Entendiendo la guerra de Sudán

Hace dos semanas en el programa N ´em de parlar de Siscu Baigues hablamos sobre la guerra de Sudán que había estallado esos días. Ha pasado un mes y el conflicto continua por lo que he decidido reproducir en el blog nuestra conversación. Lo peor de todo es que no hay todavía indicios de que la guerra pueda terminar pronto. La crisis se esta extendiendo a Dafur, donde a principios de siglo murieron 300 mil personas víctimas de genocidio, y las batallas siguen en Jartum con el desatre humanitario que crean. Hay informes de que empiezan a vacíarse las estanterías de las tiendas, los hospitales carecen de medicinas y se han denunciado violaciones de civiles por combatientes. Esta semana los bombardeos de aviones del ejercito han continuado, así como la ofensiva de las Fuerzas Rapidas de Apoyo en la capital y sus ciudades hermanas. La lucha por el poder entre el general Al-Burhan y el General Hemedti, hasta hace poco aliados, continua por el momento a muerte.

La última vez que visité Sudán en febrero del 2020 la población celebraba el éxito de un levantamiento popular que había acabado con el dictador y cleptómano General al-Bashir. La población se había cansado de estar peleando cada día para conseguir una pieza de pan o unos tomates en un país con derecho al 25% del uso del agua del Nilo. Los militares y grandes comerciantes parapetados en el islamismo político habían ofrecido en su propio beneficio el agua, las tierras más fertiles, las minas de Sal, las minas de oro…. a Egipto ó a los ricos países del golfo. Los precios se habían desbordado por falta de comida mientras los militares y sus aliados se enriquecían. Al final sindicatos, estudiantes, organizaciones profesionales, de pobladores organizaron una revolución contra el hambre que pareció por uno meses abrir las puertas a un Sudán más justo, igualitario y democrático. Fue un espejismo. Los militares volvieron a dar un golpe regresando a sus sucios negocios si alguna vez los habían dejado. La comunidad internacional lo dio por bueno y empezó a negociar con ellos dando la espalda a las reivindicaciones democráticas de la población. Poco a poco los intereses particulares de grupos de militares fueron abriéndose paso dentro del gobierno golpista. Esto ocurría en un mundo donde los intereses geopolíticos entraban en conflicto abierto por la guerra de Ucrania. Estos generales en su guerra particular por llevarse el pastel estaban eterrando los intereses populares plasmados en la Revolución creando una crisis humanitaria impredecible.

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