincia de Buenos Aires. Llegó a Calafate atraido por la industria del turismo  como les ocurrió a otros muchos jóvenes. Su idea era trabajar unos años  juntar un dinero y volver a su lugar de origen a estudiar o montar un negocio. Pero Seba cambió de idea y se quedó  a vivir en la Patagonia.

El viaje a Puerto Bandera de donde sale el barco nos llevó algo menos de una hora. Está en el Lago Argentino. Hay casi 50 glaciares en un radio de 50 kilómetros desde Calafate. La Patagonia es uno de los lugares con más agua dulce del planeta. Durante el trayecto  pregunté a Seba si todavía quedaba algún vestigió de la población originaria en la zona. Me cuenta que en los 10 años que lleva viviendo en Calafate solo ha visto a un tehuelche. Había perdido su lengua pero vivía como ellos. Siempre andaba a caballo cubriéndose con una capa, nomada dormía donde podía, cuando lo necesitaba trabajaba en empleos temporales. Su vida era la estepa. “No he conocido a otro”, dice.

Una vista del lago Argentino
Un glaciar visto desde la orillasdel lago Argentino
Un tempano de hielo desprendido del glaciar Upsala

La navegación hacia el glaciar Upsala nos llevo varias horas. El color del agua era azul. Los tempanos de hielo que lo alimentaban eran agua de la lluvia congeladas. Estaban libres de sedimentos cuando se formaban. Varios glaciares pintaban de blanco las últimas estribaciones andinas. El barco paró en un atracadero para recoger algunos pasajeros. Aprovechamos para estirar las piernas. Uno de los guías explicó que había vacas salvajes en las laderas que subían desde donde nos encontrabamos. Eran descendientes de un intento de convertir estos bosques en territorio ganadero. Había sido relativamente fácil traerlas en barcazas y soltarlas en las orillas. Pero no ha ocurrido lo mismo para sacarlas. Cuando crearon el parque nacional algunas quedaron perdidas. Ahora sus descendientes  se comen las hojas y ramas de los árboles nuevos poniéndo en peligro la reprodución del bosque. Quieren sacarlas pero el coste es enorme. A medida que nos acercabamos al Upsala aumentaban los tempanos de hielo de un blanco azulado. La patagonia es una fábrica de agua dulce. El viento humedo siempre soplando del Pacifico es acompañado por nubes formadas en el oceáno. Al atravesar la cordillera andina la lluvia se transforma en nieve. Un fenómeno que ocurre la mayor parte del año. La nieve nueva comprime a la nieve caida anteriormente formando glaciares. Estos se mueven y cuando acaban se rompen formando lagos y ríos que llevan el agua a los primeros bosques patagonicos y después a una estepa humeda donde crecen pastos. Los tempanos eran creados en su ruptura. El Upsala se veía inmenso. No nos acercamos demasíado. Las autoridades no lo permitían después de que una avalancha destruyera un pequeño muelle y un par de edificios en donde solían llegar  los barcos. Pero si pudimos acercarnos a un poderoso tempano que navegaba a su suerte. El glaciar está claramente en retroceso. En los últimos veinte años ha perdido más de cinco kilómetros.

Una vista del glaciar Perito Moreno desde el mirador

 

Tempano de hielo desprendido del Perito Moreno

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El retroceso del Perito Moreno preocupa a los defensores del cambio climático

Al día suguiente visitamos el glaciar Perito Moreno donde teníamos contratada la caminata. Está también sobre el lago Argentino pero podíamos llegar por carretera desde Calafate. Era imponente su visión desde las sendas de un mirador construido a proposito para los visitantes. El glaciar tiene varios kilómetros de ancho y 60 metros de altura.  Esperabamos con ansiedad que se rompiera para ver los bloques de hielo desprenderse y caer al lago. Ruidos como explosiónes lo anunciaban. Para llegar al lugar de la caminata tuvimos que tomar un barco que nos acercó a la pared del glaciar. Después de dejarnos a un lado de su cara norte nos proporcionaron grampones y emprendimos la marcha. Se creía que el Perito Moreno a diferencia del Upsala  y los glaciares colgantes estaba estable y no retrocedía a pesar del cambio climático. Había la esperanza de que muchos de estos glaciares de la Patagonia no fueran afectados por el calentamiento global. Pero nuestro guía estaba muy preocupado. En unos años la cara norte del Perito Moreno había retrocedido 100 metros. Al principio pensaron que era algo temporal pero ahora piensan que su retroceso puede ser debido al aumento de temperatura que conoce el planeta. Si fuera así  los glaciares de la Patagonia habrían entrado en un época de retroceso creando una situación incierta para el ecosistema.

