Seis días en Addis Abeba después de la guerra de Tigray

Texto y Fotos Mark Aguirre

La ciudad de Addis Abeba vista desde Entoto

Día 1

Llueve cuando aterrizamos. Parece que las lluvias se han adelantado este año. La ciudad apenas se esta despertando y la avenida Bole semiduerme. Avanzamos rapido. Hace más de dos años, desde el inicio de la guerra de Tigray, que no estaba en Etiopía. En la zona de Atlas donde me alojo veo que han seguido las construcciones. “No ha sido fácil para la mayoría“ dice nuestro conductor antes de dejarnos en nuestro hotel.

Un amigo me ha invitado a comer en un restaurante inaugurado recientemente.  “La guerra ha terminado pero la situación para nada esta tranquila” dice. Tiene una empresa y la inflacción le esta afectando de mala manera. Me ha citado en un restaurante lujoso donde sirven comida italiana. Las mesas y sillas son de estilo francés rococo. Hay una galería de arte y una tienda de artículos y muebles tradicionales adosadas. Uno de los cuadros, un retrato de una mujer, se vende por 19 mil dólares.

“No ha habido ganadores en la guerra” dice. Me llama la atención. Los tigriños habían sido derrotados militarmente en Shire obligandoles a llegar a un acuerdo para proteger su capital Mekelle. Pero parece que el poder del premier Abiy Ahmed a pesar de su victoria militar había disminuido en vez de aumentar. Su coalición con los amharas y eritreos se estaba rompiendo. Había acudido a la guerra para acabar con cualquier oposición a su poder, pero ahora tiene menos poder y más enemigos que antes, asegura mi amigo.  No le favorece a Abiy Ahmed que la economía esté por los suelos. Hace dos años un dólar costaba alrededor de 30 birrs ahora lo cambié en el banco a 55 birrs. El dólar en el mercado negro esta al doble, a 110 birrs.  Mi amigo no entiende porque el FMI quiere que se siga devaluando.  La inflacción ha sido producida por los gastos de la guerra. No han parado de imprimir dinero. “Etiopía no tiene nada más que exportar que granos y café y por su calidad excepcional tiende a ser  inelastico al precio. Sería mejor que el FMI presionara a Estados Unidos para que levante las sanciones arancelarias impuestas a los textiles etíopes por violaciones fragantes humanitarias. Eso le permitiría conseguir más  dólares”, dice.  Antes de la guerra Etiopía exportaba ropa de marcas americanas a Estados Unidos.

Vuelvo al hotel un amigo de Mekelle está esperando sentado en el lobby. Le había avisado de mi llegada pero no estaba seguro de poderle ver. Ha tenido que quedarse en Addis más de lo esperado para arreglar su visa. Tiene planeado viajar a los Estados Unidos a una reunión de una ONG humanitaria internacional para discutir como ayudar a reconstruir Tigray. Mañana vuela a Mekele. “Hay cinco o seis vuelos diarios “ dice. Tigray había estado aislado durante dos años. No solo los vuelos habían sido cancelados, y las carreteras bloqueadas, también las comunicaciones telefónicas y el internet habían sido cerradas.

Mi amigo dice que los acuerdos de paz se están implementando bien. El bloqueo ha acabado y la asistencia humanitaia esta llegando. La electricidad ha vuelto y los bancos han abierto. “El problema ahora es que todavía no dan el dinero de tu cuenta que pides”, dice. La guerra ha destruido muchas infraestructuras en Tigray. “Es como si hubiesen pasado Atila y los Hunos”, dice. Pero por lo que cuenta de Mekelle la capital se ha salvado de la destrucción. La derrota en Shire había puesto a Mekelle a tiro de la artillería, incluso llego a haber ataques indiscriminados sobre la ciudad. Fue una de las razones poderosas que llevo al  TPLF a la mesa de las negociaciones.

