Viaje al Sur de la Patagonia (IV y última entrega)

Texto Mark Aguirre Fotos Nayeli Lasheras Maas

Las Torres del Paine vistas desde su base

4

La Patagonia Chilena

Tuvimos que regresar a Calafate para viajar a Puerto Natales. Lo hicimos en autobus. Son alrededor de siete horas dependiendo de lo que cueste pasar la frontera. El paso fronterizo está poco después de Rio Turbio un centro minero del carbón donde hay una central térmica.  Antes habíamos parado a estirar las piernas en un restaurante en mitad de la nada. Un señor ya mayor estaba sentado mirando pasar los coches. Vestía boina y lucía un gran bigote encanecido. Se trataba de un gaucho ovejero que estaba haciendo tiempo. Se dedicaba a mover rebaños de ovejas de un lado a otro de la estepa. Había nacido en Chile en un lugar entre Punta Arenas y Puerto Natales pero lleva desde 1969 viviendo en Esperanza. Dice que cuando el trabajo se lo permita volverá a su pueblo natal en Chile pero mientras tanto seguirá con las ovejas. Se ha subido al autobus una señora que se convierte en mi compañera de asiento. Vive en una estancia cercana pero es de Puerto Natales. Viaja a visitar a su familia. Decía que apenas la había visto estos últimos años a causa del covid. Las autoridades chilenas habían cerrado la frontera y después habían sido muy estrictas con lo de la vacuna. A una pasajera del autobus no vacanuda casi no la dejan entrar a Chile. Tuvo suerte. Un pasajero llevaba un test de covid y la policía se conformó con el resultado de la prueba.

Puerto Natales esta en la orilla del fiordo Última Esperanza. Se veían montañas en la otra orilla coronadas con nieve. En uno de los muelles estaba atracado un barco de National Geographic. Iba a la Antartida. Los pasajeros estaban hospedados en un hotel que había reciclado un viejo matadero de los tiempos en que la exportación de carne era la actividad económica más importante. Había amanecido soleado pero era media mañana y estaba lloviendo. Luego llegaría el viento. Pasamos el día arreglando nuestra estancia en el parque nacional Torres del Paine. Nos llevó más de la cuenta. Dos diferentes compañías privadas lo explotan turisticamente y hay que coordinar las reservaciones.

En Puerto Natales solo teniamos hotel para una noche y la siguiente estaba completo.  La propietaria era de Port Montt una ciudad a más de 2000 kilómetros si vas por carretera (1000  km si vuelas) considerada la puerta al sur de Chile. Hay trasbordadores que hacen también el viaje.  La carretera, “la carretera Austral”,  todavía en construcción fue empezada en tiempos de Pinochet. Es dificil su construcción por la multitud de rios, lagos, canales  e islas que atraviesa. Como los militares argentinos los chilenos también querían dejar la huella de su soberanía en el sur de la Patagonia. Está previsto que la carretera llegue hasta el  canal de Beagle en Puerto Willliams. La propietaria del hotel había emigrado a Puerto Natales porque su salario en el sector salud donde trabajaba no le llegaba; además estaba angustiada con la pensión. Una amiga suya maestra que ingresaba 1500 dolares al mes cuando trabajaba le dan de pensión 200 dólares.  Dice que no le ha quedado más remedio que abrir el hotel. Tenía que pagar los estudios de su hijo. “Los  salarios no llegan para pagar la educación o un hospital si te sucede algo grave” dice. Le faltaban dos años al hijo para terminar sus estudios de dentista. “El mismo día que le den el diploma cierro el negocio”, decía. No sabe si volverá a Port Montt.

Encontramos una habitación en un hotel cercano. Claudio ayudaba con todo lo que se requería, igual apuntaba una reservación que preparaba un bocadillo. Había venido del norte de Chile de una región andina fronteriza con Argentina. Parece que en Chile hay también una corriente migratoria del norte hacia el sur en busca de oportunidades. Dice que hacía unos días los trabajadores del Parque de Torres del Paine, “ganan menos que un fregaplatos en un restaurante”, empezaron una huelga. Pensaron que Boric el nuevo Presidente progresista chileno ayudaría a los empleados públicos, Boric creció en Puerto Arenas y conoce los problemas de la región, pero se desengañaron. El nuevo Presidente redujo el gasto público en los parques nacionales en un 20%.  Entraron en huelga dejando de cobrar entradas e hicieron barricadas en algunos lugares impidiendo el acceso a algunas áreas. Al final consiguieron un aumento. Su movimiento se ha extendido al resto de parques nacionales. “Ahora el parque funciona con normalidad” , dice

Los paisajes de la Paragonia parecen poco afectados por la actividad humana

El día siguiente salimos para el Parque de Torres del Paine. La estación de autobus no estaba lejos y fuimos caminando. El viaje  tomó unas dos horas. Ese día y el siguiente dormimos en un regufio a precio de hotel de varias estrellas a los pies de las Torres del Paine. La chica de la recepción resolvía todos los problemas dando ordenes pero las literas estaban limpias y la comida no estaba mal teniendo en cuenta donde nos encontrabamos.

Las Torres del Paine es el  equivalente chileno del  Fitz Roy. Solo llegas hasta la base, la subida es dura,  y lo más duro de la subida es el viento que puede ser huracanado en los últimos tramos de un suelo rocoso. Durante el ascenso me había llamado la atención un letrero en el que se avisaba que entrabas en “propiedad privada”. Sabía que Chile tiene una fijación con las privatizaciones pero me parecía un excesivo giro de tuerca. ¿Cómo era posible que el acceso  desde dentro de un parque nacional a un simbolo nacional del turismo no fuera público?