Seba nos aconsejó ir a El Chaltén y subir a la base del Fitz Roy. Esta al norte a dos o tres horas de Calafate en autobús. No he visto durante el trayecto una sola industria. Parece que en la zona todo el mundo trabaja directamente o indirectamente en el turismo y sino, eres un gaucho o un guardaparque. El Chaltén es un campamento de montañeros y escaladores pero en vez de tiendas de acampar hay hoteles, restaurantes y comercios. Tanto es así que tienes que registrarte al llegar en la oficina del parque y pedir permiso para algunas excursiones y escaladas.  La subida a la base del Fitz Roy te lleva  todo el día. El mayor obstaculo que encontramos fue el viento que sopla con fuerza a medida que te acercas al final pero merece la pena subir. El paisaje es extraordinario. Es curioso que el monte tenga el nombre del capitán ingles del Beagle el barco en que viajo Darwin a la Patagonia. Parece que se debe a Perito Moreno el explorador argentino que mapeó la zona y representó a Argentina en las negociaciones con Chile para delimitar las fronteras patagónicas.  Fitz Roy que mapeó la zona bajo pedido de los intereses británicos ayudó a Perito Moreno frente a los negociadores chilenos. Perito Moreno quiso agradecerselo y nombró la montaña en su nombre. Hemos conocido a Nahuel en un restaurante. Trabaja en uno de los hoteles. Había llegado a la Patagonia desde Salta con la idea de trabajar unos pocos años y regresar a su tierra. Pero como Seba, se ha quedado a vivir y dice que no tiene ninguna intención de dejar el Chaltén. Tiene el proyecto de abrir su propio restaurante.  “No es el dinero que gano o las oportunidades económicas que ofrece el Chaltén por lo que me quedo. Es la forma de vida lo que me gusta. El aire, el agua, la comida están limpios sin contaminación. La tranquilidad que hay es única. Puedes dejar una bicicleta sin candado por dos o tres días que nadie te la robará. Existe un espíritu de comunidad que no hay en otro lugar”, decía.

Una vista del Fitz Roy
Uno de los dos lagos que hay en la base del Fitz Roy
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Viaje al Sur de La Patagonia (II)

Texto Mark Aguirre Fotos Nayeli Lasheras Maas

el autor izquierda en el autobus que lo llevó de Ushuaia a Puerto Gallegos

Esta entrega forma parte de una serie de cuatro que seguirán siendo publicadas en los próximos días.

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Rumbo a Calafate

Decidimos ir a Calafate en autobus. Son 22 horas de viaje pero el trayecto parecía muy sugerente y los asientos eran comodos. No nos equivocamos. Tuvimos que atravesar la Cordillera Darwin antes de entrar en una llanura de hierbas bajas y matorrales. Estaba medio dormido, habíamos salido en plena noche, cuando al poco de pasar la bahía de San Sebastian paramos en la frontera chilena. Cosas de los tratados diplomáticos no era posible llegar a Rio Gallegos donde teníamos que cambiar de autobús sin entrar y salir de Chile.  En la aduana la policía chilena se quedó con dos manzanas que llevaba como desayuno, “para proteger la flora de Chile” me dijeron. Me desperté completamente cuando escuché a un viajero que estabamos cerca del Estrecho de Magallanes el canal que separa la Isla de Fuegos del continente.