¿Resultados políticos de la guerra?, le pregunto. Antes de contestar levanta la vista y mira a los lados para ver si alguien escucha. “Ningún de los dos bandos pueden estar satisfecho. Abiy Ahmed no es más fuerte que antes y el TPLF es más debil”, dice. Asegura que han muerto un millón cuatrocientas mil personas durante los dos años que ha durado. Es un número extraordinario pero lo escuche varias veces. Uno de los negociadores internacionales había puesto su número en 600 mil. Los invalidos son numerosos. Hay más de veinte mil personas que han perdido brazos o piernas. El 85% del sector salud en Tigray esta destruido incluso hospitales importantes. “Por eso han muerto tantas personas no combatientes”, dice. Ha sido imposible hacer dialisis. No había medicinas para controlar la diabetis o el Sida. Enfermos con enfermedades crónicas que necesitaban medicinas para vivir han muerto. Las atrocidades no solo ocurrieron en Tigray. Hay informes que soldados tigriños se vengaron haciendo lo mismo en comunidades de Amhara y Afar cuando su avance fallido sobre Addis Abeba. Hay denuncias de violaciones y ejecuciones sumarias. La Universidad de Wollo fue destruida por soldados tigriños como había sido la de Mekelle. Cuenta que el mismo sufrió en su casa un episodio de violencia sexual. Los abusos y violaciones son incontables a veces cometidos por bandas de soldados violadores. ¿Cómo esta la situación ahora?, le pregunto. “Hay muchos problemas pero la situación esta mejorando rapidamente. Mekelle esta activo y los cafés llenos. En mayo las escuelas han sido abiertas después de tres años”. dice. Han estado cerradas un año por el COVID y dos por la guerra. Los niños han sufrido psicologicamente enormemente durante estos años. 

Desde fuera es dificíl entender cómo después de dos años de una guerra tan brutal los líderes del gobierno y el TPLF se dejaron filmar bebiendo, comiendo, abrazándose  y bailando juntos después de la firma del acuerdo de paz. ¿No hay ningún pesar por los muertos? ¿Por el sufrimiento humano producido por las diferencias políticas de las élites? Mi amigo dice que si algo necesitaba Tigray era acabar la guerra. “Mostrar el acuerdo alcanzado entre los líderes es necesario para que la población vea que va en serio.  Es mejor esas imágenes que se peguen tiros entre ellos. Los abrazos y los brindis son símbolos que cimientan el acuerdo “, dice. Pero debe ser difícil de tragarlo por las familias de los muertos o de las mujeres violadas. ¿No hay otra manera de mostrar que la guerra ha acabado?

Durante la guerra se llegó incluso a hablar de genocidio por el número de civiles asesinados a sangre fría y  mujeres violadas. La destrucción de semillas y cosechas, el robo de aperos y bueyes, el saqueo de factorías enteras llevadas a Eritrea estaban produciendo una mayuscula catastrofe humanitaria. Amnistía Internacional informó que en Axum soldados eritreos llegaron a masacrar a más de cien personas la mayoría jóvenes. Mi amigo dice que el dolor sólo se cura con el tiempo. Pero se sabe que el tiempo por si mismo no lo cura. El dolor puede convertirse en odio y revancha sino hay justicia y, reparación habrá pronto otra guerra perpetuando  el ciclo de violencia que conoce la región. Dicen que los soldados eritreos se han vengado  de lo que hicieron los etiopes en Eritrea durante la guerra de 1998-2000. ¿Se vengarán los tigriños en otra futura guerra?

Día 2 

Addis Abeba ciudad de contrastes

Desde el hotel donde me alojo veo el apartamento donde viví durante tres años. Esta muy cerca de uno de los pequeños ríos que atraviesan la ciudad. Cuando llueve baja tanta agua (y basura) que parece va a desbordarse. Todavía campesinos cultivan la tierra en una de sus orillas. Los veía agachados en grupo desde mi ventana cuando trabajaban. Es una zona que se esta (hasta el momento) salvando del desarrollo urbanistico. Pero meses antes de que dejara de vivir en Addis cortaron un pequeño bosque para construir un edificio de 25 pisos. Todavía lo están construyendo. Las hienas dejaron de venir. Antes cada noche oía su gruñido. Sin bosque callaron. Sus ojos brillantes desaparecieron.

Me encuentro con las mismas personas que cuando vivía allí.  La misma mujer y su hija que hacen café para los trabajadores de la construcción. Su chiringuito unas mesas bajas y taburetes de plástico protegidas de la lluvia por toldos de plàstico ha sido perfeccionado. Estas mujeres traen cada día el grano de cafe, lo tuestan, lo muelen, y lo preparan en ollas de barro calentadas en pequeñas cocinas moviles de leña. Estan sentados los trabajadores que daban mantenimiento al edificio donde vivía. Está también el mismo guarda de una pequeña urbanización donde hay varias embajadas. El mismo transito de camiones a las obras. Salgo a la calle principal donde hay un cafe moderno. En la acera están los mismo niños con sus pesos de baño ofreciendo pesarte por un birrr. En el café moderno el cafe express ha sustituido al tradicional. No hay trabajadores de la construcción sino de oficina. 

