foto UNICEF Yemen
A mitad de octubre aviones saudíes redujeron a escombros al Kubra el tanatorio más grande de Sanaa cuando se estaba celebrando un funeral en memoria de Ali al-Rawishan un ilustre huzí que fue ministro con el Presidente Salleh. Al menos 140 asistentes murieron (Cruz Roja donó 300 bolsas para cadáveres) y más de 500 resultaron heridos. Entre ellos muchos prominentes jeques tribales que apoyaban una salida política al conflicto y líderes políticos y militares del gobierno de Sanaa. Ban Ki-moon el secretario General de las Naciones Unidas que ha tenido un perfil bajo durante el conflicto lo calificó inmediatamente de ¨crimen de guerra”.
Cuando Felipe VI pise la alfombra roja de Ryad los aviones saudíes llevarán 20 meses cometiendo actos criminales de esta naturaleza. Esta documentado (Yemen Data Project) que cerca del 40% de los bombardeos aéreos han sido sistemáticamente dirigidos contra escuelas, hospitales, mercados, mezquitas e infraestructuras económicas. 10 mil personas han muerto la mayoría por bombas lanzadas desde aviones, incluidas bombas de racimo. 3 millones de personas han sido desplazados. Los raros periodistas extranjeros que cubren el conflicto han publicado dolorosas imagines de niños literalmente en los huesos a causa de falta de comida. Ha sido denunciado por organismos humanitarios que barcos de guerra saudíes bloquean los puertos yemeníes impidiendo el suministro de comida y medicinas. Los mismos barcos que el Rey orgullosamente quiere vender en su viaje.
Elegir Arabia Saudi , el reino de las decapitaciones y flagelaciones donde las mujeres no pueden salir de casa si los hombres no las dejan, para su primera visita oficial como monarca tras el nuevo gobierno es al menos descorazonador. Quizá tenga algo que ver con que la familia real española lleva 40 años recibiendo regalos de la familia real saudí y Felipe VI es de carácter agradecido. O puede ser que el decaído capitalismo español no tenga mucho donde agarrarse y como un hombrecito aguanta el olor de la sangre de las matanzas. El rey va a vender armas a un gobierno al que Naciones Unidas acusa de cometer sistemáticos crímenes de guerra.
Felipe VI continua con la misma política exterior que su padre. Lo que es bueno para banqueros y constructores es automáticamente bueno para el país, con o sin comisiones. Los derechos humanos como han enseñando el Presidente Rajoy y Felipe Gonzalez son solo instrumentos para usar convenientemente contra los gobiernos que no nos gustan, como los de Cuba y Venezuela. No para tomarlos en serio y mucho menos si entorpecen los beneficios de los accionistas.
Lo malo de la diplomacia española es que siempre llega tarde. El 6 de noviembre el periódico The Guardian publicó un editorial en el que llamaba a parar la venta inmediata de armas a Arabia Saudí. Las razones: morales y legales. La legal “ armas no pueden ser vendidas donde hay un un riesgo claro que puedan ser usadas para transgredir las leyes humanitarias internacionales. Hay ahora poca duda de que este es el caso”. A mediados de octubre The New York Times había publicado otro similar. “Si los saudíes rehusan a parar la carnicería y reasumir conversaciones para un acuerdo político. Obama debería parar toda ayuda militar.”
Los bombardeos contra la población civil del Yemen ha cambiado la vieja regla occidental de ligar comercio con derechos humanos. Todavía Albert Rivera, el de Ciudadanos, no se ha enterado de lo que significa la guerra del Yemen. Las masacres como la del funeral de Sanaa ha hecho obsoleta la idea de que se trata de integrar sabiamente soberanía nacional, comercio y derechos humanos. Las bombas al funeral han destruido el espacio de discusión política civilizada, si es que quedaba alguno. Los más de cuatro mil civiles muertos durante el conflicto, muchos de ellos mujeres y niños, convierte la visita del Rey en un mecanismo legitimador de los perpetradores de crímenes de guerra y violadores de la ley internacional. Yemen esta al borde de una catástrofe humanitaria organizada por el Rey saudí. El 80% de su población necesita algún tipo de ayuda. 370 mil niños están sufriendo de malnutrición a causa de la guerra y el bloqueo. Por eso hace mal Felipe VI en visitar Ryad con el agravio de ir a vender armas a un país que Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos esta acusando a su gobierno de criminal.
Ha sido documentado que armas fabricadas por INSTALAZA, la empresa que trabajaba Pedro Morenés el antiguo ministro de defensa, han sido usadas en el conflicto. No sabemos si pilotos entrenados por el Ejercito del Aíre participan en los bombardeos ni tampoco si alguno de los dos aviones de reabastecimiento fabricados por Airbus en Getafe o los repuestos vendidos han sido utilizados en el conflicto. Aunque La Marea citando a Amnistía Internacional ha publicado que “las ventas de armas española estarían violando el Tratado sobre Comercio de Armas, así como de la Posición Común de la Unión Europea, la regulación de la OSCE para la venta de armas convencionales y la Ley 53/2007 sobre control del comercio exterior de material de defensa y de doble uso”.
El alcalde de Cadiz de PODEMOS Jose Maria Gonzalez, Kichi, apoya el contrato de 2000 millones de euros para fabricar los barcos militares porque creará 3000 empleos durante 5 años en los astilleros de Cadiz. ¿Cómo puede ser que mientras The Guardian llama a parar la venta de armas a Arabia Saudi los de PODEMOS de Cadiz defiendan su venta? ¿Cuantos niños muertos de hambre por el bloqueo marítimo en Yemen son aceptables por cada empleo creado en los astilleros de Cadiz? ¿No habría que condicionar la venta de los barcos al fin de los bombardeos a civiles en Yemen? Los otros tienen que importarnos. Más aún si son pobres y vulnerables como la gente del Yemen. No hablamos solo de derechos humanos hablamos de masacres.
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