El estrecho de Magallanes desde el puente del transbordador

Magallanes fue el primer europeo que en su viaje alrededor del mundo navegó en 1520 el canal que lleva su nombre desde el Oceáno Atlántico al Oceáno Pacífico. Antonio Pigafetta, el cronista del viaje, reportó que al norte del estrecho se habían encontrado con indígenas tehuelches (patagones). Los vieron como “gigantes” en vez de verse ellos mismos como enanos. Estos indígenas tendrían nuestra estatura. Cuando los europeos atravesaron por primera vez el estrecho avistaron numerosas hogueras en la costa sur decidiendo llamar a la isla  «Tierra del Fuego”.  Esa parte norte de la Isla era territorio de los selk´ nam, aúnque navegaban como los yámana habían ido estableciéndose en el interior convirtiéndose en nomadas cazadores-recolectores. Tenían fama de ser  muy precisos con sus arcos de lenga y tendones de guanaco usados como cuerda. Cazaban el cururo  un pequeñp roedor y el guanaco una especie cercana a la llama y la vicuña. Vivían dispersos en familias. Ellas mismas fabricaban sus propias herramientas e instrumentos de caza. Usaban piedra, madera, hueso y conchas. Los exterminaron los estancieros para quedarse con su territorio y criar ovejas.

Delfines orca nos acompañaron en nuestro trayecto

El estrecho de Magallanes lo cruzamos en un transbordador. Hicimos algo más de media hora. El viento se había calmado y hacía sol. Era verano. Magallanes tuvo que esperar a causa de las tempestades durante varios meses hasta acabar el invierno para poder pasarlo. Es probable que por ser más ventajoso ir de un oceáno a otro con caravanas de burros en Panama que con barco en la Patagonia sobrevivieran los pueblos originarios hasta los inicios del siglo XX.  Unos delfines orca nos acompañaron el último tramo del trayecto. Los pasajeros nos hacíamos contentos fotografías. En la orilla continental, todavía en Chile, había una pequeña cola de camiones esperando ir a la Isla.  Poco después pasamos la frontera y regresamos a Argentina. 

La orilla continental del estrecho de Magallanes

La llanura de hierbas y matorrales que habíamos encontrado nada más pasar la Cordillera Darwin no nos abandonaba a pesar de que habíamos recorrido cientos de kilómetros. Veíamos un territorio vallado, con rebaños de ovejas y de tanto en tanto guanacos solos o en grupo. La tierra  no cultivada y sin árboles. Estancias como islas distantes en una estepa eran visibles a ámbos lados de la carretera. Las casas estaban protegidas del viento por una tupida línea de álamos que se balanceaban en sus altura. Era la tierra de los gauchos. Se movían en caballos protegiéndose con sus capas y sombreros como boinas cuidando los rebaños o transportando sus mercancías. En las orillas de la carretera había pequeñas capillas de colores en veneración del Gauchito Gil su santo protector de Corrientes  recordando las víctimas de accidentes.

Un gaucho llevando mercancías a una estancia

Llegamos a Rio Gallegos pasadas las tres de la tarde. El autobus a Calafate salia a las 7. Decidimos emplear las horas que teníamos para visitar la ciudad. Para ir al centro desde la estación de autobuses tomamos un aútobus urbano. En la periferia de la ciudad se veía las condiciones precarias en que vivían sus pobladores. También había una universidad técnica. Una mujer estaba preocupada porque la semana siguiente tendría que volver a pagar el billete de autobus. Era gratis por la pandemia del covid. El viento era desagradable incluso antes de llegar a la bahía que forma el río Gallegos en su desembocadura.  Uno de los pocos paseantes que se habían atrevido a acercarse gritaba “Viva Peón” . Había visto antes una estatua de Eva Peron la segunda mujer del populista líder argentino  Resultaba que Rio Gallegos era uno de los núcleos peronistas nacionales actuales más importantes. Había sido en las primeras décadas del siglo XX un centro de la industria de carne. Instalaron frigoríficos y mataderos. Hubo un proletariado combativo y una incipiente actividad sindical. Los militares acabaron fusilando a sus organizadores muchos de ellos anarquistas. Hay un libro  La patagonia rebelde escrito por Osvaldo Bayer que lo cuenta. Ahora hay una industria del gas y petróleo y en su puerto en vez de salir carne sale el carbón de Rio Turbio. Era domingo y la gente estaba concentrada en una gran plaza donde había un gran escenario con publicidad del ejercito. Mujeres soldados dirigían ejercicios de aerobic al que seguían decenas de mujeres y hombres en la plaza. La ciudad es sede de uno de las mayores concentraciones de soldados de la región. En pleno siglo XXI la soberanía de la Patagonia todavía no estaba resuelta.