Está Ayele. Acostumbraba a hablar con él.  Me acuerdo de la última conversación que tuvimos. hablamos del conflicto entre Abiy Ahmed y el TPLF. La guerra todavía no había empezado. “Los problemas no han acabado. Viene otra guerra peor” me dice. “El conflicto con los amharas será más duro que el de Tigray. Los amharas son guerreros donde ponen el ojo ponen la bala” , dice. Ayele piensa que la guerra ha dado más poder a los amharas y Abiy Ahmed esta obligado a recuperarlo. Han ocupado territorio tigriño (se niegan a abandonarlo a pesar del acuerdo para acabar la guerra) sobre todo en Wolkait una región al oeste disputada por amharas y tigriños y han reforzado su alianza con los eritreos. Ayele está convencido además de que los amharas guardan conocimientos mágicos en sus libros ortodoxos ancestrales. “Tienen poder para cambiar las cosas. Esa es la razón del interés de las grandes potencias por Etiopía. Con este conocimiento guardado por sacerdotes ortodoxos en libros ancestrales eres invencible. Puedes cambiar el curso de los acontecimientos. También el de una guerra”, dice seriamente.

Apenas unos días antes de llegar el presidente en Amhara del Partido de la Prosperidad, un partido creado por Abiy Ahmed desde el poder, había sido asesinado a tiros en su coche en Bahir Dar, la capital amhara. Se ha publicado que había tenido una discusión con Abiy Ahmed quien acababa de publicar un decreto disolviendo las fuerzas especiales amharas. Soldados federales habían sido envíados a la región y se sabía de que había habido varios enfrentamientos armados. Ayele lo interpretaba como que Abiy estaba perdiendo el apoyo amhara hasta ahora un fuerte aliado. “Para compensarlo ha empezado negociaciones con el Ejercito de Liberación Oromo”, dice Ayele. Organismos de derechos humanos han denuciado de varias masacres entre amharas y oromos en ámbas direciones. Parece que las negociaciones se han estancado. Ayele ve una guerra entre Abiy y los amharas en el horizonte.

Lo únco que ha cambiado en estos dos años en la zona ha sido que han acabado varios edificio que llevaban tiempo construyendo. En uno de ellos en la segunda planta hay un restaurante exclusivo de comida asiatica al que me lleva a cenar un amigo. Me dice que hay también un club restringido para fumadores de habanos cubanos. El wisky lo compras por botella a mil dólares cada una. Parece que esta pequeñisima isla de Bole se ha aprovechado de la guerra salvándose muy ventajosamente del desastre económico que vive el resto del país a causa de la misma. Visito una de las tiendas que frecuentaba. Vendía productos de comida  italianos. Las estanterías están ahora vacías. El manager me dice que no tienen dólares. Las calles están más llenas de niños pidiendo dinero. Veo algunos mutilados.

Día tres

El centro de Addis Abeba visto desde la plaza Meskel

Dawit viene a buscarme al hotel. Había sido “mi” taxista cuando vivía en Addis. Tiene el mismo viejo toyota azul. Contamina pero me dice que no tiene manera de cambiarlo, no hay ayuda financiera por ningun lado. Es de Wolayta pero vive en la capital desde hace màs de diez años.

Vamos al centro, a la plaza Meskel. Cuando salí de Addis estaban renovándola y quiero ver el resultado. Han reducido una esplanada y extendido las gradas. En la plaza se celebran los grandes eventos políticos y religiosos. Dawit dice que siguen viniendo a hacer ejercicio.  Les gusta entrenarse subiendo y bajando las gradas. Aparcamos en un nuevo aparcamiento que han hecho bajo la plaza. Tiene mucho de subrealismo. Hay más de 1500 plazas pero esta vacío. 

