La semana pasada se cumplieron cinco años de la guerra de Yemen. Una guerra que esta llegando a un momento decisivo. El avance militar de los huzíes sobre Marib ha puesto a la coalición líderada por Arabia Saudí contra las cuerdas. La coalición no puede ganar la guerra. Si ésta sigue por razones políticas o geopolíticas, Yemen conocería una crisis humanitaria inimaginable agravada por la pandemia del coronavirus. La situación exige acabar la guerra ya. Un alto el fuego no es suficiente. La comunidad internacional, entre ellos el gobierno de Pedro Sanchez, esta obligada a dejar de entregar armas a Mohammed bin Salman el príncipe heredeo saudí que ha hecho del sufrimiento del pueblo yemení un medio para legitimar su ascenso al trono.
Hace unos días el portavoz del ejército yemení del gobierno de facto en Sanaa, Yahya Sari, anunció la liberación de casi todas las ciudades de la provincia septentrional de al-Yawf, una provincia fronteriza con Arabia Saudí. Ese mismo día el canal libanés de televisión al-Manar reportaba que los combatientes huzíes, después de tomar la base militar más importante en la provincia de Marib de la coalición (la alianza militar encabezada por Arabia Saudi que sostiene al gobierno de Hadi depuesto por los huzíes ) habían llegado a la estratégica localidad de al-Talha al-Hamra ubicada a 3 kilómetros de la ciudad de Marib.
Días antes la toma de la ciudad de al-Hazm, la capital de al-Yawf, había abierto a los huzíes el camino hacia Marib. Al-Hazm a 150 kiómetros de la frontera saudí, es un punto de vital importancia estratégica. Es la puerta a un corredor que permite controlar el abastecimiento por tierra a las tropas de la coalición desde Arabia Saudí; permite la movilidad de los combatientes entre las provincias del norte; además de poder poner misiles y drones mas cerca de Ryad.
Es pronto para sacar conclusiones de lo que parece ser una batalla todavía no decidida, empezó en enero, pero si se confirma el avance de los huzíes indicaría un cambio dramático en la guerra a su favor. Posiblemente avivaría la guerra que había perdido intensidad en los últimos meses desde que los acuerdos de Estocolmo abrieran una ventana de paz y los saudíes empezaran negociaciones directas con los huzíes.
Los huzíes empezaron a decantar el equilibrio a su favor al desarrollar misiles y drones de fabricación propia con tecnología iraní. En septiembre fueron capaces de atacar en Arabia Saudí las mayores refinerías de la empresa petrolera Aramco en Abqaiq y Khurais comocionando al mercado mundial del petróleo y diezmando las arcas saudíes. Pero desde entonces han dado un paso más al desplegar un sistema de defensa aéreo propio. En medio de la batalla por al-Hazm un avión de guerra Tornado de fabricación inglesa fue derribado por los misiles huzíes. Los bombardeos aéreos siguen pero en la ofensiva sobre Marib aviones F-15 tuvieron que replegarse ante el ataque del nuevo sistema de defenda antiarero yemení. La supremacía área indiscutible de la coalición que hasta ahora equilibraba la guerra está siendo cuestionada en el campo de batalla.
Marib esta bajo control del gobierno de Hadi desde el comienzo de la guerra. Una ciudad dormida cuando empezó ha aumentado dramáticamente su población desde entonces. La provincia ha pasado de 300 mil habitantes a 3 millones en estos cinco años de conflicto Muchos de ellos desplazados de todo el país. Los jeques tribales beduinos financiados por los saudíes desempeñan un papel crucial fuera de la ciudad y su posición es clave. Estos jeques que han empezado a negociar con los huzíes controlan esta esquina del desierto de Rub al-Jali donde el gobierno de Hadi tiene sus pozos petroleros.

Marib viejo en una fotografía tomada antes de la guerra
En caso de que la batalla por Marib continue los nuevos desplazamientos creados (puede haber cerca de un millón de desplazados en la provincia), esta vez hacia el sur, pondrán mas presion a una crisis humanitaria de proporciones dantescas. Dos tercios de la población siguen dependiendo de ayuda para sobrevivir; el hambre esta por todas partes; y hay epidemias de colera y difteria, mientras el coronavirus esta a la puerta.