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Viaje al Sur de La Patagonia

Fotos y texto Mark Aguirre

La ciudad de Ushuaia a orillas del canal de Beagle es la más austral del planeta.

    Esta entrega forma parte de una serie de cuatro que serán publicadas los próximos días.

Ushuaia

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El viento es enorme. Nuestro avión no puede avanzar. Veo a un lado desde la ventanilla las laderas de las montañas nevadas de la Cordillera Darwin. El avión aprovecha el fin de una rafaga de viento para romper el impass y llegar al canal de Beagle. Logra enfilar la pista y aterrizar suavemente. Había leído historias de barcos que se quedan atorados en Ushuaia por el viento durante semanas pero es distinto vivir su intensidad aunque solo sea por unos minutos. El capitán nos dice que hemos tenido suerte, somos el último avión en aterrizar en el día. Las autoridades han cerrado el aeropuerto. Tomamos un taxi para llegar a nuestro hotel. Esta en la parte alta de la ciudad cerca de un nuevo parque. Cuando se construyó debía tener una fantástica vista panorámica de la bahia ahora varios edificios altos entorpecen su vista.

Miro el mapa mundi veo que Ciudad del Cabo esta mucho más al norte, lo mismo pasa con las ciudades más al sur de Australia. Ushuaia es la ciudad más austral del planeta. El canal Beagle, lleva el nombre del barco en que viajo Darwin a la Patagonia,  es uno de los canales más grandes de la zona y comunica los oceanos Atlántico y Pacífico. Todo este territorio estaba habitado cuando llegaron los europeos por tres distintos grupos humanos originarios que vivían de la caza, la pesca y la recoleción de las playas y los bosques. Los Yámana, los kawésqar y los Selk´nam.  En 1831 cuando lo visitó Darwin convivían con un par de misiones anglicanas. El nombre del canal era entonces Onashaga. Al final de siglo habían llegado buscadores de oro, grupos que mataban a palos cantidades ingestas de lobos marinos para vender su grasa y sus pieles, y estancieros que criaban rebaños de ovejas para las fábricas del textil inglesas. Para 1920 los tres grupos humanos que habían vivido en las orillas del canal de Beagle durante al menos 6.500 años habían sido aniquilados por el “hombre blanco”.

Varias empresas ofrecen desde Ushuaia navegaciones en el canal. Pero al día siguiente  el viento semihuracanado seguía y los barcos no salieron. Tuvimos que esperar un día para poder visitar varias pequeñas islas donde se concentran cormoranes, lobos de mar y pinguinos. Luego nos enteramos de que una turista había muerto en un crucero cuando viajaba hacia la Antartida a causa de la tempestad. Una gran ola desestabilizó el barco de tal manera que la tiró de la cama golpeandose mortalmente la cabeza. La chica que vendía los billetes de las navegaciones era del norte de Argentina, no lleva mucho tiempo viviendo en la Patagonia, nos dice que su hermano está trabajando en Badalona. Tiene un centro donde se hacen tatuajes. Cuando salió de Argetina nunca había hecho uno. “Tuvo que aprender a marchas forzadas en Badalona”, dice riendo. Nos aconseja que vayamos al parque nacional de Tierra de Fuego, está a 22  kilómetros, “hace sol”, nos dice. Así que decidimos explorar la costa del parque. Sabemos que hay montones de conchas de mejillones y otros moluscos creados por el consumo humano durante milenios  y queremos encontrarlos. Luego nos enteraríamos de que en Ushuaia había caido una gran tormenta con rayos y granizo mientras disfrutabamos de nuestra exploración soleada.

El sur de la Patagonia es una rede de bahías, canales e Islas grandes y pequeñas

Vamos en taxis. El taxista tampoco es de la Patagonia. Llegó a Ushuaia hace cuarenta años desde la provincia de Buenos Aires pero no le atrajo la industria turistica como a la vendedora de navegaciones. Llegó como todos en busca de un empleo, pero en aquellos años no había turismo “es cosa de los últimos veinte años”, dice. Entonces había una política de hacer a Ushuaia  y Rio Grande  una ciudad también en la Isla de Tierra de Fuego ciudades industriales. El gobierno dio subvenciones y empresas electrónicas se instalaron.  El estado argentino desde que este territorio empezó a tener importancia económica viene dejando señales de su soberanía. Estableció su primera misión en 1884. Luego abriría una prisión de castigo en Ushuaia en la primera década del siglo XX como un mojón de su presencia. Luego instalaron mataderos y frigorificos. Después los desacuersos fronterizos con Chile estuvieron a punto de ocasionar un conflicto bélico. Luego vino la guerra de las Malvinas.   Lo último había sido el desarrollo turístico.” Hasta llegan de Brasil a Argentina en pleno invierno para esquiar en Ushuaia”, decía el taxista