Hemos hablado de como era la vida en Addis durante la guerra. La policía paraba a quien hablaba tigriña o tenía acento tigriño y se los llevaban para interrogarles. En la tarjeta de identidad está escrita la etnia a la que perteneces. Todavía hay más policías en la calle que antes o al menos se identifican más. “ Es loco. Hasta hace unos pocos días si eras tigriño eras del TPLF y por tanto un terrorista y acababas detenido, ahora el TPLF es solo un partido político no un grupo terrorista y puedes pasear tranquilamente”, dice. Durante dos años ser tigriño significaba estar a merced de la policía. Pero no solo era el peligro de ser detenido, los bienes estaban amenazados. Hay muchas historias de gente que ha tenido que malvender por amenazas sus propiedades ó simplemente han sido robadas por gente sin escrupulos. Los acorralaban por tigriños, los ponían contra la pared y no tenían otra alternativa que vender el apartamento o el negocio. “Era difícil seguir viviendo como si nada sí sabes estas cosas y el desastre humano que había en Tigray”, dice.

Vamos a Piazza el viejo centro de la ciudad. Hemos parado a poner gasolina. Hay más cola de lo habitual. Están digitalizando las gasolineras. Ya no se paga con dinero sino a través de una cuenta de pagos telefónica. Está recien implantado y los conductores toman su tiempo. En Piazza necesito reparar unas gafas. En Barcelona me han dicho que las tire y me compre otras. En Addis se recicla todo. Pero al llegar nos encontramos que las “ópticas callejeras” han desaparecido. Hace años que venían aprovechando una isla entre dos calles anchas para sus negocios. El propio Dawit esta extrañado de que ya no estén. Dice que estuvo hace tres días.  Parece que la “modernización” de la ciudad ha llegado a Piazza pero se trata de una modernización selectiva. Las colas esperando al autobues son mucho peores que antes. Algunos estan dos horas esperando subirse y una hora de viaje para llegar a sus casas. Estamos parados discutiendo que hacer cuando uno de los vendedores se acerca. Parece que en vez de querer reparar gafas trafiquemos droga. Se lleva las gafas y dice que esperemos. Regateamos el precio. Al rato vuelve con las gafas arregladas.

Parece que Abiy ha aprovechado la guerra de Tigray para librar otra en el centro de la ciudad contra los pobres. Los ojos están puestos en el norte del país y nadie mira lo que sucede en Addis. En el área del Teatro Embajador, a un lado de la oficina de migracíon, detrás de la sede de la compañía de telecomunicaciones han arrasado el lugar. Era una de las zonas tradicionales de Addis Abeba. Calles adoquinadas, pequeños edificios de un piso, muchos de construcción precaria, más vivienda que comercio, aglomeración,  techos de zinc.  Algún viejo palacio de la nobleza se ha salvado. Han abierto galerías de arte – hemos ido a visitarlas- pero el resto ha sido masacrado por excavadoras y buldozers. Dicen que en el programa de modernización de la ciudad está expandir el Parque de la Amistad al otro lado del pequeño río que viene de Entoto y necesitan el terreno. Es la obra de un autoritario modernizador a quien no le importa que va a ser de las familias que estaban viviendo en la vecindad arrasada. Si no se van los sacan a la fuerza. Los buldozers protegidos por la policía suelen tirar un muro y dan tiempo para que saquen las pertenencias. Sino lo hacen en 24 horas desaparecen bajo los escombros. Si acreditas tu derecho a residir en la vivienda demolida te reubican en un pequeño apartamento a las afueras de la ciudad.  Sino puedes demostralo no recibes nada. El gobierno les abandona dejándolos a su suerte sin un sitio donde dormir. Les tiene sin cuidado que pase con ellos si pueden hacer negocio.

Dawit dice que lo mismo esta pasando en otros lugares de Addis. Arrasan con estas vecindades tradicionales para construir edificios de cemento. Parece que va acompañado de una lucha contra la economía marginal en el centro. La policía hace constantes racias contra vendedores ambulantes. Es la otra cara de la moneda. El sector informal duerme en estas vecindades incluidos los limosneros que hay en los semáforos o a la entrada de las iglesias. 

En su “modernización” Abiy Ahmed está en una guerra contra los pobres no contra la pobreza. Los quiere sacar del centro y seguir viviendo su fantasía modernizadora neoliberal como sino existieran. Estos vendedores informales son inmigarntes rurales que han llegado a la capital en busca de oportunidades. Viven día a día con lo que consiguen ingresar. Lo más probables es que terminen en la carcel o trabajando en la construcción por algo más de 100 birrs diarios (uno ó dos dólares al día, depende del cambio).  Pagan 15 birrs por dormir en una litera rentada en una de esas vecindades que ahora destruyen y comen por 30 birrs. Todavía les queda algo para ayudar a sus familias rurales a veces más pobres que ellos.