Aproveché que casualmente durante la cena uno de los  comensales era un guía para hacer la pregunta. Se dedicaba a organizar excursiones de varios días en el parque. Había trabajado como un guardabosques pero lo había dejado por el sueldo miserable. Había decidido trabajar por su cuenta y había abierto un pequeño negocio que organizaba algo asi como excursiones de aventura en un parque con posibilidades ilimitadas para ello. Parte del parque estaba en manos de la familia Cusanovich. Era también propietaria de los refugios y hoteles en esta zona del parque alrededor de las torres del Paine. En 1971 los Cusanovich compraron una estancia que sus propietarios mantenían como una casa de campo. Las propiedades en la Patagonia son enormes. Los Cusanovich habían venido de Croacia como ocurría con  la familia del Presidente  Boric. Hubo una emigración croata al sur de la Patagonia a  trabajar en la industria del petróleo, pero los Cusanovich decidieron producir grasa con rebaños de ovejas en vez de sacar petroleo. Vivían como gauchos y se movían a caballo. Han sido sus nietos amigos del antiguo Presidente Piñera los que han empezado a moverse en Toyotas todo terreno despues de dar otro enfoque a la propiedad ayudados por el boom turistico. El guia no daba mucha importancia a quien era propietario del parque nacional. Le preocupaba más como se gestionaba y como se garantizaba que los beneficios repercutieran en una sociedad con un ingreso y riqueza enfernizamente concentrados. Los salarios de los empleados en los hoteles y refugios de los Cusanovich eran muy bajos y la seguridad del empleo escasa. No hay equipos de rescate o médicos que puedan atender a excursionistas en caso de que se requiera. El año pasado un turista murió de un ataque al corazón mientras subía a las Torres del Paine. Hace unos años un incendio quemó muchas hectáreas de bosque debido a la falta de equipo y personal especializado. “El dinero que ganan no lo gastan en beneficio del parque y los trabajadores que lo sostienen. Ese es el problema no la propiedad”, decía.

Hacía unas semanas que se había celebrado un referendum sobre una nueva Constitución. El texto progresista sin razones aparentes había sido rechazado. La derrota había inundado de pesimismo al país. El guía estaba en ese modo. Estaba desengañado del proceso político. “Este país no tiene solución sino se empieza de cero. No hay salida dentro del sistema  Todo es una ilusión. El estado no va hacer nada por mejorar la vida de los chilenos, esta en manos de compañías mineras que practicamente no pagan impuestos. Habría que dinamitar al estado y empezar de nuevo”, decía. Veía también a Boric como una ilusión. “ Boric no puede ser Presidente. No ha tenido un trabajo en su vida. De activista estudiantil a diputado, de diputado a Presidente. No conoce el Chile real por si mismo” decía

En el Parque Nacional de las Torres del Paine los excrsionistas pueden diseñar sus rutas de acuerdo a sus necesidades y posibilidades fisicas y económicas.

Una de las maravillas de la Patagonia austral es que no se ven edificaciones y ,al menos parece un territorio extenso donde el hombre y sus rebaños apenas ha modificado el paisaje. Hay una importante fauna y flora autóctona.  Hay bosques originarios. Abundantes animales salvajes.  Los pumas y gatos patagónicos son relativamente faciles de ver. Lagos azules. Glaciares. Rios. Todo ello al alcance de cualquier excursionista medianamente preparado que puede diseñar sus rutas de acuerdo a sus necesidades y posibilidades fisicas y económicas.

Puerto Natales era nuestra puerta de salida.  El vuelo a Port Montt salía al día siguiente asi que tuvimos que dormir por última vez en la Patagonia.  No estaba Claudio en el hotel. En su lugar estaba su administrador que era también propietario y a veces echaba una mano en la cocina. Era de Navarra. Llevaba 20 años viviendo en Chile aunque pasaba el invierno austral en España. El turismo se desploma en esas fechas y cerraba el hotel. Dice que cuando llegó a Puerto Natales había la mitad de la población que hay hoy. “Estan planeando hacer los aeropuertos de Punta Arenas y Puerto Natales internacionales.  Su plan es transformar la ciudad para convertirla en un centro internacional  turístico y pesquero», decia. Veía una incongruencia total que viendo lo que viene: un turismo masivo, un parque nacional estuviese en manos de intereses privados. “Esta familia (Cusanovich) se ha encontrado con un regalo. Hace veinte años estos glaciares y montañas solo estaban en la agenda de los alpinistas. El turismo masivo es algo nuevo y no se sabe el impacto que puede tener sobre los ecosistemas. «La conservación de la naturaleza sería más segura  si el parque estuviese bajo total control público.”, decía

Algo parecido estaba pasando con los canales de la Patagonia. Habían llegado recientemente a Puerto Natales cinco mil nuevos trabajadores  para poner estructuras metálicas y convertirlos en granjas de salmón. No llegaban solo empresas nacionales. Las hay noruegas y chinas para exportar el pescado.  «Se sabe que estas salmoneras están destruyendo la vida en el lecho del mar. La comida artificial que echan y las feces de los peces caen hasta el fondo destruyendo la vida en el suelo marino. Todo ello esta poniendo en tensión a la Patagonia sin saber el impacto que puede tener en la naturaleza”, decía.

Anuncio publicitario
Esta entrada fue publicada en américa latina, Uncategorized, Viaje y etiquetada , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.