El parque es un territorio de 63 hectáreas donde los bosques del sur de las laderas de la cordillera Darwin se encuentran con el canal de Beagle. Ushuaia está ente la Cordillera y la orilla norte del Canal. Es fácil admirar un paisaje glaciar de tantos contrastes. Nosotros recorrimos la costa tanto como fue posible.  A veces nos metíamos a los bosques de lengas, un arbol de hojas perennes popular en el bosque andino´patagonico que crece desde el nivel de mar hasta los 500-600 metros de altitud. Visitamos el Lago Fagnano donde un grupo de Selk´nam vivío hasta desaparecer victima de una epidemia de gripe traida por los europeos. Acabamos en la bahía Lapataia. Tuvimos suerte y pudimos ver los montones de conchas hechos por los Yámana.  Recolectaban las playas y consumían ostras, crustaceos, cangrejos, erizos. Estos montones es lo único que queda de su presencia. Tuvieron que haber llegado del norte de Chile por la costa poblando el lugar. Había visto desde el avión el laberinto de canales, islas y bahías que es el sur de la Patagonia. Los Yámana que habitaban la zona más austral los conocían como la palma de su mano. Solían vivir en la costa, lo mismo hacían los kawésqar, construían con ramas sus cabañas y se calentaban con hogueras.  Para no tener frío, curtían pieles pero no cubrían todo su cuerpo con ellas, se untaban de grasa y luego ponían barro encima. Se movían en canoas en las que cabía una familia. Elaboraban con rocas y huesos sus armas de caza y pesca. En una generación fueron exterminados por militares, mineros y estancieros que querían su territorio.

Montones de conchas se encuentran en la mayoría de las costas del planeta. Son restos de comida acumulados durante milenios por recolectores de playas. Estos grupos que se movían en canoas u otro tipo de embarcaciones poblaron el planeta. Los yámanas llegaron a Tierra del Fuego navegando desde Chile.

Los colonizadores europeos  para legitimar sus crimenes  se inventaron que los pobladores de la Patagonia  no eran “humanos completos”.  Los deshumanizaron para robarles su territorio. El propio Darwin escribió en sus cartas y diarios:  “A la vista de estos humanos, es muy difícil creer que sean semejantes nuestros y habitantes de un mismo mundo”. Hablando de un grupo que vio en las cercanías de las islas Wollaston dice ”Constituían el grupo de criaturas más feas y miserables que he visto en mi vida”  En otra ocasión que vio a una mujer al costado del buque donde se encontraba escribe “Estas pobres y miserables criaturas se hallaban atrofiadas en su desarrollo ”. Los acusa de caníbales y los llega a ver como”verdaderos animales”. En defensa de Darwin  hay que decir que tenia sólo 20 años; y que en su viaje nunca tuvo contacto directo con ellos. Los vio desde su barco cuando navegaban en sus canoas ó a lo lejos cuando el barco estaba anclado. Lo que dice tiene que ser atribuido al racismo que aprendió en Escocia antes de partir o en las conversaciones con otros europeos o descendientes de europeos durante su viaje. Todavía en 1912 salían cruceros de Hamburgo a Tierra de Fuego para ver  a criaturas “que están más cerca del mono que del hombre” . Los  indígenas llegaban en canoas desde donde se subían a los barcos para bailar sus danzas tradicionales  a cambio de aguardiente, fósforos y tábaco.

Estas fotos han sido hechas de fotos tomadas pot Martin Gusinde, un sacerdote alemán y antropólogo que hizo varios vaijes a tierra de fuego entre 1918-1922. Vivio temporadas con los Selk´nam y fue invitado a participar en ritos de iniciación. Estas fotos fueron hechas durante la celebración de uno de ellos. Se disfrazaban de espiritus.