Día 4

El lago del Parque de la Amistad

Visito el Parque de la Amistad. Un nuevo parque en el centro de la ciudad al lado del hotel Sheraton el más lujoso de la ciudad. Han aprovechado una pequeña colina para construir varias terrazas comunicadas entre ellas. Es un espacio verde y abierto con un diseño moderno y materiales avanzados. La primera vez que visite Addis hace veinte años la colina estaba llena de viviendas precarias. Ahora una fuente iluminada imitando sonidos musicales baja por la ladera hacia un lago. Los vecinos corrieron la misma suerte que ahora conocen en el área del Teatro Embajador.  En la parte baja del parque por donde pasa el río que viene de Entoto han construido una pequeña presa y una depuradora para hacer un lago de agua limpia. Hay papiros y flores de loto.  El parque es un regalo de China a la ciudad. Desde el se ve la línea de los nuevos rascacielos muchos de ellos también construidos por empresas chinas. China esta ayudando a Abiy Ahmed en su proyecto de modernizar la ciudad. Tiene experiencia hicieron lo mismos con los hutongs en Beijing.

China había estado preocupada por sus inversiones con la llegada de Abiy Ahmed al poder. Hubo al principio fricciones entre Abiy y el embajador. China había sido durante décadas el primer socio económico del proyecto de Meles de industrializar Etiopia y temía de que hubiera un giro de timón. Abiy Ahmed estaba en plena lucha contra el TPLF. Beijing estaba preocupado porque la deuda externa de Etiopía es con China, había financiado poligonos industriales y había construido el tren que desde la capital va a Yibuti pero al final llegaron a un acuerdo. Turbinas hechas en Shanghai han comenzado a producir en la Gran Presa del Nilo la electricidad que la industrialización necesita y están renegociando la deuda. De hecho los tigriños esperaban ayuda de China en su guerra contra Abiy Ahmed pero Beijing no ha intervenido en el conflicto, se ha dedicado a asegurar sus inversiones y prestamos no importa que partido gobierne.

En el parque una docena de fotógrafos profesionales retrataban a parejas de novios. Es época de bodas. Han tenido que parar la sesión por la lluvia. Las novias corrían salvando como podían la cola de sus blancos vestidos. Protegido de la lluvia veo el lago y sus orillas adornadas con plantas de toda Etiopía. Me parece que no estoy en Addis sino en otra ciudad donde la vida es más fácil.  Veo el parque como un bello recubrimiento que esconde una estructura en malas condiciones. Addis puede tener ya 10 millónes de habitantes. El crecimiento de la población va más deprisa que el gasto en infraestructuras y servicios que se requiere. El transporte público es una pesadilla por el tiempo de espera. Los coches escupen humo y las aceras son difícil de caminar. No hay acantarillado y el agua de los ríos no es depurada y arrastra basura y desperdicios. La inversión en parques semiexclusivos sintonizaba bien con la política de Abiy Ahmed de acabar con los pobres no con la pobreza.

He quedado en el hotel Hilton con un viejo conocido que trabaja en el gobierno. El Hotel Hilton fue fundado en 1969 por el emperador Hallie Sallesie y aunque se han construido hoteles más lujosos ha quedado como una institución de la ciudad. Addis Abeba es la sede de la Unión Africana  y durante los años muhos jefes de estados y diplomáticos han pasado por el mismo. Casualmente hacía unos días había estado en una boda en el Parque de la Amistad. Había 2000 invitados. En cada mesa una botella de champang francés y una de wisky de primera clase escoces. El novio era de una familia de empresarios cercana a Abiy Ahmed. Dicen que fue el mismo Primer Ministro quien faciltó que un espacio público como es el parque fuese usado privadamente. El empresario un construtor está construyendo un nuevo palacio para Abiy Ahmed que cuesta cientos de millones de dólares.

Hablamos de como algunos empresarios se han beneficiado de la guerra. La mayoría cercanos a Abiy Ahmed. Son los que frecuentan los nuevos restaurantes de lujo que habían abierto en la isla de Bole. Estos  empresarios se han hecho más ricos pero el país esta sufriendo y se ha empobrecido. La guerra no ha ayudado a la economía al contrario ha impulsado la inflacción. Es fácil detectar el descontento existente.