Hasta fecha de hoy según Naciones Unidas desde que la guerra empezó al menos 233 mil personas han muerto, la mitad niños. De ellos, 102 mil a consecuencia de la violencia de la guerra misma y otros 131 mil a consecuencia del hambre, la desnutrición, y enfermedades curables que el bloqueo saudí esta produciendo entre la población.
En caso de una victoria de los huzíes en Marib, el escenario de un rebrote de la guerra en todos los frentes es probable. Los huzíes verían en su victoria una oportunidad de derrotar a una coalición dividida y sin una estrategia militar imponiendo una salida politica negociada a la crisis que reconociera su gobierno por la comunidad internacional.

Un pozo petrolero en el desierto de Marib
Mohamed bin Salman el hombre fuerte de Ryad y arquitecto de la guerra vería en la continuidad de la guerra una necesidad para mantenerse en el poder. Sobre todo si la comunidad internacional no presiona acabando con la entrega de armas. Una derrota militar podría costar a Mohammed bin Salman el trono. Fue el quien inventó la guerra de Yemen para poder mostrar su valía a la familia al -Saud quien cuestionaba su capacidad para el cargo de Principe heredero. Una victora militar los callaría. Una derrota les daría vigor. Creyó que iba a ser un paseo ayudado por el Presidente Obama pero ahora esta en el fango y no sabe como salir. La derrota en Marib podría crear un sentimiento numantino dentro de la coalición en caso de que no acepte la derrota.
Durante estos cinco años de guerra ha habido en cierta manera un satus quo en los diferentes frentes mayoritariamente negociado localmente pero hay indicios de que ha empezado a romperse. En el Sur el independentista Consejo Transicional del Sur esta desde enero en una fiera batalla contra los huzíes en las provincias sureñas de Abyan, al-Dhaley y Lahj, sin que el riesgo de una guerra civil entre el Consejo y el gobierno de Hadi este del todo conjurado. En Hodeidah donde los acuerdos de paz de Estocolmo tuvieron un éxito relativo tanto los huzíes como la coalición pueden recurrir a un incremento de la violencia si lo consideran necesario. Lo mismo puede ocurrir a lo largo de la costa sur del Mar Rojo donde la coalición está profundamente dividida, empozoñada por la división entre Ryad y Abu Dhabi, entre el poderoso señor militar Tareq Saleh un sobrino del ex-presidente Saleh, y el Islah el partido islamista. Es público además que Tareq Saleh desconfia de Hadi y Hadi de él.
Las perpectivas humanitarias ante un rebrote de la guerra son dantescas. Estudios hablan que en dos años los muertos pueden duplicarse llegando al medio millón. Yemen tardaría décadas en recuperarse del conflicto a los niveles de antes de la guerra. Es difícil entender como la coalición no acaba una guerra que no puede ganar y sigue orillando a la guerra a los huzíes que llevan años pidiendo sin éxito una salida a su deteriorada economía. Los huzíes han puesto sobre la mesa condiciones (un pasaje libre de sus barcos a Hodeidah , la apertura del aeropuerto de Sanaa y un mecanismo unificado que permita el cobro de impuestos y el pago de salarios a nivel nacional) para negociar y relantizar la guerra; unas demandas que han sido sistematicamente ignoradas. Su aceptación es el primer paso para convertir el alto el fuego acordado para estos días en una situación permanente que de impulso a una salida negociada para acabar la guerra.
La situación humanitaria exige que la guerra pare, pero ello requiere una acción concertada y una mediación de la comunidad internacional para que presione a las partes del conflicto a negociar. Pero por lo que sabemos Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia o España prefieren hacer negocios con la guerra vendiendo armas antes que cumplir sus obligaciones humanitarias
Es inconcebible que se siga premiando a Mohammed bin Salman, un dictador, después de asesinar al periodista Jamal Kashoggi y seguir encarcelando a disidentes reales o súbditos ordinarios. Un comportamiento represivo y sangriento que deja en evidencia a los gobiernos europeos conservadores y progresivos como el de Pedro Sanchez .
El diario Público ha reportado que su gobierno sigue entregando armas a los saudíes aún sabiendo que la coalición esta bajo investigación por crimenes de guerra. Organizaciones de derechos humanos opuestos a la guerra han denunciado que desde diciembre al menos cinco barcos saudíes han recalado- cobijados en el secretismo de leyes franquistas- en puertos españoles con armas o en busca de armas con destino a la guerra de Yemen.