En 1872 el periódico The Daily News publicó en un artículo «Indudablemente la región se ha presentado muy apropiada para la cría de ganado; aunque ofrece como inconveniente la manifiesta necesidad de exterminar a los fueguinos”. (fuente: fueguinos  Martin Gusinde, Alquimia ediciones 2021, Chile pág 72).   Julius Popper un ingeniero rumano lo llevó a la práctica. Se hizo famoso por sus cacerías de indigenas entre 1880 y 1890.  Reclutó a 50 buscadores de oro para exterminar al pueblo Selk ´nam. Mac Lenan un aventurero escoces convertido en estanciero pagaba una  libra inglesa por cada indio asesinado; para cobrar tenían que entregarle una oreja cortada. En 1870 se calculaba el número de yámanas entre 2,500 y 3.000. Cuando Martin Gusinde, un antropologo aleman, en 1920 vivió con ellos y participó invitado en sus ritos de iniciación, solo quedaban 60. En 1880 había 4.000 selk`nam, en1919  sólo quedaban 279. En 40 años habían sido aniquilados en un genocidio en el que participaron mineros, estancieros y militares.

Interesados en más conocimiento de estos grupos indígenas les recomiendo leer el libro de Martin Gusinde Fueguinos Alquimia ediciones 2021, Chile .

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Primero destruyen a Yemen, luego no cumplen sus obligaciones humanitarias

Yemen cumplió el 26 de marzo el octavo aniversario de una guerra que ha causado uno de los mayores desastres humanitarios en lo que llevamos de siglo. Estamos hablando de un país que ya era el más pobre del Mundo Arabe cuando se inicio el conflicto en el año 2015. Se calcula que 377 mil personas han muerto a causa de la misma. 19 mil civiles fallecieron como consecuencia de bombardeos u otro tipo de explosiones y disparos, de ellos 4 mil niños. 4,5 millones de personas han sido desplazadas y 2 millónes de niños sufren desnutrición aguda, datos que dan la medida de la magnitud de la tragedia. Organizaciones humanitarias han calculado que dos tercios de la población necesita algún tipo de ayuda humanitaria pero la ayuda en vez de aumentar disminuye.

Este año se necesitan 4.300 millones de dólares de ayuda humanitaria pero hasta el momento solo ha sido comprometido por la comunidad internacional 403 millones. https://fts.unocha.org/appeals/1116/summary El resultado será que millones de familias yemeníes se quedaran sin recibir la ayuda alimentaria y de salud que necesitan. La consecuencia de la sobrevivencia extrema hará que más niños dejen la escuela para ir a trabajar y más niñas serán vendidas como esposas. Los países agresores una coalición encabezada por Arabia Saudí y Emiratos Arabes Unidos de la que forma parte Estados Unidos y Gran Bretaña, a la que han abastecido de armas otros países europeos, tenían obligación de financiar la ayuda humanitaria causada por sus bombas pero no lo han hecho. En cambio estan gastando enormes cantidades en otra guerra en Ucrania. Es inaceptable que la vida de los yemenies tengan menos valor que la de los europeos. Habla del cinismo y el doble rasero del sistema global que hemos construido arruinando cualquier credibilidad de su compromiso con los derechos humanos y la ayuda humanitaria. España ha vendido desde que empezo la guerra armas a Arabia Saudi y Emiratos por un valor de 2.700 millones de euros y solo ha contribuido con 9 millones a la ayuda humanitaria.

Hay negociaciones en Ryad entre los saudis y el gobierno de facto en Sanaa encabezado por los huzíes, mediadas por Oman en la que participa un enviado especial de Naciones Unidas, Hans Grundberg, para acabar la guerra. Pero hasta el momento los avances han sido insuficientes. Un cese al fuego acordado en abril del 2022 expiró en octubre. Aunque el conflicto yemení es un conflicto interno el reinicio de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudi e Iran los dos grandes poderes regionales ha traido ciertos aires de optimismo. Hay poca actividad en los frentes pero observadores no excluyen que la guerra pueda reiniciarse en toda magnitud de nuevo.

Sobre estos temas hablamos en el programa de Siscu Baigues en twitch http://twitch.tv/siscubai el día que comenzaba el noveno año de conflicto. No queríamos que fuese otra guerra más olvidada.

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