Mi conocido piensa que los líderes del TPLF hicieron un mal calculo de su fuerza causando un mal al país. “ Creían que las Fuerzas de Defensa Etíopes no podrían derrotarlos. No esperaban tener que enfrentar cinco frentes a la vez. El ejercito eritreo atacó desde el norte y las milicias amharas desde el sur oeste en Wolkait sumándose a los frentes abiertos por el ejercito etíope. En una segunda fase de la guerra los tigriños lograron tras una movilización general parar a amharas y eritreos y derrotar al ejercito etiope en el este de Amhara y Afar avanzando sobre Addis Abeba. Hubiera podido cambiar el rumbo de la guerra sí hubiesen llegado hasta la capital en donde hubo unas semanas de nerviosismo. Pero no tenían capacidad de defender la retaguardia y ataques con drones les obligó a retirarse. Los drones iranís y turcos fueron pagados por Emiratos Arabes Unidos y traidos por empresas ucranianas y españolas con el visto bueno de Estados Unidos quien no quería una guerra civil en Addis Abeba. Hubiese desestabilizado todo el Cuerno de Africa. En la última oleada de la guerra las fuerzas de defensa de Tigray cansadas y muy desgastadas en el noroeste por los ataques eritreos no pudieron defender Shire siendo obligados a negociar. 

En su oficina había tigriños que ocupaban altos cargos. Dejaron todo y se alistaron en las fuerzas de defensa tigriñas. Lo interpretaba como que habían sido forzados por un compromiso étnico interiorizado del que no podían escapar. Tigray conoció esos días del inicio de la guerra una movilización general que tenía raíces en la guerra de liberación de 1974-1991 cuando los Frentes de Liberación de Eritrea y Tigray derrotaron al regimen centralista del Derg. “Pensaban que podían repetir la historia otra vez o al menos no ser derrotados. No se dieron cuenta que existe una corriente panetiope más fuerte que antes que piensa que basar la identidad en la religión o la etnia es un desatre”, decía.

Día 5

No más guerra

Vinó Dawit al hotel para llevarme al Parque de la Unidad. Es una de las nuevas atracciones de Addis Abeba. The Economist publicó que los Emiratos Arabes Unidos dieron tres mil millónes de dólares a Abiy Ahmed para su proyecto de modernizar la ciudad. Abiy incluyó la restauración del  viejo palacio de Menelik II abriéndolo  al público, convirtiéndolo  en un parque tematico del panetiopismo.  La idea de Abiy Ahmed es  recuperar la figura de Menlik II. Es sabido que le gustan más los reyes que los presidentes. Menelik II es considerado el forjador de la Etiopía moderna al integrar a todas las etnias en un estado bajo su poder. Visto como un opresor y esclavista por los nacioanlistas étnicos es venerado por los defensores del panetiopismo.

LLegué temprano para evitar las aglomeraciones. Los precios no eran baratos. La vigilancia era extrema. Uno siente el nerviosismo que hay en la seguridad. La sede del gobierno todavía está en el palacio aunque no hay acceso desde el parque. Las camaras de fotos prohibidas. Me requisaron la mía durante la visita. Fui revisado como si estuviera en un aeropuerto. Policías de paisano en todas las esquina. Camaras. La extensión del Palacio era enorme si la comparas con el tamaño de lo edificado por Menelik. Un edificio relativamente pequeño diseñado como vivienda bajo la influencia del ingeniero Gustave Eiffel entonces de moda y dos grandes salas funcionales para el poder. Parece que a Menelik  le preocupaba más la seguridad, por eso la extensión del terreno y sus barreras, que el comfort. El gran espacio vacío lo han aprovechado para construir un parque tematico regional mostrando la diversidad de Etiopía y un zoo donde los leones que simbolizaban el Imperio ocupan el mejor lugar. Con todo mi interés estaba en vistar la sala del trono y el comedor donde Menelik II ofrecía sus famosas comidas a los nobles o al pueblo dependiendo de la situación. Es una gran sala de un solo piso de altos techos con grandes lamparas de cristal colgando y tres alas separadas por columnas. Caben cientos de personas. Ahora lo usa Abiy Ahmed para organizar cenas con ricos, polííicos y diplomáticos para pedirles dinero. Sino les dan los millónes que pide no hay contratos ni negocios a la vista. El interés de los visitantes se centraba en el sotano de la Sala del trono. En tiempos del Derg había sido un centro de detención. Los militares revolucionarios habían construido celdas para  la elite militar y palaciega de los últimos tiempos del Emperador depuesto y asesinado en el Palacio.

Cuando regresé al hotel estaba Tadesse esperando. Estaba de paso en Addis Abeba. Vive en Hawassa. Había estado en Mekelle visitando a su madre. No la veía desde que empezó la guerra. Dice que durante la guerra pudieron sacarla de Mekelle y esconderla en el monte donde ha logrado sobrevivir. Le mandaba dinero periódicamente, pero los intermediarios se  aprovechaban de que los bancos estaban cerrados y se quedaban con el 15-20% de lo que envìaba a veces hasta más. Ahora todo esta bien. Había electricidad y teléfono  y en el mercado había comida.  Los bancos funcionaban. “Hay ganas de salir adelante”, dice. El sufrimiento ha sido muy grande. Los eritreos “mataban a todos los hombres que se encontraban en el camino incluidos niños mayores de cinco años. Los consideraban potenciales agresores de Eritrea. Era mejor matarlos antes de que se vengen cuando sean adultos”, dice. 

Le pregunté sobre Hawassa y la guerra. Hay un poligono industrial donde 30 mil mujeres cosen ropa para marcas de Estados Unidos. Me dice que lo pasaron mal cuando el gobierno de los Estados Unidos sancionó a Etiopía durante la guerra y le retiró los beneficios comerciales en aduanas que tenían los productos textiles etiíopes. “Las empresas resolvieron el problema diversificando la producción y produciendo ropa para el mercado interno. No hubo despidos de  costureras” dice 

Día 6

Mujeres reciclando plástico en Entoto

El último día visité Entoto con una amiga. Me es difícil imaginar Addis sin Entonto. Veía la montaña desde mi apartamento todos los días.  Entoto forma parte de la historia de la ciudad. Menelik II estableció allí su primer palacio antes de mudarse al valle empujado por el clima y las aguas termales. Abiy Ahmed ha incluido a Entoto en su plan de embellecimiento y es ahora un parque señalizado, con senderos y pistas, actividades, cafes y restaurantes. Hay un mirador desde que se ve la ciudad donde se ha hecho viral tomarse fotos. La incipiente clase media viene a caminar los fines de semana.

Entramos por la puerta más alta cercana a la carretera a Gojjam.  No lejos de la entrada había un grupo de mujeres sentadas ordenando  botellas de plástico vacías. Una vez  clasificadas las empaquetaban con maquinas y las almacenaban hasta que vinieran a buscarlas. Eran más de 15 aplastandolas y metiéndolas en grandes bolsas. Eran parte de un proyecto de reciclar basura solida para mantener el parque limpio. Estas mujeres vivían antes recolectando leña en Entoto y vendiendola en la ciudad pero ahora han restringido su acceso al bosque y no pueden seguir. Mi amiga era esceptica con el proyecto. “Todavía las veo por la carretera cargando 30 ó 40 kilos de leña”, dice.

Mi amiga es una de los muchos etiopes desengañados con Abiy Ahmed. Había puesto mucha esperanza en él cuando fue elegido primer ministro. Creía que iba a acabar con la corrupción, impulsar la economía y democratizar el país ahora es muy pesimista sobre el futuro de Etiopía. “Hay 30 millones de pobres que necesitan ayuda. Antes daba orgullo ser etíope ahora siento vergüenza¨ dice¨. Ve a Abiy Ahmed como antes veía al TPLF como la cabeza de un grupo que se ha apoderado del poder en beneficio propio no del país. Esta vez empresarios sobre todo oromos que se enriquecen con negocios nacidos desde el poder. “La guerra de Tigray apenas ha terminado y ya se habla de otra” dice. Ella cree que la crisis ha llegado hasta dentro del gobierno. 

En Addis Abeba mucho creen que Abiy no respeta sus propios compromisos. El acuerdo con amharas y eritreos se esta  resquebrajando tras las negociaciones con el TPLF.  Abiy se cree un rey que puede hacer lo que quiera pero le empiezan a ver como un aprendiz de dictador que acude a la guerra para mantenerse en el poder. Hay quien cree que Abiy Ahmed puede compensar su perdida de apoyo convirtiéndose en un instrumento de poderes geopóliticos externos y no descartan una guerra. Esta vez contra Eritrea un amigo de Rusia.

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